lunes, 9 de julio de 2012

Viaje al corazón de Sudamérica (Perú 2011)








INTRODUCCIÓN

Aquí estamos de nuevo los cuatro preparados para una nueva aventura. Tenemos claro que este viaje va a ser al continente latinoamericano. Después de barajar diferentes destinos como Argentina, Chile o Uruguay, nos decidimos por Perú. Nos apetece hablar en castellano e interaccionar mucho más con los lugareños, aunque al final hablaremos bastante más ingles de lo que en un principio cabría esperar.

Nos decantamos por este destino porque nos llama mucho la atención el universo Inca y resto de etnias existentes en este país, su lengua que todavía pervive en gran parte de los Andes, lago Titicaca y Amazonas, sus característicos rasgos faciales, así como sus maravillosos y diversos paisajes. En el mismo país nos encontraremos con tres ecosistemas muy marcados: el Desierto a lo largo de la costa, la zona montañosa de los Andes con picos de más de seis mil metros de altitud y la Cuenca del Amazonas con toda su diversidad floral y faunística.

Debido a la falta de tiempo, cuadre de vacaciones y diversos problemas familiares del que escribe retrasamos el viaje hasta finales de Noviembre de 2011. Intentaremos ajustar mucho las fechas para intentar no coincidir con la época de lluvias, sobre todo en el Amazonas. El viaje se prolongará desde el sábado 26 de Noviembre hasta el 18 de Diciembre de 2011.
 




PREPARANDO EL VIAJE

El único tema que tenemos que tener bien atado antes de partir es el de las vacunas, ya que tenemos pensado pasar los últimos días de nuestro viaje en la Zona del Amazonas. Pedimos cita en el Servicio de Sanidad Exterior de Bilbao para que nos informe de las que nos tienen que administrar antes de nuestra marcha.

La única obligatoria va a ser la de la Fiebre Amarilla. El resto que nos proponen son recomendables: tétanos, hepatitis A y B, fiebres tifoideas y Malarone como profilaxis para la malaria. Al final cada uno decidimos administrarnos unas u otras; desde el que solo se vacuna de la Fiebre Amarilla hasta el que se toma casi todo el paquete de vacunas. Con administrarse la obligatoria con quince días de adelanto a la estancia en la zona de riesgo es suficiente para no tener problemas.

Debido a que viajamos en temporada baja no tenemos muchos problemas en comprar la entrada para Machu Picchu y Huayna Picchu para el día que tenemos pensado. Las adquirimos directamente en la página web de Machu Picchu. Se pueden conseguir los diferentes boletos en función de lo que se quiera visitar y la hora deseada. Lo primero que hay que hacer es seleccionar el día, seguidamente el número y datos de las personas que van a ir incluidas en el boleto. Finalmente habrá que ingresar los datos de la tarjeta de crédito para pagar on-line. Al final se imprimirá el boleto donde aparecerá el día seleccionado, el nombre de las personas que van a visitar el lugar y finalmente la excursión deseada. Las diferentes opciones para la visita de Machu Picchu son:
- Machu Picchu
- Machu Picchu y Museo
- Machu Picchu y Huayna Picchu 07:00-08:00 horas
- Machu Picchu y Huayna Picchu 10:00-11:00 horas
- Machu Picchu y Montaña Machu Picchu 07:00-11:00 horas


El vuelo que mejor nos sale de precio y horario para volar a Perú es el de Bilbao-París y París-Lima con Air France.

Al ser este país andino tan grande, casi dos veces y media España, vamos a tener que realizar algún vuelo interno, sobre todo para ir al Amazonas, ya que solo se puede ir en barco o en avión. Para ello los compraremos billetes de avión entre Cuzco y Lima con StarPerú, entre Lima e Iquitos con Peruvian Airlines y finalmente la vuelta a Lima nuevamente con StarPerú.

El billete de autobús que nos llevará desde Lima a nuestro primer destino, Paracas, lo contratamos desde casa, con la compañía Cruz del Sur. El resto los iremos comprando a medida vaya avanzando el viaje.

Por último reservamos la primera noche de hotel en Lima, en el Hotel Continental. Este establecimiento de tres estrellas se encuentra en el Jirón Puno 196, en pleno Centro Histórico de la ciudad y a escasos cinco minutos andando de la Plaza de Armas. El resto de alojamientos los iremos contratando por el camino.


Exceptuando la entrada para Machu Picchu y la estancia en el Amazonas, que las cerraremos desde España, todas las visitas y excursiones las iremos contratando por el camino. La estancia en el Amazonas se contratará con Explorama, donde pasaremos tres días en el campamento Ceiba Top Lodge en plena selva.

Las publicaciones donde sacaremos la mayor parte de la información para preparar el viaje serán entre otras: Lonely Planet de Perú, revistas Altair y Lonely Planet Magazine de Perú, así como diversos blogs y, cómo no, Tintín.










ITINERARIO Y PLAN DE VIAJE

El plan de viaje lo vamos a condicionar a la fecha de la visita a Machu Picchu, así como al viaje al Amazonas. El resto iremos sobre la marcha. Tenemos varios lugares que tenemos claro que tenemos que visitar y otros que los describiremos a medida que avance el viaje.

Nuestro plan de viaje es el siguiente:


- 26/11/2011: Viaje en avión hasta Lima / Estancia en Lima
- 27/11/2011: Estancia en Lima / Viaje a Paracas
- 28/11/2011: Visita Isla Ballestas / Vuelo Líneas de Nazca
- 29/11/2011: Viaje y Estancia en Arequipa
- 30/11/2011: Viaje y estancia en el Cañón del Colca
- 01/12/2011: Estancia en el Cañón del Colca/Viaje a Puno
- 02/12/2011: Estancia en Puno / Visita al Lago Titikaka
- 03/12/2011: Viaje a Cuzco / Estancia en Cuzco
- 04/12/2011: Estancia en Cuzco
- 05/12/2011: Estancia en Cuzco
- 06/12/2011: Estancia en Cuzco
- 07/12/2011: Viaje a Aguas Calientes
- 08/12/2011: Estancia en Aguas Calientes
- 09/12/2011: Visita al Santuario de Machu Picchu y Huayna Picchu / Viaje a Cuzco
- 10/12/2011: Estancia en Cuzco
- 11/12/2011: Vuelo a Lima / Iquitos
- 12/12/2011: Estancia en el Amazonas
- 13/12/2011: Estancia en el Amazonas
- 14/12/2011: Estancia en el Amazonas/Vuelo a Lima
- 15/12/2011: Estancia en Lima - Miraflores
- 16/12/2011: Estancia en Lima - Miraflores
- 17/12/2011: Vuelo a Bilbao 
- 18/12/2011: Llegada a Bilbao


DÍA 1 (26/11/2011). VIAJE EN AVIÓN HASTA LIMA / ESTANCIA EN LIMA

Quedamos a eso de las cuatro y media de la mañana para estar el aeropuerto un par de horas antes de que salga nuestro vuelo a París. Conseguimos hacer madrugar a Iratxe para que nos lleve a los cuatro junto con nuestras respectivas mochilas: ¡en un Citroën C3!

Cuando llegamos a la terminal vemos como el aeropuerto se empieza a despertar. Se percibe una espesa niebla que no augura nada bueno. Tras facturar el equipaje pasamos el control de pasaporte y esperamos a que salga nuestro avión. Embarcamos puntuales en torno a las seis y media de la mañana, pero el avión no parece que vaya a despegar en los próximos minutos. El problema resulta ser la espesa niebla que se presenta tanto en Bilbao como en gran parte del sur de Europa. El tiempo juega en nuestra contra ya que empieza a peligrar el enlace vía París. Finalmente logramos despegar una hora y media después con serias dudas de que consigamos llegar a tiempo de coger el enlace. Aterrizamos a eso de las diez de la mañana en la terminal 2G del Charles de Gaulle, pero el avión que nos debe llevar a Lima despega de la terminal 2F. Tenemos que subir al autobús que enlaza ambas terminales a toda prisa si queremos llegar a tiempo. Justo en la salida de la terminal cogemos el transporte y hablando con la gente que sube con nosotros nos damos cuenta de que muchos de nosotros nos encontramos en la misma situación crítica.


Plano del aeropuerto Charles de Gaulle de París

Después de realizar un dantesco recorrido entre las diferentes terminales del aeropuerto llegamos a la terminal de destino. Quedan cinco minutos para que salga el avión y primero tenemos que pasar seguridad. Cuando llegamos a nuestra puerta de embarque nos sorprendemos con cierta esperanza que todavía está abierta. Lo sorprendente es que nos dejan embarcar. Pasaremos casi una hora en el avión esperando a que embarque toda la gente, sobre todo del norte de Italia, ya que han tenido el mismo problema que nosotros con la niebla. El resto del viaje transcurre sin incidencias. El vuelo dura en torno a once horas. Aterrizamos en el  aeropuerto J. Chávez a eso de las cinco de la tarde, hora local (seis horas menos que en España).



Plano del área metropolitana de Lima

El sol empieza a caer cuando desembarcamos. Pasamos el control de aduanas sin ningún problema, recogemos nuestras maletas y nos ponemos a buscar un taxi. Aunque hemos leído en internet que los taxis que se encuentran fuera del aeropuerto son bastante más baratos que los que se encuentran en frente de la terminal no nos apetece andar con las mochilas por todo el aeropuerto y nos subimos en el primero que está libre.

El tráfico es muy importante, por lo que nos lleva en torno a cuarenta minutos viajar desde Callao hasta Lima Centro. El calor es importante a pesar de que el sol está casi poniéndose. El taxista nos comenta que en Lima no llueve nunca. También nos dice que tengamos cuidado con los robos, sobre todo por la noche. Esto es algo que nos comentarán a lo largo del viaje diferentes personas que conoceremos, aunque esa sensación de inseguridad solamente la tendremos una vez (y no en esta parte del viaje).

Tras pagarle unos 20 dólares nos deja en el Hotel Continental. La sensación del entorno que nos da al bajarnos es de unas calles bastante caóticas de tráfico y gente, así como edificios bastante deteriorados por el paso del tiempo. El hotel tiene buena pinta, habitaciones limpias pero sin ningún lujo que resaltar. Eso si, tanto este como el resto de los alojamientos que visitaremos durante el viaje tendrán Wi-Fi gratis. ¡Ya podrían aplicarse el cuento en España!


Plano de Lima


Ubicación del Hotel Continental, en el Centro histórico de Lima

Tras dejar las mochilas nos vamos a la calle para dar un paseo por el Centro  Histórico y conseguir algunos soles en alguna casa de cambio. Las calles están abarrotadas de gente. Es fin de semana y además se acercan las Navidades por lo que las tiendas están a rebosar. En torno a la Plaza San Martín encontramos multitud de cambistas y Casas de Cambio. La moneda local es el Nuevo Sol (PEN). Tras contrastar los diferentes cambios que nos ofrecen y regateos varios conseguimos un buen cambio, ya que cambiamos una gran suma. Recomiendan no cambiar en la calle. Nosotros al final lo hacemos en la Casa de Cambio pero no nos enteraremos en ningún lugar del viaje que ha habido problemas con los cambista. Es como todo, si las cosas se hacen con cabeza y precaución no deberían presentarse los problemas.

A continuación nos dirigimos calle arriba hasta la Plaza de Armas de Lima. El lugar es una preciosidad. En torno a la plaza se encuentra la Catedral, el Palacio Arzobispal, el Palacio del Gobierno y varios edificios coloniales con vivos colores que le dan al lugar un encanto especial. Te trasladas a épocas pasadas. La zona se completa con multitud de locales de comida y bebida para locales y turistas.

Como ya va siendo hora de que vayamos a cenar algo nos metemos en una de las múltiples pollerías (en España las llamamos cerveceras) que existen en la calle peatonal Jirón de la Unión, muy cerca de la Catedral. Aquí es donde empezaremos a probar la maravillosa y variada comida peruana. ¡Y cómo no, también el famoso refresco nacional, Inka Cola. Degustamos una variedad de carnes a la parrilla: pollo, cerdo y res, así como el otro alimento nacional: la patata. El refresco no está malo aunque, para mi gusto, tienen un resabor a medicina que no me acabará de convencer.

Para rematar la primera jornada en Lima nos disponemos a buscar un local donde poder tomar unas cervecitas. Dando un paseo por los alrededores (no estoy seguro pero en torno a la calle Callao, al oeste de la Plaza de Armas) escuchamos sonidos de guitarras y batería. ¡Esto es lo que buscamos, música en directo! El local se encuentra en una primera planta de un edificio colonial rodeado de miradores de madera. La decoración tiene un estilo roquero y decidimos entrar. Según vamos subiendo escuchamos la versión de la canción de Héroes del Silencio "Entre dos tierras". Una vez en el interior observamos que el local no es tan grande como parece y tiene muy poca luz. ¿Será este tipo de locales a los que se refería mi amigo boliviano Jorge que no debíamos entrar? Pues resultará que sí. Nos pedimos una jarras de cerveza mientras vamos escuchando clásico tras clásico del rock. Somos los únicos turistas de local. Los pocos "clientes" que se encuentran en el bar empiezan a pulular en torno nuestro: que si me das un cigarrillo, que a ver si queremos unos chicles o mecheros,... Hasta ahí todo controlado. El tema viene cuando queremos ir al baño. Como me comentó dicho boliviano no debemos ir solos ni al baño, así que nos levantamos de dos en dos. Los primeros en hacerlo somos Rafa y yo. No se si alguno de vosotros habrá visto la película "Trainsppoting". Es la primera imagen que me viene a la retina al entrar. ¡qué cantidad de mierda (literal) y suciedad! Como la puerta no tiene pestillos entran otros dos tipos, aunque no hay urinarios para todos. Con un ojo hacia delante y otro hacia detras escuchamos los que nos preguntan: que si donde somos, que qué hacemos en su país,... hasta que nos ofrecen cocaína. Nosotros les decimos que pasamos pero ellos insisten. Rafa, siendo previsor, ha metido el pie entre la puerta y el marco para que no la cierren. Aunque un poco tensos, el tema no pasa a mayores. A Txemi y Alfredo les pasará algo parecido, aunque ya van sobre aviso. Para colmo estas serán las cervezas más caras de todo el viaje.

Tras esta primera experiencia nos volvemos a las calles para seguir dando un paseíto. Ya cansados nos dirigimos al hotel para acostarnos. Mañana será un día duro.


DÍA 2 (27/11/2011). ESTANCIA EN LIMA / VIAJE A PARACAS

Nos levantamos como nuevos. Bajamos a desayunar y nos encontramos con un desayuno lleno de frutas tropicales riquísimas: mango, papaya, aguacate,... ¡Vamos, un placer para nuestros paladares! Aunque se recomienda no consumir fruta pelada o cortada, sino que lo debemos hacer nosotros, nos la comemos gustosamente. Le pedimos al chico de la recepción a ver si nos puede guardar las mochilas hasta la tarde, ya que a esa hora es cuando sale nuestro autobús hacia Paracas. Nos la s recoge sin ningún problema.


Vistas de Lima desde la habitación del hotel

Nos lanzamos de nuevo a las calles y nos dirigimos por el Jirón de la Unión hacia la Plaza de Armas para visitar todos los edificios históricos que se encuentran en los alrededores. Por el camino entramos en la iglesia de la Merced. Como es domingo se encuentra llena de feligreses en la misa matutina. Es un templo pequeño pero coqueto, repleto de pequeños altares en los laterales del recinto y con una portada de estilo churrigueresco (barroca tardío).


Iglesia de la Merced
 
Interior de la Iglesia de la Merced

La calle se encuentra repleta de agentes de la autoridad de los diferentes cuerpos armados del país: desde el ejército a los policías locales. Está será una imagen muy habitual a lo largo del viaje, dándonos una gran sensación de seguridad. Como curiosidad vemos que la gran mayoría de los policías son mujeres.

Podemos observar que si de noche la Plaza de Armas es bella, de día lo es aún más si cabe. Los edificios son de estilo colonial, con unos colores amarillos muy vistosos. Así mismo, el palacio Arzobispal posee unos de los miradores de madera tallada más bellos que haya visto en mi vida. Me recuerdan mucho a los miradores árabes de Córdoba o Granada en España.


Zona Sur-oeste de la Plaza de Armas


Plaza de Armas, al fondo Catedral


Miradores de madera tallada


Pasamos por al lado del Palacio de Gobierno, el cual está literalmente tomado por el ejército. Es un edifico de estilo barroco en el cual vive el Presidente del país. Callejeamos un poco hasta llegar al Monasterio e Iglesia barrocos de San Francisco. Este edificio de la orden de los franciscanos está pintado de blanco y amarillo, proporcionandole un aspecto magistral. La cúpula morisca que posee es simplemente espectacular. Las catacumbas llenas de osamentas alineadas también deben de ser impresionantes aunque no las visitaremos.  Posee una de las mejores bibliotecas del Perú, donde se pueden encontrar textos anteriores a la conquista española.


Monasterio de San Francisco


Cúpula morisca de la Iglesia de San Francisco

En torno a este templo se encuentran multitud de tiendecitas de recuerdos. Lo dejaremos para los últimos días del viaje. Continuamos nuestro paseíto mañanero hacia la zona de la rivera del río Rímac, donde se encuentra el Parque de la Muralla donde se ubicaban las antiguas murallas de Lima. Fue una fortificación constituida en el s. XVII principalmente para defender la ciudad de Lima de posibles ataques del exterior por parte de piratas, corsarios o enemigos de la corona. Hoy en día el lugar se encuentra un poco abandonado pero con encanto. Se ha restaurado un lienzo de unos trescientos metros. Así mismo, se ha trasladado una estatua ecuestre en honor al conquistador Francisco Pizarro que antes se encontraba cenca del Palacio Presidencial.


Murallas de Lima, al fondo Monasterio de San Francisco


Plano de la ciudadela de Lima en el s. XVII



Estatua ecuestre en bronce de Pizarro

Esta zona permite observar muy bien los barrios periféricos de Lima, como el de Rímac. Son arrabales donde los inmigrantes del campo construyen sus casas con materiales pobres, pero con vistosos colores. Se puede observar cómo se adaptan a la orografía de las colinas que rodean la capital. Algo similar podremos comprobar en otros ciudades peruanas como Cuzco.


Barrios periféricos de Lima con el cerro San Cristóbal al fondo

El transporte entre las diferentes áreas metropolitanas se realizan en pequeños autobuses de multitud de diferentes compañías de transporte. Actualmente se está implantando una línea de bus metropolitana.


Típico autobús de transporte de pasajeros de Lima

De vuelta hacia la Plaza de Armas picamos algo y nos refrescamos la garganta con unas excelentes cervecitas en una tasca con solera pero con un encanto especial llamada "El Cordano". Al llegar a la plaza vemos que hay un revuelo de bomberos y camiones que nos deja un poco "flasheados". No sabemos qué pasa hasta que nos explican que han venido para realizar una ofrenda en la catedral. Nos quedamos un ratillo observando cómo van desfilando y demás parafernalia y entramos a visitar la catedral, ya que la noche anterior se encontraba cerrada. Es un templo sobrio pero con encanto, de estilo barroco y neoclásico. Nos damos cuenta que se nos está haciendo tarde ya que primero tenemos que ir a por las mochilas y luego dirigirnos a la estación de autobuses de la Cruz del Sur para viajar hasta Paracas.


Desfile de los bomberos voluntarios de Lima


Interior de la catedral de Lima

Una vez en hotel cogemos un taxi y vamos a la estación de autobuses que nos corresponde. Es poco lío en Perú el tema de los autobuses porque cada compañía tiene su propia estación de bus y en algunos casos una misma compañía tiene varias estaciones repartidas por la ciudad. El recepcionista nos aclara que nuestra estación se encuentra en el Jirón Javier Prado y el taxista nos dirige para allí.


Ubicación de la Estación de bus de Cruz del Sur con destino a Paracas-Nazca

Lo primero que hacemos nada más llegar a la terminal es dirigirnos al mostrador para chequear nuestros billetes y facturar nuestras maletas. El número de asiento ya lo tenemos asignado de antemano ya que lo seleccionamos en el momento de comprar los billetes por internet.

Como todavía nos queda una hora hasta que salga nuestro autobús nos dedicamos a darnos unos paseos por el recinto. Podemos observar gente de lo más variopinta. También nos resulta curioso como los taxistas están a la caza de un posible cliente esperando en las puertas de la estación.

Cuando nuestro bus aparece en el luminoso nos dirigimos al andén donde está ubicado. El dispositivo de seguridad es idéntico al de los aeropuertos: te registran el equipaje de mano con detectores de metales,  cachean,  camaras de video, etc. El autobús que cogemos es de dos plantas. En cada una de ellas hay una  azafata para asistirnos: darnos de beber, comer, mantas, etc. Es entonces cuando partimos hacia nuestro próximo destino: Paracas.

En el trayecto podemos observa la vasta extensión de desierto que se extiende hacia el sur del país. A la derecha se encuentra el Océano Pacífico y a la izquierda un mar de arena. Se observa pobreza por doquier. Las "casas" diseminadas a lo largo de los márgenes de la carretera en muchos de los casos son únicamente cuatro tablas o esterillas de hoja de palma o similar sin presencia de techumbre. En realidad no la necesitan porque nunca llueve en esta parte del país. Las paredes frenan los vientos procedentes del océano. Parece ser que este tipo de construcciones se deben a los colonos que se han instalado en esta zona del país con permiso del gobierno. Lo que no sé es de qué pueden vivir ya que solo se ve arena y más arena.

A medida que nos dirigimos hacia el sur el paisaje no varía sustancialmente. Se empiezan a observar alguna pequeña plantación de algodón y alguna huerta de subsistencia. Tras algo más de cuatro horas de viaje llegamos a Pisco donde el autobús realizará una corta parada para coger y dejar viajeros. Esta pequeña ciudad es un caos de circulación y tráfico que no nos llamará mucho la atención. En el 2007 un terremoto destruyó casi por completa la ciudad. Lo que si podemos ver a través de las ventanillas del bus son las procesiones que se realizan previas a la Navidad. El siguiente destino será Paracas que se encuentra a unos quince kilómetros más al sur. Esta región es muy interesante desde el punto de vista arqueológico y cultural ya que en esta zona surgió una de las civilizaciones preincaicas más desarrolladas de Perú (700 a.c-400 d.c.): la cultura Paracas.



Pasando por Pisco, camino de Paracas

Paracas en sí no es gran cosa. Es una ciudad pequeña, mejor dicho un pueblo grande con un puerto pesquero y un puñado de villas de lujo junto a la bahía. Lo que le da verdadera importancia a este lugar es la Reserva Nacional de Paracas y las Islas Ballestas. Cuando llegamos a nuestro destino lo primero que hacemos es preguntar por el bus hacia Nazca para el próximo día: si hay billete, horarios, coste, etc. Conseguimos cuatro boletos sin ningún problema. Hablando con el personal de la estación nos enteramos donde podemos alojarnos, donde contratar una excursión en barca a las islas y como contratar una avioneta para sobrevolar las pampas donde se encuentran las famosas Líneas de Nazca. También aprovecharemos para comprar los billetes del autobús nocturno que nos llevará el día siguiente desde Nazca a Arequipa.


Plano de Paracas


Plano de ubicación del hotel y estación de bus en Paracas

Al final nos quedamos alojados en unos apartamentos recién construidos junto a la terminal. El precio es muy económico y las habitaciones están fenomenal. Son tan nuevos que todavía no han instalado ni las televisiones. Nos da igual, claro. El baño espectacular y sobre todo, tienen una terraza mirando al mar desde donde se puede observar una puesta de sol de cine.



Estación de autobuses de Paracas


Interior de la habitación del apartamento en Paracas



Terraza de los apartamentos en Paracas

Tras dejar el equipaje decidimos dar una vuelta por el pueblo para tomar unas cervecitas y cenar algo. Cuando llegamos a la playa está anocheciendo. Podemos contemplar una puesta de sol maravillosa. Poco a poco nos vamos acercando a la zona de restaurantes.


Puesta de sol en Paracas

Nos relajamos con las cervecitas y decidimos comernos uno de esos famosos ceviches peruanos de los que tanto hemos oído hablar. A mí me da un poco de miedo porque es pescado crudo macerado en una especie de jugo de limón y demás condimentos. No está mal. Tras cenar nos vamos a la cama porque mañana hay que madrugar para ir a ver las aves y leones marinos a la reserva de Islas Ballestas.


DÍA 3 (28/11/2011). VISITA ISLA BALLESTAS / SOBREVUELO LINEAS DE NAZCA


Por la mañana prontito dejamos las mochilas en la estación de autobuses para que nos las guarden y nos dirigimos a la zona del puerto para montar en un barquito que nos llevará de excursión a las "Galápagos de los Pobres".


Embarcadero en Paracas

El día, como casi todos los que pasaremos en este viaje es soleado y caluroso. Hay que ir bastante cubierto, con mucho protector solar, gafas de sol y gorra. La gorra es fundamentalmente para que no te caiga el guano en la cabeza. En la barca iremos en torno a veinte personas de diferentes nacionalidades por lo que el guía realizará las explicaciones tanto en castellano como en ingles. En la zona que vamos a visitar se encuentra una de las poblaciones de aves más importantes de esta parte del planeta. Pero antes pasaremos bordeando la península de Paracas para poder observar el petroglifo llamado "Candelabro", el cual tiene forma de tridente o candelabro. Esta figura está grabada en la arena del desierto. Posee unos 150 m de alto por 50 de ancho. Puede estar relacionado con la cultura Nazca.


Plano de Islas Ballesta



Petroglifo "Candelabro"

Poco a poco nos vamos separando de la costa hasta que llegamos a unas pequeñas islas repletas de fauna. Esta excursión me sorprenderá gratamente y me dejará en la retina, y en la cámara de fotos, grandes momentos del viaje. El guía va explicando los diferentes tipos de aves que se encuentran en la zona, desde los pingüinos al albatros, pasando por cormoranes y demás aves marinas. También podemos observar una importante comunidad de leones marinos junto a su harén de hembras. El olor del lugar es muy penetrante. Nos comenta el guía que es el olor del guano, o excrementos de las aves.



Zarcillos



Pingüinos de Humboldt



Piqueros con polluelos



Albatros



Cormoranes guanay



Densidad de aves



Leones marinos hembra


En el pasado se realizó una explotación intensiva de este producto utilizado en todo el mundo como fertilizante natural. Hoy en día su recolección está limitada a pocas semanas al año y solamente cada tres años. Tenemos suerte y podemos observar en directo el método de extracción y transporte del guano al continente. El guano lo meten en sacos de 25 kg y los envían directamente al barco mediante un sistema de poleas y tirolinas. Nos comentan que las personas que trabajan en este proceso suelen ser gentes del altiplano peruano con pocos recursos económicos y bajo nivel cultural. Es un complemento a la economía de subsistencia que desarrollan.


Edificios donde viven los obreros durante el proceso de extracción del guano



Transporte de tierra firme al barco de los sacos de guano


Cargadero de guano y barco turístico

Después de esta experiencia que dura en torno a tres horas volvemos al puerto y nos dirigimos a la estación de autobuses para viajar a nuestro próximo destino: Nazca. Nos da pena no habernos quedado un poco más de tiempo en esta zona para poder realizar una excursión a la Reserva Natural de Paracas. El paisaje desértico es muy bonito. ¡Otra vez será!

La travesía hacia Nazca nos llevará otras tres o cuatro horas de viaje. A medida que nos vamos adentrando hacia el interior del país y vamos dejando la costa el terreno se eleva ligeramente hasta casi los seiscientos metros. Entramos en una zona de pampas y valles con cauces secos y un sol de justicia. El terreno es tremendamente árido, donde no crece casi vegetación. Únicamente algún pequeño huerto o plantación a orillas de los ríos los cuales apenas llevan un hilillo de agua.

Cuando llegamos a la estación de autobuses, o terrapuerto como lo llaman los peruanos, nos está esperando una mujer para llevarnos hasta el pequeño aeropuerto de la localidad, Vista Alegre, desde donde volaremos sobre las pampas. Antes de partir dejaremos en consigna las mochilas grandes para recogerlas a la noche.


Plano de Nazca

Cuando llegamos al pequeño aeropuerto tenemos que pagar la excursión y presentar nuestros pasaportes de la misma manera que si fuésemos a realizar un viaje internacional. La compañía aérea que hemos contratado es Alas Peruanas, aunque hay varias más que ofrecen un servicio similar. Antes de montar nos hacer despojarnos de cualquier elemento de peso. Únicamente nos dejan llevar una cámara de fotos.  Nos hacen pesarnos en una báscula uno por uno y nos reparten en el interior del aeroplano en función de nuestro peso. En la pequeña avioneta que hemos alquilado viajamos el piloto, el copiloto, un chico suizo y nosotros cuatro. Como soy el que menos pesa me colocan en la cola por lo que podré tomar fotografías a mi antojo.



Aeropuerto de "Vista Alegre" y avioneta que utilizaremos

Las figuras son en su mayoría líneas rectas (en torno a ochocientos), figuras geométricas (unas trescientas) y unos setenta dibujos de animales y plantas. Se encuentran concentradas en una extensión de unos 500 km2 entre las pampas de Nazca y Palpa. Las líneas sólo son perceptibles desde el aire. Parece ser que se realizaron entre el 900 a. C. y el 600 d. C. por las gentes de la cultura paracas y nazca. Estaban creadas para realizar cultos y ceremonias al agua. Y teniendo en cuenta la aridez del lugar tiene sentido.

El recorrido que vamos a realizar está predeterminado al avistamiento de una serie de figuras concretas. La duración total del vuelo será de treinta minutos. Comenzaremos viendo la ballena, seguido de los trapezoides, astronauta, mono, perro, colibrí, araña, cóndor, pelícano, loro y finalmente árbol y manos. En total en torno a una docena de figuras de las múltiples que se encuentran en las diferentes pampas del entorno de Nazca. Muchas de las figuras están desdibujadas debido al tránsito rodado de camiones que cruzan el altiplano. Además, la carretera Panamericana cruza el territorio de noroeste-sureste mutilando gran cantidad de figuras. Estas han perdurado todos estos siglos debido a la extrema aridez del terreno (no llueve nunca) y la prácticamente ausencia de vientos.



Mapa de las Líneas de Nazca


Líneas de Nazca: Ballena


Líneas de Nazca: Mono


Líneas de Nazca: Astronauta


Líneas de Nazca: Colibrí


Líneas de Nazca: Araña

A medio recorrido mi estómago se empieza a resentir. Empiezo a tener sudores fríos, aunque la temperatura en el interior de la avioneta fácilmente supera los cuarenta grados centígrados. Lo de haberme tocado el asiento de cola al final puede no haber sido una suerte. La avioneta se agita constantemente, los cambios de presión se sienten como las turbulencias en plena tormenta tropical. Empiezo a desear regresar al aeropuerto.



Aspecto a vista de pájaro de las pampas de Nazca



Carretera Panamericana cruzado la zona de las Líneas de Nazca (a la dcha. "Manos")

Cuando ya estamos a punto de tomar tierra y dar gracias que estamos sanos y salvos observamos una zona cercana a la ciudad donde se encuentra una gran concentración de chabolas, al estilo de las que ya habíamos visto en el camino de Lima a Paracas. Tienen el mismo aspecto: cuatro "paredes" de fibra vegetal y sin techumbre. Lo que seguimos sin saber es de qué viven estas gentes.



Aspecto de la zona de acampada de los colonos

Una vez aterrizamos nos damos cuenta que estamos totalmente sudados. No sabemos si ha sido debido al intenso calor que hemos padecido en el interior de la avioneta, al mareo o a una mezcla de ambos. Recogemos nuestras mochilas y nos despedimos de los pilotos y nuestro compañero de viaje suizo.

Aunque no tenemos muy bien el cuerpo después de la experiencia ya va siendo hora de que vayamos a comer algo. Son algo más de las tres y nos metemos en un restaurante a comernos unas pizzas y tomarnos unas cervezas. Al final parece que tras ingerir algo se nos asienta un poquito el estómago.


Nos damos una vuelta por la pequeña ciudad de Nazca y callejeamos un poco. Compramos algo de fruta y así se nos va pasando la tarde. Cenamos la fruta y alguna cosilla más que tenemos en las mochilas sentados en un banco del parque Bolognesi. Al lado nuestro están unos chavales con un radiocasete a todo volumen y bailando y haciendo piruetas. La verdad es que lo hacen bastante bien. A las nueve de la noche nos dirigimos al Hotel Nazca Lines (Calle Bolognesi, Primera cuadra) para asistir a una charla sobre las Líneas de Nazca. En el "Planetario María Reiche" podremos observar planetas, constelaciones y estrellas observadas desde el Hemisferio Sur con ayuda de un telescopio. Nos explicarán la relación que tenían los nazcas con los astros, así como las principales teorías que explican la construcción de las famosas líneas. El guía que nos realiza el recorrido es un hombre muy culto y simpático. Nos quedaremos charlando con él de cómo está el mundo, la crisis, etc. durante un buen rato. Esto es algo que nos pasará varias veces más a lo largo del viaje.

Somos conscientes de que nos dejamos cosas por ver como acueductos, cementerios repletos de momias, etc. pero los dejaremos para el proximo viaje. Poco a poco nos tenemos que ir acercando al terrapuerto para coger el autobús nocturno que nos llevará a nuestro siguiente destino: Arequipa. Recogemos nuestras mochilas de la consigna y volvemos a pasar los controles de seguridad antes de poder montarnos en el bus. Nos comentan que en el pasado tenían mucho miedo a atentados de grupos terroristas como Sendero Luminoso o Tupac Amaru. Hoy en día ese riesgo prácticamente ha desparecido. El viaje va a ser durante la noche por lo que los asientos que hemos reservado se convierten en una media cama muy cómoda. Al poco tiempo de partir nos sirven la cena al más estilo aerolínea. Conocemos a un matrimonio de Girona que también se dirigen a Arequipa. Charlamos un rato hasta que nos dormimos plácidamente toda la noche sin contratiempos.



DÍA 4 (29/11/2011). ESTANCIA EN AREQUIPA

Cuando nos despertamos ya es de día. El paisaje es el de un territorio lleno de barrancos y grandes desniveles. El autobús está venga a bajar y subir cuestas para salvar los profundos valles que atravesamos. Poco a poco vamos ascendiendo hasta los 2350 m.s.n.m. de Arequipa. Es primera hora de la mañana por lo que tenemos tiempo para buscar un alojamiento que nos agrade. Vamos preguntando en diferentes oficinas que se encuentran por la terminal y al final nos quedamos con un pequeño hostalito cercano a la Plaza de Armas de la ciudad llamado Hostal El Pueblo Llaqta Wasi, en la calle Ribero Nº 536. Tomamos un taxi en las cercanías para que nos dirija hasta allí. Vamos comentando con el taxista un poco como va la política en Perú en los últimos tiempos (acaban de tener elecciones presidenciales). El hombre conduce que da miedo, le da exactamente igual las señales, arcenes o cualquier otra indicación de tráfico. Al final llegamos sanos y salvos.


Ubicación del Hostal El Pueblo Llaqta Wasi
 
Plano de Arequipa

Tras bajar las mochilas y hacer el registro de entrada nos vamos a nuestras habitaciones a darnos una buena ducha reconstituyente. La verdad que el hostal, aunque no es nada lujoso está bastante bien para lo que pagamos y, sobre todo, céntrico. El dueño ha hecho hasta una pequeña piscina en el patio. También tiene una terraza en el tercer piso donde se puede contemplar gran parte de la ciudad. Será interesante visitarla por la noche.


Aspecto del patio del hostal con piscina 

Lo primero que llama la atención es la presencia de tres grandes volcanes tan cerca de la ciudad: el Misti (5.822 m.s.n.m.), el Chachani (6.075 m.s.n.m.) y el Pichu Pichu (5.664 m.s.n.m.). Después de Lima, es considerada la ciudad más importante del Perú.



Arequipa y el volcán Misti


Vistas del volcán Misti desde la azotea del hostal

Muy cerca del hostal, al norte de la Plaza de Armas, se encuentra el barrio de San Lázaro, zona monumental de casitas con esos característicos sillares blancos que dan el significado al nombre de la ciudad de Arequipa: "ciudad blanca". Infinidad de edificios del centro de la ciudad están construidos con este tipo de piedra de origen volcánico: la catedral, el Convento de Santa Catalina, etc.


Barrio de San Lázaro





Autobús colectivo de Arequipa


No sé si será por la altura a la que estamos, por la falta de sueño o por el calor que empieza a hacer que decidimos irnos a tomar unos sándwiches, unos zumos (o jugos como los llaman allí) y unos mates para recuperar fuerzas. Una vez saciados decidimos empezar con nuestra intensa visita a la ciudad. Lo primero que hacemos es dirigirnos a la maravillosa Plaza de Armas. Está porticada por tres de sus lados y en el cuarto se encuentra la catedral. Los pórticos nos vendrán muy bien para evitar el intenso calor que hace.


Pórticos en la Plaza de Armas



Catedral de Arequipa

En el parque que hay en el centro de la plaza empezamos a ver, por primera vez en el viaje, a mujeres con la típica vestimenta del altiplano. Suelen llevar unos ropajes con colores bastante llamativos y con un sombrero característico: el bombín.


Vestimenta típica del altiplano

El primer lugar de obligada visita es la Catedral. Es de estilo barroco, aunque varias veces reconstruido debido a terremotos e incendios. La visita que realizamos va se guiada. Junto a nosotros cuatro vendrán otros tres chicos sudamericanos. El pequeño museo posee multitud de reliquias de oro y plata, así como gran cantidad de elementos litúrgicos y ropaje eclesiástico. Lo que para mí tiene mayor interés son las vistas desde la azotea del edificio. Se puede observar gran parte de la ciudad por los cuatro puntos cardinales. Además, los volcanes se sienten tan cerca que casi se pueden tocar.


Interior de la catedral de Arequipa


Panorámica desde la azotea de la catedral (Norte)


Panorámica desde la azotea de la catedral (Sur)


Nuestro siguiente destino va a ser la joya de la localidad: el Convento de Santa Catalina. Se trata de un complejo religioso que prácticamente es una ciudad en sí mismo. Posee casi todos los elementos arquitectónicos para poder ser autosuficientes: desde cocinas a hornos de leña para cocer el pan, fuentes, huertos, habitaciones, iglesias, jardines, etc. Nos hace gracia descubrir unas conejeras con cuyses. No son mascotas, sino la comida de alguno de estos días. A lo largo de nuestro viaje tendremos la ocasión de probarlos.

Además, es un lugar fantástico para sacar fotos ya que los colores dominantes del complejo son el ocre y el azul cobalto proporcionando un contraste espectacular en las instantáneas. Se puede visitar el lugar tanto por libre como con una guía. Con ayuda de un planito que nos entregan en la entrada decidimos ir a nuestro aire y respirando la tranquilidad que emana el lugar. También hay opción de hacer la visita nocturna varios días a la semana.


Plano del Convento de Santa Catalina


Interior del Convento de Santa Catalina


Fuente donde poder refrescarnos


Paseando por las calles del convento



Cobayas o cuyses en una conejeras

Hace muchísimo calor, por lo que tendremos que estar tomando agua continuamente para no desfallecer. En cierto momento alguno de nosotros tenemos que visitar los baños del complejo varias veces. ¡Mal asunto! Creo que la tan temida diarrea se ha apoderado de mi. Me acuerdo del ceviche que cené hace un par de dias. Para evitar problemas mayores me tomo una pastilla de Fortasec. ¡Mano de santo!

Un poco cansados de tanta visita nos vamos a la Plaza de Armas en busca de algún restaurante donde poder comer algo. Hay múltiples establecimientos y con gran variedad de precios. Nos metemos en uno que no tiene malos precios y degustamos comida local, esta vez sin platos sin cocinar. La verdad es que los vegetales y carnes que nos sirven están exquisitos. Además, comemos en la terraza, por lo que las vistan son de primera y el aire que corre nos refresca un poco.

Ya por la tarde hacemos unas compras en uno de los supermercados del entorno y nos aprovisionamos de agua, fruta y zumos principalmente. También compramos unas barritas energéticas para utilizadas en el Cañón del Colca.

Lo siguiente que tenemos que hacer es buscar una agencia que nos lleve al Colca. No hay muchos problemas en encontrar una. La zona de la catedral y aledaños está llena de ellas. Al final contratamos el viaje y estancia en el Cañón, traslado en bus y hotel para una noche en Puno. La parte mala es que debemos partir hacia las tres de la madrugada por lo que debemos ir a dormir excesivamente pronto esta noche.

Solucionado todo por el momento nos vamos a cambiar algo de dinero en los diversas casas de cambio que se encuentran en la calle Jerusalén. Nos vamos a tomar unas cervezas y cenamos unas pizzas en un pequeño local del centro. Ya es de noche y las calles están a rebosar de gente queriendo ir de fiesta. Multitud de jóvenes deambulan por el centro de la ciudad para ir a bailar y tomar unas copas. ¡Es una pena no poder quedarnos un día más para disfrutar de la noche ariquipeña!

Antes de acostarnos subimos a la terraza a contemplar el cielo estrellado del hemisferio sur. ¡Una gozada para nuestros ojos! Tras ello dejamos preparados nuestros bultos porque hemos quedado en que nos recojan a las tres y media de la madrugada. 

La sensación de frío aumenta debido al destemple que tenemos al madrugar tanto. Mientras esperamos a que nos recoja el autobús que nos conducirá toda la noche hasta el Colca entablamos conversación con el dueño del hostal. Es un personaje muy curioso, bastante culto pero un poco iluminado. Cuando empieza a contarnos sobre las supuestas relaciones entre las Líneas de Nazca, las formaciones rocosas con forma de animales o persona que se encuentran a lo largo de toda la geografía peruana, etc. y sus relaciones con la vida extraterrestre nos "hacemos los suecos". ¡Menos mal que el autobús ha llegado! Nos despedimos y nos montamos. Somos los últimos pasajeros que recoge el minibús de la agencia. Por delante nos quedarán unas seis horas antes de llegar a nuestro destino.


DÍA 5 (30/11/2011). VIAJE Y ESTANCIA EN EL CAÑÓN DEL COLCA

Nos despertamos cerca ya de Chivay, después de una noche de curvas y frenazos del conductor. ¡Como conducen estos peruanos! Aquí ya hemos subido hasta en torno a los 3600 m.s.n.m. aunque todavía no notamos ningún signo del mal de altura. La ruta que estamos siguiendo desde el inicio del viaje ayuda a irnos aclimatando poco a poco. Hay gente que viaja directamente de Lima a Cuzco y nota enseguida el malestar debido a un aclimatamiento deficiente. Además, suele durar unos cuantos días.

Llegamos primero a Chivay, donde bajarán nuestras mochilas grandes y nos las dejarán en la consigna de la estación de autobuses hasta mañana, cuando viajemos a Puno. Después nos dirigimos a un pequeño pueblo, creo que Pinchollo, donde la carretera asfaltada se transforma en un camino de tierra y nos ofrecen un desayuno reconstituyente realmente rico y abundante, donde no falta el pan, mermeladas, olivas, café o mate de coca. A partir de aquí será un camino tortuoso lleno de curvas por pistas de tierra hasta llegar al Mirador del Cóndor.


Región del Colca

El lugar está atestado de turistas, ¡y eso que se supone que es temporada baja!. Se supone que debemos avistar los cóndores cogiendo las corrientes de aire ascendentes que se generan al amanecer pero me parece que el madrugón no ha valido para nada. Solo podemos avistar a los lejos lo que parece uno. Nos dedicamos a observar a los lugareños intentando hacer negocio con sombreros y ropas típicas de los andes. Paso el rato haciendo algún robado.



Intentando avistar las aves



Bullicio de gente y puestos de recuerdos

Las mujeres suelen llevar una manta en la espalda y atada por el pecho que la utilizan para múltiples usos: desde llevar al bebé a portar alimentos. En esta zona del planeta no abundan las calles asfaltadas por lo que lo de llevar un carrito de niño o de la compra es inviable. Además, las largas distancias que tienen que recorren andando hacen imposible el uso de bolsa de mano.


Gentes del altiplano



Manera típica de transportar a los bebes





Tras media hora de espera decidimos movernos y dejarlo para otra ocasión. Nos dirigimos al punto de partida de la ruta de dos días que vamos a realizar a pie por el Cañón del Colca. Nada más llegar nos separamos en varios grupos, los que van a hacer la ruta en tres días y los que vamos a hacerla en dos. En nuestro grupo estamos la guía Norma, una chica muy bajita pero ¡cómo anda!, un grupo de tres irlandesas, una alemana y nosotros cuatro. El día es horrorosamente caluroso. Menos mal que llevamos agua y nos hemos aplicado buena cantidad de protector solar. ¡Ah, y la gorrita!


Objetivo: llegar al Oasis

La caminata hacia el fondo del valle nos llevará en torno a hora y media. Txemi flaquea un poco al no llevar gorra ni haber bebido mucho líquido por lo que se deshidrata un poco. El resto del camino, hasta las cabañas donde tenemos previsto pernoctar le costará un poco.


Camino de bajada al fondo del valle


Puente sobre el río Colca

Cuando llegamos al fondo del valle nos encontramos con el puente que atraviesa el río. Mientras nos reagrupamos aprovechamos para beber agua y refrescarnos los pies en las gélidas aguas del río. ¡Qué maravilla! A continuación debemos remontar una media hora por la otra margen del río hasta llegar a una casa donde nos darán de comer. Tomaremos una sopita y algo de carne, pero sobre todo lo que nos reactivará serán unas cervecitas bien frescas!! Es durante este rato de relax en el cual entablamos conversación con nuestras compañeras. Nos enteramos que las tres irlandesas se encuentran de medio año sabático. Se van a recorrer parte de Sudamérica, Nueva Zelanda y Australia, así como parte del Sudeste asiático. ¡Nos ponen los dientes largos! La chica alemana se encuentra estudiando su último año de carrera en Ecuador y ha aprendido castellano bastante bien. Le queda poco para regresar a su país. Este lugar es el punto donde la gente que realiza la caminata en tres días pernoctará el primero.

Ya descansados retomamos el camino hacia nuestro destino final: el Oasis. El sol empieza a bajar de intensidad por lo que el trayecto se hace más ameno que el de la mañana. Norma, la guía, nos va explicando la fauna y flora del lugar, como vivían (y viven) sus habitantes, etc. La verdad es que se hace una caminata muy amena. El lugar está repleto de árboles frutales: higos, peras,.. Los lugareños las exportan hacia Arequipa y Lima. Lo curioso del tema es que del valle solo se entra o sale a pie o en burro, por lo que todos los víveres y productos de necesarios, así como lo que exportan tienen que viajar de esa manera. ¡Hay que ver cómo andan los lugareños: vistos y no vistos!



Atravesando una torrentera



El sol castiga de verdad



¡Por fin divisamos nuestro destino! Al fondo camino de vuelta


Finalmente, ya con el sol casi poniéndose llegamos al complejo de cabañas. Se compone de varias docenas de chabolas de adobe y paja y una zona común donde se puede tomar algo y cenar. Se encuentra en pleno fondo de valle, sin agua corriente ni electricidad. Sin embargo, tienen unas piscinas ESPECTACULARES! El agua proviene de una cascada que sale de la pared de la montaña y que han canalizado hacia este lugar. Será uno de los mejores baños de nuestras vidas.


Cabañas




Piscina de aguas naturales

Después nos cambiaremos y nos iremos a reponer líquidos al bar-comedor que dispone el complejo. La pareja que regenta el lugar tiene un niño pequeño de unos tres años con el que juego hasta la hora de cenar. Después nos preparan una copiosa cena a base de sopa y pasta que nos deja como nuevos, aunque seguimos un poco cansados. Txemi, que anda un poco deshidratado, se toma dos litros de bebida isotónica en un momento.

De regreso a la cabaña, y sin luces a kilómetros de distancia, podemos contemplar uno de los cielos más limpios que he visto en mi vida. Estoy tan cansado que no me apetece sacar la cámara para inmortalizar ese momento. Nos vamos a la cama, no si antes rociar la cabaña y a nosotros mismos de repelente. Al estar tan cerca del río y con este calor el lugar se encuentra atestado de mosquitos.


DÍA 6 (01/12/2011). ESTANCIA EN EL CAÑÓN DEL COLCA Y VIAJE A PUNO

Nos levantamos muy pronto, a eso de las cinco de la mañana. Todavía es de noche y tenemos que andar con el frontal encendido. Los mosquitos han hecho de las suyas durante nuestro descanso pero no ha sido excesivamente grave. Txemi no se ha recuperado de la deshidratación y decide subir en mula. Se pueden contratar allí mismo por un módico precio.


El resto de nosotros nos ponemos en marcha a eso de las seis de la mañana, cuando todavía no hay prácticamente sol, pero antes tomamos unos zumitos de frutas y unas barritas energéticas para desayunar. Esto es importante ya que el desnivel que tenemos que salvar es de 1200 m, por lo que el calor puede jugar una baza importante. Ya desde el primer momento de la ascensión Alfredo pone un ritmo endiablado, adelantando a prácticamente todas las personas que han salido antes que nosotros. A medio camino oímos una especie de murmullo que proviene de la parte baja de la ascensión. Resulta ser un cóndor que ha madrugado y por fin nos deleita con su presencia. En este caso lo veremos desde arriba, no la típica estampa en la que se le ve el pecho. De vez en cuando nos adelantan autóctonos que se dirigen a sus quehaceres diarios, al colegio, etc. Andan verdaderamente rápidos, nos adelantan con extrema facilidad.


Cáctus en el camino
 
Final de la caminata

Empieza a calentar el sol. Sin embargo, la mayor parte de la ascensión la realizamos en zona de sombra por lo que el calor se amortigua. Finalmente, tras una hora y siete minutos de caminata, llegamos al punto de encuentro en la parte alta del cañón. Una vez arriba aprovechamos para recuperar líquidos y comer algo de fruta y unas barritas energéticas. También sacamos unas fotos del entorno mientras esperamos a nuestras compañeras de expedición.


Acantilados del Cañón del Colca

En un momento dado escuchamos de nuevo murmullo y vítores. Esta vez están dedicados a la gente que ha decidido subir en mula, ya que han salido más tarde que nosotros. Las mulas están acostumbradas a caminar por esos parajes y suben más rápidas que las personas. En la caravana, a parte de los turistas que han decidido subir montados, también se encuentran mulas cargadas con las mercancías que van a venderse en mercados lejanos. Finalmente, aparece por el camino nuestro amigo Txemi montado con mucho estilo en su mula con una sonrisa de oreja a oreja. Le sacamos varias fotos para inmortalizar ese momento. Nos echaremos muchas risas a lo largo del viaje con esa imagen (hoy todavía lo hacemos). 


Llega la caravana de mulas


Foto de grupo


Aprovechamos para reagruparnos con nuestras compañeras de viaje y nos dirigimos hacia Cabanconde para meternos un generoso desayuno. Por el camino atravesamos por infinidad de campos de maizales dispuestos en terrazas para salvar el desnivel del terreno que le dan un toque muy interesante al paisaje. Cuando nos vamos del pueblo vemos que en diferentes casas hay banderines de color rojo.  Nos explican que eso significa que en esos lugares se venden chicha elaborada artesanalmente por sus dueños.


Maizales sobre el Colca


El cóndor que de más cerca veremos
 
Pequeño jugando con una "espada láser"
 
De vuelta paramos en varios lugares a lo largo del trayecto para contemplar unas buenas panorámicas del cañón, aunque ni rastro de cóndores. En cambio, encontraremos multitud de puestecillos ambulantes donde nos intentarán vender todo tipo de recuerdos locales.


Panorámica del cañón

Un poco más allí, el autobús para en el pequeño pueblo de Maca con intención de que compremos más recuerdos (por enésima vez). Estamos un poco cansados de esta dinámica y nos vamos a dar una vuelta tranquilamente por el pueblito. La iglesia del lugar es bastante interesante, de un estilo barroco bastante sobrio.


Iglesia de Maca

Mientras, la gente curiosea en los puestecillos. Se sacan fotos con los lugareños vestidos con trajes típico, otros con llamas o águilas, etc. Lo único que compramos es un poco de agua para saciar la sed.




Niña jugando con una llama bebé



Descansando un poco

Como somos los únicos del grupo que nos dirigimos hacia Puno, ya que el resto retornarán a Arequipa, nos dejan en Chivay. Aquí pasaremos la mañana dando paseos y aprovechando para comer algo hasta que llegue la hora de partir en bus. Lo haremos con la compañía 4M-Express. El valor añadido a este billete de autobús es que además de llevarnos hasta nuestro siguiente destino realizan varias paradas a lo largo del recorrido para visitar una serie de parajes arqueológicos.

Esta pequeña localidad, situada a unos 3600 m.s.n.m. no tiene un gran atractivo. Prácticamente se la conoce por ser la población más grande en la ruta hacia el Colca, por lo que siempre te encontrarás con algún turista paseando por sus calles.

Por la tarde tomamos el autobús dirección a Puno. Al poco de partir ya empezamos a ascender unas empinadas rampas hasta llegar a la zona de Patapampa. Este es el punto más alto de la ruta, con una altura aproximada de 4800 m.s.n.m. Aquí sí que sentimos un poco el Soroche o Mal de Altura, sobre todo a Rafa. El autobús para unos minutos en un bar de carretera en el cual nos darán un sándwich para comer y sobre todo un mate de coca para aliviar un poco esa extraña sensación.


Ruta Chivay-Puno

La zona de la Patapampa es un mirador natural desde donde podemos apreciar una serie de volcanes y nevados tales como el Sabancaya, el Ampato y el Mismi. Es en este último donde dicen que nacen las aguas del río Amazonas. La extensión aproximada del mismo se encuentra en torno a los 6800 km hasta su desembocadura en las aguas del Océano Atlántico. El fuerte y gélido viento será nuestro compañero durante todo el viaje, por lo que habrá que abrigarse.


Carretera hacia Puno


Patapampa con volcán al fondo

El siguiente alto en el camino será en la Pampa Cañahuas, que es una reserva natural perteneciente a la Reserva Nacional de Aguada Blanca. Esta se encuentra destinada a la protección de camélidos sudamericanos como la vicuña, la cual, debido a su fina y suave lana, ha sido cazada casi al punto de su extinción. En esta área es donde más vicuñas en estado salvaje podremos observar de todo el viaje.




Pastor y rebaño de camélidos

A continuación nos dirigimos a la laguna de Lagunillas, ubicada ya en el Departamento de Puno a una altura aproximada de 4174 m.s.n.m. Aquí podremos observar en libertad a los flamencos.


Camino de Puno



Flamencos alimentándose en la laguna de Lagunillas

Ya nos vamos acercando poco a poco a Puno y hacemos una última parada para ir al baño. El dueño del bar de carretera posee varios ejemplares de llamas y alpacas con la que jugueteamos hasta que partimos de nuevo.









Ya es de noche cuando llegamos Juliaca. Una ciudad sin mucho atractivo. Lo único destacable es que posee el único aeropuerto comarcal. No paramos, sino que vamos directos hasta el final del trayecto, Puno  (3830 m.s.n.m.), la cual se encuentra a orillas del Lago Titicaca. La entrada a la ciudad es bastante curiosa ya que se accede desde lo alto del cerro para ir bajando vertiginosa por sus calles hasta llegar al centro de la ciudad. Es una de las mejores poblaciones desde la que se puede acceder al lago.



Plano de Puno


Desde la estación de autobuses cogemos un taxi que nos llevará hasta el Hotel Puno Terra, establecimiento que hemos contratado desde Arequipa. La habitación que hemos cogido es cuádruple por lo que nos ha salido bastante económica. Se encuentra muy cerca de la Plaza de Armas de la ciudad, en el Jr. Cajamarca Nº 247. Por medio del taxista contratamos una excursión al lago Titicaca para el día siguiente.



Ubicación del hotel Puno Terra

Tras dejar nuestras mochilas nos vamos a dar una vuelta por la zona centro. Hay que abrigarse, ya que a casi 4000 m de altura el frío se hace notar. Al lado de la Plaza de Armas se encuentra la calle peatonal Lima. Está repleta de bares donde puedes tomar algo y restaurantes. Al final nos decidimos por uno que posee una carta interesante. No hemos cenado en condiciones desde hace varios días por lo que las ensaladas, sopas y carne de alpaca que pedimos nos saben a gloria.

Debido a que nos hemos levantado muy pronto y llevamos muchas horas de viaje decidimos retirarnos a dormir.


DÍA 7 (02/12/2011). ESTANCIA EN PUNO/VISITA AL LAGO TITICACA


Nos levantamos bastante pronto para bajar a desayunar. Nos van a venir a recoger para llevarnos al embarcadero para la excursión por el lago. Como nos vamos a quedar otro día más en Puno reservamos de nuevo la misma habitación y partimos.


Plano de la Zona del Lago Titicaca


El puerto está repleto de barcos turístico que realizan excursiones por el entorno e islas del Titicaca. Se puede llegar a las islas mediante una de estas embarcaciones o por medio de un transporte discrecional. Nuestro programa consistirá en visitar a los Uros, sociedad que vive en islas de juncos, y visitar la isla Taquile. El guía nos comenta que tengamos mucho cuidado con el sol, ya que a esta altitud y en esta época del año la intensidad de los rayos solares es muy importante. Nos debemos proteger bien, así que nos vestimos con manga larga, pantalón largo, gafas, gorra y, cómo no, bien de crema de protección solar.

Según nos alejamos de Puno nos vamos dando cuenta de la inmensidad del lago. No en vano es uno de los lagos de agua dulce más grandes del mundo y el que se encuentra a mayor altura. Poco a poco nos vamos acercando a unas formaciones de juncos (totoras) que en realidad son islas artificiales creadas por la comunidad de los Uros. En ellas desarrollan su vida cotidiana. Poseen hasta animales domésticos como el cerdo o gallinas. Hoy en día su actividad fundamental es el turismo.



Lago Titicaca con Puno al fondo


Isla flotante

El barco nos lleva hasta una de las islas de totoras. En cada una de las pequeñas islas suele vivir una familia. Existen otras de mayor tamaño, las cuales poseen infraestructuras para toda la comunidad como teléfono público, médico, escuela,... El elemento básico en la vida cotidiana de los Uros es la totora. La utilizan para todo: desde la fabricación del soporte de las propias islas, levantando sus casas, construyendo sus barcos y como base de su dieta diaria. Nos explican como fabrican sus viviendas y como desarrollan su vida en el lago. También nos dan a probar las partes blandas de esta especie de junco y la verdad es que no está nada mal.


Explicación de la vida cotidiana de la comunidad



Teléfono público

Una vez finalizada la explicación nos intentan vender recuerdos construidos por ellos mismos con totora. A continuación nos embarcamos en una totora (también llaman a la embarcación tradicional de esta manera) y navegamos hasta la siguiente isla. Está será uno de los centros administrativos de la comunidad, con mayores infraestructuras que en la anterior, como no, construida a base de totoras.



Totora: embarcación típica de los Uros






En la embarcación que nos llevará hasta esta siguiente isla viaja una pequeña niña uro con su madre. Jugamos con ella un rato. Al principio no quiere hablar con nosotros, pero finalmente pierde la vergüenza y charlará un rato con nosotros. Aprovecho para sacarla unas cuantas fotos.


Niña Uro


Niño Uro




Nuestro siguiente destino será la isla Taquile donde comeremos. Se trata de una pequeña isla de no más de dos mil habitantes, con fuertes pendientes hasta llegar al centro urbano. Al contrario que la gran mayoría de los habitantes que les rodean que hablan aymara, estos hablan quechua.



Embarcadero de Taquile



Subiendo al centro urbano

La Plaza de armas no tiene especial interés ni encanto alguno a excepción de las maravillosas vistas que se obtienen del entorno. Justo cuando llegamos están saliendo los niños del colegio. Van todos vestidos de uniforme, lo que contrasta con los trajes tradicionales que llevan el resto de los habitantes del lugar. Mientras estamos sacando unas cuantas fotos del entorno y charlando aparece un chico de Santurce, un pueblo cercano a nuestra ciudad de residencia en España. Nos comenta que está trabajando en Londres y que lleva dos semanas de vacaciones en la isla. Nosotros le comentamos que llevamos una desde que partimos de Lima. Se disculpa porque no le hayamos entendido bien: ¡las dos semanas las lleva en Taquile! Nosotros no damos crédito a lo que nos comenta. Dice que está de relax y que este lugar es un buen sitio. Yo creo que un poco aburrido para dos semanas, pero bueno... Le comentamos nuestro plan de viaje y nos indica algunos de los sitios que a él le han gustado y que nos quiere recomendar. Finalmente nos despedimos porque ya es hora de que vayamos al restaurante a comer.



Niño jugando con un aro y una botella de plástico



Volviendo del colegio

El lugar donde comeremos es más una casa de uno de los vecinos que un restaurante en sí. Posee un local con una mesa corrida donde nos sentaremos todos. Nos sirven una sopa de verduras con quinua (cereal típico de la región andina) y de segundo trucha del lago frita. Yo no soy mucho de sopa pero esta es la más rica que he comido en mucho tiempo. La trucha está también espectacular. Será una de las mejores comidas que realizaremos en todo el viaje.

Al lado nuestro se encuentra un chico colombiano de unos treinta años de edad que nos comenta que es ingeniero en su país. Sin embargo, ha dejado el trabajo, ha vendido la casa, se ha comprado una moto de 125 cc de segunda mano y está recorriendo Sudamérica con ella. En este momento la tiene en el taller porque se le ha estropeado, posiblemente por los recalentones que se ha llevado al viajar a tanta altitud. Lleva consigo en todo momento su cámara réflex. ¡Será muy interesante poder ver el reportaje fotográfico al final de su viaje!

En torno a la Plaza de Armas y las calles aledañas los puestecillos de artesanía local florecen por doquier. Aunque no compramos nada hay productos interesantes.

El traje típico de los habitantes del Taquile es muy curioso. Los hombres llevan sombreros de lana del estilo de los gorros de dormir, confeccionados por ellos mismos. El color de los mismos indican el estado civil: rojo para los casados y blanco para los solteros.


Pequeños puestos callejeros

Cuando nos disponemos a regresar al barco, el cual se encuentra en un embarcadero en el otro extremo de la isla nos hace gracia el curioso sistema de bisagra que han puesto en una verja. Con ayuda de las suelas de goma de zapatos viejos han conseguido que al abrir la puerta esta vuelva a su sitio inmediatamente si dejar que nunca se quede abierta.


Verja ingeniosamente diseñada

De regreso nos echaremos una siestita en la embarcación hasta llegar de nuevo al embarcadero de Puno dos horas después. La tarde la dedicamos a callejear por el centro de la ciudad. Es fin de semana y se nota cada vez más gente joven en las calles. Incluso vemos una fiesta de graduación de ingeniería, donde todos los alumnos van de etiqueta. Nos tomamos unas cervecitas y acabamos cenando en un local de hamburguesas y perritos calientes que se encuentra pegado a la Plaza de Armas. Cruzamos los dedos para que al día siguiente no tengamos problemas con el estómago.

Nos retiramos a dormir porque mañana tenemos que madrugar para tomar el autobús que nos dirigirá por fin a Cuzco.


DÍA 8 (03/12/2011). VIAJE A CUZCO/ESTANCIA EN CUZCO

A la mañana siguiente nos vienen a recoger y nos llevan hasta la estación de autobuses donde cogeremos el autobús turístico de la empresa Inka Express que nos llevará hasta Cuzco haciendo varias paradas en pueblos con cierto interés. Esta es una buena manera de viajar y visitar pequeñas localidades a un buen precio. De otra manera es difícil visitarlas por falta de tiempo. Otra opción para realizar el mismo recorrido es en tren, aunque lo desechamos rápidamente al ver los precios tan caros de los billetes.



Plan de viaje Puno - Cuzco


El primer lugar en el que paramos es Pukará, localidad que posee un yacimiento preincaico excepcional llamado Kalasaya. Aunque no subimos hasta el yacimiento si visitamos el museo local que se encuentra junto a la iglesia. Se exponen una gran cantidad de monolitos antropomorfos procedentes del yacimiento. Esta localidad también es famosa por los toritos de cerámica que se fabrican. Se colocan por parejas en los tejados de las casas como símbolo de buena suerte. Los veremos a lo largo de toda el área de influencia de Cuzco.


Museo de Pukará
Toritos sobre la verja de la iglesia de Pukará
 
Poco después alcanzaremos la divisoria entre el distrito de Puno y Cuzco. Este punto se denomina "Abra la Raya" y se encuentra a 4335 m.s.n.m. Paramos unos minutos para observar las maravillosas panorámicas que se pueden observar desde este lugar.


Vías del tren Puno-Cuzco


Venimos apreciando en gran cantidad de localidades como los niños en vez de estar en el colegio se encuentran ayudando a sus padres en el negocio familiar. Es curioso como en este país no están más encima de estas prácticas de explotación infantil. Lo veremos a lo largo de toda nuestra andadura.


Niña vendiendo en un puesto de artesanía



Iglesia y mercado junto a la vía del ferrocarril


A partir de este punto comienza una trepidante semana cultural que culminará con la visita al santuario de "Machu Picchu". Comenzamos descendiendo el valle en dirección hacia Cuzco. Por el camino podremos observar el modo de vida de las gentes del lugar, basado fundamentalmente en la cosecha del maíz en las zonas bajas del valle y de la papa en las zonas altas.


Modo de vida tradicional - Plantación de maíz

Durante gran parte del recorrido hacia Cuzco la carretera discurre paralela a la vía del ferrocarril. Podremos observar multitud de casetas totalmente pintadas con los nombres de los candidatos a la presidencia del 2011 (esto ocurrirá a lo ancho de todo el país). Se nota que esta región posee un clima más benigno para la cosecha, ya que podemos apreciar una mayor riqueza. Las casas suelen ser de adobe, en algunos casos vistosamente pintadas. La gente se dedica principalmente a la agricultura. También podemos contemplar rebaños de ovejas. Por cada pueblo que pasamos vemos los típicos puestecillos de comida casera y venta de chicha de elaboración artesanal.


Ferrocarril Cuzco-Puno


Caseta pintada con los candidatos presidenciales

Un poco más adelante pasamos junto a Aguas Calientes de Marangani. Se trata de una serie de piscinas termales las cuales se encuentran atestadas de lugareños. Estos tanto se bañan como lavan la ropa en sus aguas. Es muy curioso.

La siguiente parada va a ser en Raqchi, pequeña localidad donde se ubican las ruinas de unos de los templos más importantes del imperio inca: Viracocha. Poseía uno de los tejados incas más grandes que se conocen, aunque los españoles lo destruyeron casi todo a su llegada.

Para llegar a las ruinas hay que pasar por la plaza del pueblo donde se ubican una simple iglesia de estilo barroco y un mercado de artesanía.


Iglesia y mercado de Raqchi
El guía que nos explica el yacimiento es un tipo super culto, como casi todos los que nos encontraremos durante el viaje. Atiende a todas nuestras cuestiones y nos hace una ruta muy amena.


Ruinas del templo de Viracocha
Nuestro guía explicándonos la estructura hipotética del templo



Ruinas del templo de Viracocha


Silos para el maiz



Acequias incas

Antes de parar en la siguiente localidad donde visitaremos su maravillosa iglesia haremos un alto en el camino para comer. Pararemos en un restaurante de carretera donde comeremos fabulosamente bien. Es un buffet libre en el que probamos multitud de platos locales. El que más me gusta es una especie de croqueta de quinua: ¡una pasada para las papilas gustativas!

Continuamos hasta el pueblo de Andahuaylillas. De aquí a Cuzco ya solo quedan unos 45 km. El mayor atractivo del lugar es su fantástica iglesia jesuita de estilo barroco totalmente decorada en su interior con murales y tallas. Tienen gran cantidad de oro y plata en sus paredes, así como textos tanto en castellano como en latín, quechua, aimara y puquina. Se la llama la "Capilla Sixtina de América" y la verdad es que no andan desencaminados. En el momento de nuestra visita estaban restaurando la fachada y gran parte de los frescos, aunque se podía visitar sin problema.


Iglesia de Andahuaylillas

Cuando llegamos a Cuzco y nos bajamos del autobús ya está oscureciendo. Cogemos un taxi y nos dirigimos al Hostal Monarca, el cual tenemos contratado en Puno. Se encuentra en la calle Pumapaccha, Nº 290, esquina con la calle Recoleta. Lo único bueno de este alojamiento es la ubicación. Se encuentra en el barrio de San Blas, muy cerca de la Plaza de Armas. Por lo demás es un alojamiento bastante prescindible. De hecho nos cambiaremos a otro los siguientes días.


Ubicación del Hostal Monarca


Callejero de Cuzco


Salimos a dar una vuelta por el centro. Paseamos por la Plaza de Armas y Plaza de San Francisco. La ciudad es una preciosidad, toda empedrada y los edificios de una factura soberbia. Mucho más bonita que Arequipa y, de lejos, que Lima. Un poco más allí se encuentra el Mercado Central aunque ya es tarde y están recogiendo, por lo que no podemos entrar a visitarlo. Seguimos por la calle Tupac Amaru, un poco más hacia las calles de abajo y nos damos de bruces con una explosión de comercios y vorágine consumista. Está lleno de locales de ropa y calzado donde solo encuentras gente local. No son tiendas para turista. Los precios son muy buenos aunque la ropa no es de primera calidad.

Como ya nos está empezando a entrar hambre buscamos un lugar para cenar y nos decantamos por el restaurante "Trattoria Adriano", Calle Mantas 105, esquina Avenida Sol. Un local donde se mezcla la comida italiana con la andina. Buena relación calidad-precio. Y después de un día bastante ajetreado nos vamos a dormir unas horas.


DÍA 9-11 (04-06/12/2011). ESTANCIA EN CUZCO

Amanece un día espléndido, por lo que tras rociarnos con el correspondiente protector solar salimos a patear las calles del "Ombligo del mundo", que es lo que significa Cuzco en quechua. Nos dirigimos hacia la Plaza de Armas para ver la catedral. Para ello primero tomamos la calle Recoleta, una estrechísima calle empedrada, sin apenas acera, por la que pasan continuamente coches y hasta minibuses. Es una calle muy bonita en la que gran parte de los edificios tienen en su base piedras originales de la época inca.


Paseando por la preciosa calle Recoleta

Toda esta zona del barrio de San Blas está formada por casas de pocas alturas, fabricadas en piedra y encaladas. Las cuestas son empinadísimas pero cuando se llega a la parte de arriba las vistas de la ciudad son espectaculares, sobre todo por la noche. Además, este barrio es muy bohemio. Está lleno de locales de moda, pequeños restaurantes y locales nocturnos de copas.


Callejón en el barrio de San Blas


Detalle de piedras incas en los muros de las casas



Lo primero que das cuenta es del ambiente que se respira. Es una ciudad muy viva, gente por todos los lados, comerciantes en cada esquina, restaurantes y bares por doquier. Tras esta primera impresión decidimos callejear y perdernos un poco por la parte antigua. Para ello continuamos por la calle Ruinas, donde se ubican varias agencias que organizar excursiones y restaurantes. A continuación nos dirigimos hacia la zona del Palacio Arzobispal para observar el maravilloso muro de época inca con piedras de gran tamaño y multitud de ángulos talladas  rústicamente y colocadas a hueso, las cuales han durado hasta nuestros días. Todavía es bastante pronto y no hay muchos turistas por lo que no tenemos problemas para sacarnos unas fotos. Un poco más tarde la cosa se pone casi imposible. Hay hasta un figurante del Gran Inka, el cual se saca un dinerillo posando para los guiris.


Muro inca en el Palacio Arzobispal


Callejón Siete Culebras


Plazoleta Nazarenas



Colegio San Francisco de Borja

Al final llegamos a la Plaza de Armas. Es un lugar precioso, lleno de soportales e iglesias, sobre todo iglesias. Este es el centro neurálgico de la ciudad junto con la cercana Avenida El Sol, la cual es la principal zona comercial donde se encuentran casas de cambio, comercios, bancos, etc. Algo que llama especialmente la atención es ver ondear la bandera rojiblanca del Perú junto con la arcoíris del Cusco. Puede resultar gracioso porque hay gente que a esta última la confunde con la bandera gay, cosa que no hace ninguna gracia a los lugareños. En realidad representa a las cuatro regiones del imperio inca. Comentar que prácticamente todos los edificios coloniales de la ciudad están construidos sobre los cimientos de otros anteriores de la época inca, por lo que se puede contemplar mezcla de estilos en el tallado de los sillares de sus muros.



Plaza de Armas. A la derecha la Catedral


Avenida El Sol




En uno de los laterales de la plaza, bajo las arcadas de los soportales de un edificio vemos que la fachada está completamente llena de panfletos y demás documentos pegados a la misma. Más tarde nos enteraremos que se utilizada para que los lugareños se expresen. Al finalizar el día se limpia y queda lista para que a la mañana siguiente otras personas vuelvan a utilizar la pared para otra reivindicación o denuncia.



Pared donde se pegan panfletos reivindicativos o de denuncia

Subimos por la calle peatonal Márquez Mantas en dirección a la Plaza San Francisco. Nos hace gracia ver cómo están colocando el Árbol de Navidad, ¡Con el calor que hace! Un poco más arriba podemos observar como gran parte de los edificios que se encuentran a ambos lados poseen unos maravillosos patios de estilo andaluz. Hoy en día casi todos se han convertido en lujosos hoteles.



Plazoleta Espinar. Preparando el árbol de Navidad


Casa con patio interior



Arco de Santa Clara y Plaza San Francisco

Aunque nos habían comentado que Cuzco es una ciudad que puede llegar a agobiar porque la gente local está continuamente dándote la lata e intentar venderte cualquier cosa o sacarte unas monedas, nosotros no percibimos ese ambiente. Tal vez sea porque es temporada baja, no lo sé. En la Plaza de San Francisco nos entretenemos un rato observando a los limpiabotas trabajando a destajo, echando un vistazo a los puestecitos de comida, etc. En un momento dado oímos silbatos repetidamente. Nos giramos  y contemplamos una manifestación relacionada con la educación y salud, donde la gran mayoría de las personas son chavales en edad escolar junto con algún profesor. Es muy vistosa porque van ataviados con trajes regionales muy coloridos y hacen sonar sus silbatos continuamente.



Manifestación en la Plaza San Francisco

Decidimos comer en una pollería de la zona. Son lo que en España llamamos Cerveceras, donde se come principalmente pollo, patatas y ensalada. En algunas sirven cerveza pero en otras no venden nada de alcohol.

Nos vamos a una agencia de viajes para contratar el "City tour". Podremos ver diferentes yacimientos arqueológicos de los alrededores de Cuzco como: Coricancha, Sacsayhuaman, Qenqo, Pucapucara y Tambomachay. Además incluirá guía. Lo contratamos en la agencia "Peru Apurimac Travel", la cual se encuentra en la Calle Ruinas Nº 483 (detrás de la Catedral). La visita dura de 14:00 a 18:30 horas.


Templo del Sol o Coricancha

Ya por la tarde decidimos irnos a visitar el Templo del Sol, ubicado en la actual iglesia-convento de Santo Domingo o Coricancha. Para ello compramos la entrada en la puerta del templo y nos integramos a un grupo para que nos realizan una visita guiada. Este templo era el más importante del imperio inca y se encontraba originalmente rodeado de placas de oro. Tras el expolio castellano en tiempos de la conquista hoy en día solo quedan parte de los muros de mampostería. Una de las cosas de la que los cuzqueños, y en general todos los peruanos de esta zona, se enorgullecen es que el diseño de sus estructuras con ventanas trapezoidales soportan mejor los movimientos sísmicos que las tradicionales ventanas rectangulares. Es por eso que gran parte de estos edificios han sobrevivido a nuestros días, mientras que los construidos por los españoles posteriormente  no lo hayan hecho en su gran mayoría. Este comentario lo oiremos hasta la saciedad durante nuestra estancia en esta parte del país.



Aspecto actual del Templo del Sol


Detalle de muro curvado en la entrada al Coricancha



Maqueta hipotética del Templo del Sol o Coricancha

En torno al claustro del convento se disponen parte de los tempos incas originales, entre los que se encontraban los templos de la Luna y las Estrellas. Así mismo, nos van explicando la cosmología y religión inca por medio de representaciones idealizadas del cielo austral, donde se pueden encontrar pumas, llamas y todo tipo de animales locales.


Detalle des ventanas trapezoidales perfectamente alineadas



Claustro del convento de Santo Domingo


Panorámica desde el Coricancha

Sacsayhuamán

Tras la visita al templo nos espera fuera un autobús que nos llevará al sitio arqueológico de Sacsayhuamán. El lugar se encuentra a unos dos kilómetros del centro, en una de las montañas que rodean la ciudad. Para llegar a ella tendremos que ir sorteando el desnivel del terreno pasando por los barrios periféricos, repletos de pequeñas casas de ladrillo de una planta en su mayoría donde viven la clases menos acomodadas, hasta llegar a este impresionante yacimiento. Su nombre quechua significa "halcón satisfecho". Lo que allí se puede ver no es más del 20% del original, sin embargo es inmenso. Esto es así porque los conquistadores españoles utilizaron gran parte de las piedras para construir sus casas en la ciudad. Sólo quedan las piedras más grandes y vistosas.

Es en la taquilla del sitio arqueológico donde compraremos el boleto turístico que nos servirá para acceder a gran parte de los museos y yacimientos de la región. El boleto se puede adquirir tanto en la ciudad (OFICINA DE INFORMACIÓN TURISTICA, Av. El Sol 103 OF. 101 Galerías Turísticas y Oficinas sucursales de OFEC, Calle Garcilaso s/n) como en los centros arqueológicos importantes.


Boleto turístico


La compra del Boleto es prácticamente imprescindible si se quiere visitar los lugares de interés turístico si pagar una fortuna. Es verdad que algunos no tienen mucho interés, pero sale más económico. Los sitios que se incluyen en el Boleto Turístico son los siguientes:
  1. Sacsayhuaman
  2. Qenqo
  3. Puca Pucara
  4. Tambomachay
  5. Pisac
  6. Ollantaytambo
  7. Moray
  8. Chinchero
  9. Tipón
  10. Pikillacta
  11. Museo de Sitio del Qoricancha (No vale para el ingreso al sitio Arqueológico de Qoricancha ni al Convento de Santo Domingo)
  12. Museo Municipal de Arte Contemporáneo
  13. Museo Histórico Regional
  14. Monumento Pachaquteq
  15. Museo de Arte Popular
  16. Centro Qosqo de Arte Nativo (Válido solo para ingresar una función de presentación de danzas folklóricas)
Este documento sólo da derecho a ingresar a los lugares indicados anteriormente pero no incluye servicios de guía, transporte u otros. Es válido durante los siguientes 10 días. Cuando se compra se debe poner el nombre y fecha.

Sacsayhuamán era uno de los centros religioso y militar más importantes del imperio inca. La zona arqueológica está compuesta por los siguientes sectores:


Sacsayhuaman




Plano de Sacsayhuaman




- Suchuna o Rodadero: ubicado en frente de la zona de los baluartes. Este sector estuvo dedicado al dios Arco Iris o K’uichi y fue construido con lajas labradas formando signos escalonados.


Suchuna o Rodadero

- Baluartes: en frente de la explanada se encuentra tres parámetros comúnmente conocidos como baluartes con muros ciclópeos por el tamaño de las piedras, de aparejos poligonales, algunas de ellas pesan entre 90 a 125 toneladas, de forma zigzag asemejando a un rayo.



Baluartes en forma de zigzag y expalanada


- Torreones: denominados Muyucmarca, Paucarmarca, Sallaqmarca.

Muyuccmarca: se halla al norte, al costado derecho del conjunto en la parte superior de los baluartes (muros en zigzag) etimológicamente Muyuq significa : redondo, Marca: población; en la actualidad se puede apreciar tres círculos de diferentes dimensiones acompañados con una serie de canales teniendo una función de almacén o depósito de granos como también ceremonial, es conocido ya que en la crónicas de Garcilaso de la Vega indica que en este sector el Inca Cahuide se lanzó de este torreón en la guerra civil que se tuvo con Manco Inca en contra de los españoles.

Paucarmarca: al lado sur del Sayacmarca, se halla cubierto de tierra, posiblemente pudo ser de forma cuadrangular, etimológicamente Pauca significa: festivo, bonito, alegre, jardín y Marca: población. Se cree posiblemente fue dedicado a las estrellas.

Sallacmarca: al costado del Muyucmarca y al medio, etimológicamente Sallaq significa: áspero, pedregoso y Marca: población. Es una construcción de carácter rectangular donde se encuentra solamente las bases de estas.

- Puertas: denominadas T’iopunku (puerta del sol) Ajawanapunku (puerta donde se mira la chicha) y Wiracochapunku (puerta de Wirachocha) ubicadas en la parte central y media de los baluartes, de formas trapezoidales que servían de ingreso para la zona de los torreones.


Puerta principal

- Andenes Reservorio: ubicado en el sector de Suchuna llamado Cocha tenía la función de rito ya que en este lugar se realizaba pagos para llamar al agua. Saqsaywaman habría sido una construcción de carácter religioso, aunque se señala también una función militar. Allí habría estado ubicado el Templo más importante del Hanan Qosqo o Cusco de arriba, dedicado a la veneración del sol (Inti) Luna (Quilla), Venus (Chasqa), Rayo, Trueno, Relámpago (Illapa). Se dice que posiblemente fue construido en la época del Inca Pachacuteq.





Panorámica de Cuzco desde Sacsayhuamán  

Qenqo

La visita ha sido un poco rápida, pero amenazaba lluvia. Nos reagrupamos y nos dirigimos al autobús para ir al nuevo destino: Qenqo. Se encuentra muy cerca de Sacsayhuamán, a escasos cuatro km de Cuzco. Es un inmenso promontorio rocoso tallado de escalones, hoyos y canaletas, seguramente hecho para depositar la chicha (bebida de maíz) que se consumía en los rituales incas. 

La palabra quechua K'enko significa "laberinto". El lugar se conoce como el cerro Socorro y abarca un área de poco más de 3,500 metros cuadrados que transcurre por las laberínticas galerías subterráneas o por los pequeños canales labrados en las rocas en forma de zigzag. En realidad, se ignora la finalidad de esta construcción ciclópea, que bien puede ser un altar, un tribunal o la tumba de un inca, tal vez de Pachacútec. Se presume que fue uno de los santuarios más importantes que hubo en el incanato.

Aunque existen muchas opiniones acerca de la finalidad que tuvo el lugar, la mayoría de estudiosos coinciden en aseverar que estuvo dedicado a la fertilidad. Dentro de los sectores que se pueden diferenciar en el lugar se tienen, el anfiteatro o plaza principal, en la cual se puede apreciar una gran huaca o adoratorio, una cámara subterránea utilizada para ceremonias dedicadas al mundo de abajo, aunque muchos otros autores afirman que en el lugar se realizaban momificaciones y hasta sacrificios, finalmente en la parte superior se pueden apreciar pequeños sucancas (protuberancias pétreas utilizadas para medir el tiempo).


Qenqo


Panorámica de Qenqo

Las zonas que conforman Qenqo son:


- El Anfiteatro: Fue un templo donde se realizaban ceremonias públicas. Posee un área semicircular de 55 metros de diámetro (largo), donde se encuentran 19 hornacinas incompletas que están distribuidas a lo largo del muro. En el área libre central se encuentra un bloque de piedra de 6 metros de altura sobre un sólido pedestal rectangular. Posiblemente tuviese la imagen de un puma, aunque se encuentra tan erosionada que no se puede distinguir nada en absoluto. Además posee un saliente rocoso decorado con un pasaje que conduce a una sala subterránea, un complejo de andenes, habitaciones y un sistema de canales de drenaje destinado a evacuar el agua del lugar.



Anfiteatro con hornacinas
  
Monolito de piedra simulando un Puma


- La Cámara Subterránea: La construcción de este lugar es una proeza, ya que tanto los pisos como techos, paredes, mesas y nichos fueron labrados sobre la misma roca. Se considera que fue un lugar de culto para ritos secretos. Posee además andenes y canales para la evacuación del agua de lluvia.



Entrada a la cámara subterránea


- La Sala Mortuoria: Se trata de una cámara subterránea, labrada íntegramente en un bloque roca. Se dice que esta cámara subterránea pudo haber sido utilizada para embalsamar orejones, pero también es posible que allí se hayan llevado a cabo sacrificios tanto humanos como de animales (en especial la llama).



Altar labrado en la roca


Qenqo Chico

Un poco más allá del denominado Quenco (o Quenco Grande) se encuentra el sitio Quenqo Chico, bastante más destruido que Quenco Grande. Muestra restos de muros altos y el mismo labrado cuidadoso de la roca.


Quenqo Chico


Puka Pukara

Nuestro siguiente destino será Puka Pukara. Se encuentra a seis kilómetros de distancia de la ciudad del Cusco, etimológicamente Puca significa: Rojo, colorado y Pucara: Puesto de vigilancia, control o fortín. No se sabe exactamente su función principal pero se piensa que pudo ser un puesto de vigía o parada de viajeros. No en vano muy cerca discurre un ramal del camino inca.


Puka Pukara, Tambomachay y ramal del Camino Inca

Está compuesto por una plazoleta en la cual se observan algunas habitaciones, andenes, canales, siendo por todas sus características un fuerte militar, constituyendo un ingreso para Tambomachay.


Complejo de Puka Pukara y camino inca en la colina de detrás

Tambomachay

Ya está anocheciendo y nos queda un último lugar que visitar: Tambomachay. Se encuentra ubicado a siete kilómetros al noreste de la ciudad del Cusco. Nada más bajarnos del bus nos encontramos con lugareños intentando vendernos desde maíz cocido a recuerdos de Perú de dudosa calidad. Un chico español que trabaja en Lima y está de fin de semana turístico nos dice que está muy bueno. El se encarga de regatear a la señora y nos da a probar. La verdad es que está muy rico, dulce.

Etimológicamente, Tambo, significa lugar de descanso y Machay: cavidad subterránea, cueva. Tambomachay habría cumplido una importante función religiosa vinculada al agua y a la regeneración de la tierra. Presenta los siguientes sectores:

- Sector de fuentes con terrazas en diversos niveles: en la base se encuentra una fuente de gran tamaño que posee dos canales de relevancia ritual.


Fuente con dos canales

- Andenes: se hallan varios andenes que fueron netamente de aprovechamiento de suelos evitando así su erosión y presentando canales. Pukara, estructura semicircular desde donde se observa el sector de Tambomachay.


Terrazas de Tambomachay


Este paraje fue vía hacia el Camino del Kapaq Ñan (o Camino del Inca), ya que por este lugar pasa esta importante vía que servía de comunicación con todos los pueblos del Imperio.


Ya es de noche y regresamos a Cuzco. Suficiente para el primer día de turismo por el entorno. Nos dirigimos al hotel para arreglarnos un poco y cambiarnos. Decidimos dar una vuelta por la noche cuzqueña.

La vida nocturna es de primera. Es una de las ciudades a las que he viajado donde más vida nocturna haya visto. Los locales de copas no son grandes espacios o discotecas Son más bien pequeños garitos que se adaptan al tamaño de los edificios que los albergan. Sin embargo la ciudad es muy cosmopolita. Pueden encontrarte japoneses, australianos, norteamericanos y europeos por todas partes. Muchos locales poseen música en directo por lo que puedes pasar una agradable velada.

Hemos visto carteles de música en directo pegados por las calles en un bar llamado "7 Angelitos", así que luego nos pasaremos por ahí. Ha sido una pena no haber venido ayer ya que había un grupo que hacía versiones de Pearl Jam. Parece ser que en la zona de la calle Choquechaka hay bastante movimiento y nos vamos para allí a tomar algo. Hay mucha gente yendo y viniendo. Está muy animada. Después no dirigiremos al local de música en directo. El local es más pequeño de lo que me había imaginado. Sin embargo, hay un montón de gente de los orígenes más variopintos. Los dueños son argentinos y ponen unos de los mejores mojitos y piscos del Perú. En directo está tocando un chico argentino, que para postre es hermano de uno de los dueños, que se marca unas versiones de clásicos del rock muy buenos.

Salimos un poco tarde del local por lo que nos retiramos a la cama que mañana hay que madrugar.


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El día siguiente amanece de la misma forma: soleado y caluroso. Después de desayunar y dejar la ropa en la lavandería nos vamos a buscar algo que hacer hoy. Volvemos a la agencia que entramos ayer en la calle Ruinas para contratar la excursión por el Valle Sagrado. Nos tenemos que dar prisa porque el autobús sale de detrás de la Plaza de Armas en breve. El horario será de 09:00-14:00 h. Visitaremos unos telares donde producen ropas de lana de llama y alpaca para vender principalmente a los turistas, las Salinas de Mara y el yacimiento arqueológico de Moray.



Ruta del Valle Sagrado

Después de en torno a una hora de viaje llegamos a Chinchero, una pequeña localidad donde nos enseñan como elaboran diferentes tipos de tejidos como gorros, guantes, bufandas, ponchos, jerséis, etc. Por supuesto, lo que al final pretenden es venderte algo. Para mí lo más interesante del lugar es cómo elaboran los diferentes tintes de forma natural para luego colorear las ropas.


Lanas tintadas a partir de extractos naturales



Pies curtidos por el clima

Salinas de Mara

Nuestro siguiente destino serán las Salinas de Mara. Llegar a este lugar es un poco complicado. Se encuentra en el fondo de un valle y el único camino es una pista de tierra que zigzaguea por unas pendientes de vértigo. Más vale que no te cruces con un vehículo en sentido contrario porque alguno de los dos va a tener que echar marcha atrás. Las mejores instantáneas se pueden sacar en el camino de bajada.


Plano de ubicación de Maras y Moray
 
La sal era un elemento esencial en la economía inca (y en la de cualquier pueblo primitivo). La obtienen al evaporar el agua salada de un riachuelo sobre unas terrazas artificiales. Tras explicarnos el proceso de producción pasamos por una de las tiendas que se encuentran en la entrada del complejo y compramos un pequeño paquetito de sal gorda de recuerdo y para condimentar unos chuletones cuando volvamos a Bilbao.


Salinas de Mara. Al fondo valle del rio Vilcanota o Urubamba


Recogiendo la sal

Moray

A continuación nos dirigiremos hacia Moray. La atracción de este lugar son los impresionantes bancales dispuestos en forma de terrazas escalonadas donde se cree que los incas tenían un laboratorio experimental de cultivos. Cada nivel de terrazas posee un microclima específico, por lo que permitía a los incas determinar las condiciones óptimas de cosecha de cada especie.

Las terrazas se disponen en forma de anillos concéntricos. Cada  una se superpone a otra, formando círculos que van ampliándose. Se puede acceder de uno a otro escalando piedras salientes (sarunas), enclavadas en la pared.


Terrazas escalonadas de Moray


Vista aérea de Moray (Google Maps)
 
Una vez en el fondo del complejo descansamos un poco y atendemos a la explicación que nos hace el guía. La vuelta será algo más dura. Trepar por esas terrazas se puede llegar a hacer pesado a 3500 m.s.n.m., pero sobre todo por la gran separación entre los escalones (piedras salientes).


Diferentes niveles de terraza

Piedras salientes (sarunas), enclavadas en la pared

Ya de regreso podemos contemplar como los escolares retornan a sus casas del colegio, como los campesinos trabajan el campo o cuidan de sus rebaños de ovejas. Ya va siendo hora de volver al Cuzco.


Vida tradicional en el valle sagrado. Al fondo los Nevados



Vuelta a casa tras la labranza

Llegamos casi al anochecer. Nos vamos al hotel a asearnos y cambiar de ropa y nos volvemos a echar a las calles. Tomaremos unas cervecitas por el animado barrio de San Blas y decidimos cenar en el restaurante "El cajón del Naupa", uno de los muchos restaurantes que se pueden encontrar en la calle Choqueckaka. La cena está bastante bien, buena selección de platos: carnes, verduras, etc. Queremos probar vino peruano pero nos comenta la camarera que no tienen, que es bastante malo. Al final nos decantamos por un vino chileno y otro argentino. No están mal pero tampoco son una maravilla. Eso sí, muy caros.

Ya cansados nos vamos al hostal a dormir porque al día siguiente nos espera otra jornada maratoniana de visitas por la zona del Valle Sagrado.


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¡Un nuevo día! Tras desayunar un café con leche y unas tostadas volvemos a la agencia de viajes para contratar el hotel que utilizaremos en Aguas Calientes y los billetes de tren de Cuzco a Machu Picchu.

Tras ello tomaremos el autobús que nos va a llevar a los dos últimos destinos arqueológicos de la zona. La excursión irá de 09:00-18:30 h. El primer destino será la localidad de Pisac.


Pisac


Pisac posee dos parte muy bien diferenciadas: el “pueblo viejo” que es un sitio arqueológico considerado entre los más importantes del Cusco y un “pueblo moderno” de origen colonial. Lo más interesante de la zona moderna es su mercado, el cual atrae a multitud de turistas y peruanos procedentes de las aldeas cercanas, ataviados con sus coloridos trajes tradicionales. Paseamos por sus calles llenas de puestos con artesanía local hasta llegar a la Plaza de Armas, la cual está repleta de comercios. La verdad que es un poco agobiante tanta gente y tanto puesto. Nos comentan que esto no es nada comparado con el mercado dominical. ¡Madre mía!

Nos intentan vender de todo, desde los típicos complementos de "alpaca baby" hasta joyas de plata con piedras preciosas incrustadas. Según nos comentan en una de las tiendas las joyas de este lugar son "de buena calidad". La verdad es que no tienen mala pinta y las hay muy hermosas. Algunas de las personas que viajan con nosotros compran algún recuerdo para sus familiares.


Canal de desagüe con forma de serpiente

A continuación volvemos a montarnos en el autobús y comenzamos a subir y subir por una tortuosa carretera. Sobre una montaña a pocos kilómetros del pueblo moderno se encuentra el parque arqueológico de Pisaq. Este fue una capital regional muy importante en el imperio inca debido a su estratégica ubicación y productividad de sus tierras. La mayor parte de las construcciones que hoy se exhiben corresponde al momento más álgido del desarrollo inca. Pisac fue la ciudad de los torreones y de los mayores conjuntos de andenes, ya que su número y factura superan a cualquier otra ciudad inca. También es muy interesante el cementerio prehispánico, uno de los más grandes de América, donde existen millares de tumbas.


Mapa de Pisac


Plano de Pisac

Las vistas del valle desde lo alto son impresionantes.  Cuando llegamos a la zona de los nichos funerarios nos comentan que hay miles, gran parte de ellos profanados por los huaqueros o saqueadores de tumbas. Posiblemente haya algunas todavía vírgenes sin descubrir. A continuación trepamos por una empinada ladera llena de cuestas y escaleras hasta lo más alto de la zona denominada Qallaqasa.

En este lugar se pueden encontrar recintos, andenes, templos, canales, escalinatas, calles angostas, etc. Algunos recintos poseen dos niveles: el primero de piedra y el segundo de adobe. Este sector se halla aislado dentro de la misma ciudad por medio de un amurallamiento, por encima del camino.


Zona funeraria donde se aprecian los nichos


Terrazas y "Pisac moderno" en el fondo del valle


Terrazas con la fortaleza al fondo (Callacasa)


Panorámica de las terrazas o andenes de Pisac



Ollantaytambo

De nuevo nos ponemos en ruta hacia el último de los sitios arqueológicos que vamos a visitar antes de llegar a Machu Picchu: Ollantaytambo. La zona arqueológica de Ollantaytambo es otra obra monumental de la arquitectura inca. El complejo arquitectónico posee majestuosos muros de piedra labrada y portadas trapezoidales del templo y palacios. Fue construido en un lugar muy estratégico que domina todo el valle. Estaba formado por un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola. Este asentamiento es el último importante antes de llegar a Machu Picchu aguas abajo. Viajando aguas abajo ya se empieza a notar cómo cambia el paisaje, no en vano estamos a las puertas de la selva tropical.


Mapa de Ollantaytambo



Plano de Ollantaytambo

En este lugar el Estado Inka estableció su centro administrativo, político y religioso más importante del Valle Sagrado, cuya función principal fue la producción del maíz, al igual que en el resto de los otros sitios ubicados en este valle como P'isaq, Wayllabamba, Yucay, Calca, etc., lo que permitió al Estado producir directamente y concentrar grandes cantidades de este cereal para el sostenimiento de los ejércitos, la tecno–burocracia administrativa, los mitayoq y la redistribución en general.


Panorámica de Ollantaytambo


Bancales con plaza del pueblo al fondo


Zona de cultivo entre ambas montañas del complejo arqueológico

El guía nos va explicando la distribución del espacio, funcionalidad de los diferentes elementos, etc. También nos comenta diferentes explicaciones fantásticas o exotéricas que se dan sobre todo este tipo de yacimientos arqueológicos incas y su relación con la naturaleza, los astros, etc. Unos se lo creerán y otros no. Es en ese momento cuando nos acordamos del dueño del hostal de Arequipa y sus explicaciones cosmológicas de las tallas de piedra, Líneas de Nazca, etc. Nos echamos unas buenas risas. Incluso tendremos que explicárselo a una chica argentina porque no para de reírse con nosotros sin saber por qué.


Muro con nichos trapezoidales
 
Detalle de los nichos
 
Camino de subida al Templo del Sol

En cierto momento comentamos al guía a ver si nos puede indicar alguna ruta para poder realizar en torno a Machu Picchu, ya que queremos hacer alguna al día siguiente. Nos comenta que no hay muchas, que las pocas que hay en esa zona se dirigen todas a complejo de Machu Picchu y que la selva se lo come todo. Sin embargo, recuerda que había una que subía hasta un monte que se encuentra justamente en frente del yacimiento: el Putukusi, pero cree recordar que se encontraba en malas condiciones. También se encuentra la ruta alternativa al carísimo tren que lleva hasta Aguas Calientes. Se trata de la ruta que saliendo desde este punto llega hasta Santa Rosa por carretera, luego a Santa Teresa y desde ahí hasta Agua Calientes andando remontando el rio Urubamba. Esta ruta ya la habíamos contemplado al preparar el viaje pero al final la desechamos porque igual no podríamos hacerla todos en buenas condiciones.


Una vez salimos del recinto nos encontramos en la plaza contigua con una multitud de puesto de recuerdos atestada de turistas. ¡Huimos en cuanto podemos!


Lugareños haciendo adobes de manera tradicional

Toca retornar a Cuzco, pero antes volveremos a hacer una parada en un centro de producción de ropas de lana artesanal en Chinchero. Es el mismo cuento que el otro día. Te muestran como obtienen los tintes a partir de tintes naturales, las diferentes clases de lana que existen y, al final, intentan venderte algo. No le presto mucha atención hasta que empieza a hablar la chavalita de no más de catorce años. Es espectacular la labia que tiene y lo salsera que es. Se convierte en todo un espectáculo. Todo el mundo acaba asombrado de la muchacha. ¡Esa niña se merece llegar alto!



Niña explicando el proceso de obtención de los tintes naturales



Paisaje del Valle Sagrado camino de retorno a Cuzco

Ya de noche regresamos al hotel tras una larga jornada de viaje en bus. Nos aseamos y nos damos una vuelta nocturna por el barrio de San Blas. Subimos sus empinadas cuestas y nos dirigimos hacia la plaza de la iglesia homónima. Las vistas de Cuzco desde este lugar son simplemente espectaculares.


Vista de Cuzco desde el barrio de San Blas

Callejeando por sus estrechas calles nos encontramos con diferentes establecimientos con un toque menos convencional o alternativos. Suelen estar regentados por argentinos o chilenos (no distingo el acento), así como por algún peruano. Van desde tiendas de complementos, que no tienen nada que ver con los típicos recuerdos que hemos visto hasta ahora, como coquetos restaurantes con un puñado de mesas y precios contenidos, así como algún pequeño bar. En algún sitio había leído que el bar "Km 0" estaba bastante bien, así que para allí nos dirigimos. El local es verdaderamente pequeño pero ponen la cerveza bien fría y buen rock and roll. Tienen un minúsculo escenario en una esquina donde supongo harán pequeños conciertos pero cuando llegamos nosotros todavía no hay mucho movimiento.

Nos vamos a buscar algún bar por las calles contiguas al Monasterio de Santa Clara. Encontramos uno en el que se anuncia un concierto para dentro de un rato. Entramos para tomar algo. Subimos al primer piso que es donde se encuentra la barra y el escenario y pasamos un buen rato charlando y preguntando a la camarera por el nombre de alguno de los grupos que está pinchando. Sobre todo son bandas latinoamericanas. Muy pocas de ellas conocemos, pero eso es lo bueno de viajar: conocer cosas nuevas, ¿no? Se me quedará toda la noche en la cabeza una de las canciones que nos pinchan: Soda Estereo - Música Ligera. Una buena guía de locales interesantes es "Espacios culturales alternativos el Cusco".

Seguimos callejeando un rato más hasta que se hace hora de ir a acostarnos. Mañana toca viaje en tren hacia Aguas Calientes.


DÍA 12 (07/12/2011). VIAJE A AGUAS CALIENTES

Después de desayunar copiosamente nos dirigimos al Hotel Awki's Dream con nuestras mochilas. Este será nuestro nuevo alojamiento a la vuelta de Machu Picchu. No nos ha gustado el hostal en el que hemos estado alojados y nos movemos a este, después de negociarlo por el mismo precio. En temporada baja es bastante fácil encontrar establecimientos con habitaciones libres y se puede acordar un precio fácilmente. En temporada alta eso es otro cantar. El local se encuentra a escasos cincuenta metros del anterior, en la Calle Collacalle 310 - 312. Aquí nos guardarán las mochilas grandes y podremos viajar a Aguas Calientesmás comodamente con las pequeñas unicamente a la espalda.


Ubicación del hotelAwki´s Dream

Nos viene a recoger un taxista para conducirnos a la estación de tren, que actualmente se encuentra a unos quince kilómetros de Cuzco, en Poroy. Antiguamente salía del mismo centro de la ciudad. El trayecto no lleva más de veinte minutos. Cuando llegamos le pedimos al taxista su teléfono por si lo necesitamos a la vuelta, ya que los billetes de regreso que hemos comprado solo llegan hasta Ollantaytambo (bastante más baratos). Para regresar a Cuzco cogeremos o un colectivo o un taxi, ya veremos.

El tren sale puntual en torno a las seis de la mañana. Viajamos con la única compañía que realiza ese trayecto Perurail. Ellos lo saben ya que cobran el trayecto por un precio muy elevado. El viaje dura unas cuatro horas, aunque la distancia a recorrer es poco más de 100 kms. Es muy importante elegir el tipo de tren en que se quiere viajar ya que los precios varían sustancialmente. El que cogemos nosotros está repleto de mochileros ya que es el que mejor precio ofrece. En cada vagón nos atienden azafatas que nos ofrecerán aperitivos y bebidas "gratis". Se realiza casi todo el trayecto bordeando el río. Las vistas a la campiña son especialmente bellas. Podemos ver como los niños van al colegio, los padres al campo o a cuidar de sus animales. El día está radiante. No se ven a penas nubes.

En un momento dado el tren se para prácticamente y de repente retrocede. Nos damos cuenta que esto debe ser la famosa cremallera, artilugio diseñado para sortear los grandes desniveles existentes entre Cusco y Machu Picchu. Esta operación la realizará varias veces más.






Camino de Machu Picchu

A medida que vamos descendiendo el desnivel que nos dirige hacia nuestro destino vamos observando cómo va cambiando la vegetación. El bosque se transforma en frondosas manchas de un color verde intenso que cubren prácticamente todo el terreno. Nos estamos acercando a la selva tropical.


Rio Urumbanba paralelo a las vías del tren


Ruinas incas cerca de Pachu Picchu

El tren hace unas breves paradas en el km 88 y en el 102 para permitir que se apeen las personas que van a realizar la ruta del camino inca de cuatro y dos días respectivamente. Para poder realizar esta excursión se debe reservar con mucha antelación, sobre todo durante los meses de verano (entre tres y cinco meses de antelación). Nosotros no hemos podido reservar porque decidimos el viaje a con poco margen. ¡Otra vez será!

Se puede reservar por internet con diversas compañías turísticas. Para ver las plazas que quedan se puede visitar la página web del Instituto Nacional de Cultura de Cusco. Los boletos para realizar la excursión las gestiona el Instituto Nacional de Cultura de Cusco. Existe un cupo de 500 personas por día que abarca tanto a los visitantes del trekking de 2 como el de 4 días. Además, dentro del cupo se contabilizan a los porteadores, guías y cocineros. Es decir, el número total de visitantes diarios se reduce a 220 personas.

El recorrido total es de 43 km. Consiste en un camino tortuoso con tres pasos elevados. Las vistas desde aquí deben ser fantásticas. Se pasa junto a varias ruinas incas antes de llegar al final del desino.



Ruta del Camino Inca a Machu Picchu

El Cápac Ñan (en quechua, Qhapaq Ñan: ‘camino del rey’ o ‘camino real’) o camino del Inca es el nombre que se les da al extenso sistema de caminos, eje principal de la red viaria del Imperio Inca. Todos los caminos del imperio se vinculaban con el Cuzco, la capital imperial, de donde se desprenden una serie de caminos que unen los distintos pueblos del Imperio incaico. Durante el Imperio incaico constituyó un medio de integración para la expansión imperial de los incas en los aspectos político–administrativo, socioeconómicos, sociales, culturales y ambientales. Desde el siglo XVI fue usado por los conquistadores españoles para invadir Bolivia, Chile y las pampas del norte de Argentina. El "Camino Inca" que enlaza Cuzco Machu Picchu es solo una parte mínima y tangencial de la gigantesca red de caminos incas.



La tercera manera de llegar a Machu Picchu (aparte del tren y el Camino Inca) es por una puerta trasera, la llamada "Ruta Alternativa" (1, 2 y 3). Esta ruta parte desde Ollantaytambo por bus hasta la localidad de Santa María. De ahí a Santa Teresa se puede realizar a pie (23 km) o en camión (1 hora). En este lugar se pueden visitar las aguas termales que abren las 24 horas del día. De aquí a Machu Picchu distan 20 km de los cuales algo más de la mitad se realizan por las vías del tren que bordean el río.


Ruta alternativa a Machu Picchu

Finalmente llegamos a la estación de Agua Calientes. El trayecto acaba aquí, por lo que nos tenemos que bajar todos del tren. La estación y pueblo están enclavados en el fondo del valle, rodeados de unas montañas con unas pendientes de vértigo. No en vano encontraremos por todos los lados las señales de "evacuación" o "vía de escape" hacia zona segura por riesgo de desprendimiento o riada.


Nos dirigimos al hotel Royal Inti Inn Machupichu, donde tenemos hecha una reserva desde Cuzco. El establecimiento es muy recomendable, limpio y buena relación calidad/precio. Se encuentra en la Av. Pachacutec 8, al final de una empinadísima cuesta que se termina en las aguas termales de la localidad. Tras cambiarnos nos vamos a la calle para dar un paseo por el entorno. 


Ubicación del hotel Royal Inti Inn Machupichu

Decididos a poder realizar alguna ruta por el entorno nos dirigimos a la oficina de turismo de la localidad. Se encuentra en la plaza principal del pueblo. El chico que nos atiende nos comenta que no hay muchas rutas por el entorno a parte de la de Machu Picchu y la de seguir el río. Nos llevamos una desilusión con el paisaje tan espectacular en el que nos encontramos y que no tengan nada acondicionado a parte del mencionado camino a Machu Picchu. Finalmente nos comenta que hay una ruta que sube a lo alto del monte Putucusi, desde donde podremos tener unas vistas maravillosas del complejo Machu Pichhu justo enfrente. Nos indica cómo podemos ir y ... ¡para allí que nos vamos!


Plaza principal de Aguas Calientes


Vías del tren. Eje principal de la localidad

Bajamos a las vías de tren y seguimos aguas abajo por el camino paralelo al río Urubamba. La actividad y el movimiento de mercancías es frenética. A este lugar llega todo por tren: alimentos, material de construcción, etc. No hay otro medio.  Multitud de porteadores se dedican a distribuir los paquetes por toda la villa.


Recibiendo material


Siguiendo las instrucciones caminamos por las vías de tren durante unos diez o quince minutos (y varios túneles) hasta encontrar el desvío a la derecha hacia el Putucusi (2592 m.s.n.m.). Al salir del pueblo se nos ha juntado un perro y se ha hecho nuestro amigo. Nos sigue durante todo el trayecto hasta la base del monte.


Mapa de la zona de Machu Picchu


Caminando hacia el Putucusi

Hay que andar con cuidado por las vías, sobre todo en los túneles, porque pasan trenes que circulan entre la localidad de Santa Teresa (aguas abajo) y Aguas Calientes. La humedad en esta zona del país es bastante elevada y rompemos a sudar nada más empezar a subir por la ladera e introducirnos entre la maleza. Podemos contemplar unas vistas maravillosas del entorno. Incluso el pueblo, a pesar de que es horrible, parece bonito desde aquí.


Desvío al Putucusi y nuestro compañero de viaje


Sudando un poco


Aguas Calientes desde el camino al Putucusi


Vista de Machu Picchu desde la ladera del Putucusi

En cierto momento llegamos a un punto en el que parece no poder seguirse el camino. Donde debería haber una escalera de madera anclada a la roca solo quedan restos y el recuerdo de lo que en su día fue. Solo quedan algunos travesaños destrozados por el agua y el tiempo, junto con un cabo de acero oxidado. Dudando se trepar o no al final decidimos intentarlo. La verdad es que cometemos una estupidez al intentar subir porque nos podía haber ocurrido una desgracia. Trepamos unos treinta metros pero al ver que el estado del sendero no parece mejorar decidimos darnos la vuelta. Una pena porque las vistas desde arriba prometían. Nos acordamos varias veces del chico de la oficina de turismo por sus indicaciones. ¡Menudo capullo! Según estamos bajando aparecen dos chavales franceses que nos preguntan a ver si se puede subir. Les comentamos que el camino está bastante mal y que mejor que ni lo intenten. ¡Además van en chanclas!


Trepando el Putucusi


Se puede apreciar la ausencia de escaleras



Estado de los escalones de madera

Recorremos el camino de vuelta por la misma senda hasta las vías. No sabemos qué hacer ya qué se nos ha chafado el plan del día. Nos han comentado que debe haber un jardín botánico un poco más adelante por lo que nos dirigimos hacia allí. Poco a poco vamos avanzado río abajo.


Plano de la Zona de Machu Picchu - Huayna Picchu y ruta de Santa Teresa

Nos cruzamos con varios trenes. Empezamos a ver gente en dirección contraria. Muchos de ellos vienen con guía. Suponemos que vienen de Santa Teresa, haciendo el camino alternativo a Machu Picchu. De repente nos encontramos con la chica alemana que estuvo con nosotros en el cañón del Colca. Charlamos un poco de cómo nos está yendo el viaje y nos confirma nuestras sospechas de donde viene la gente. Nos comenta que se han levantado muy pronto para poder subir a Machu Picchu ese mismo día.





Decidimos ir hasta la central hidroeléctrica que se encuentra unos kilómetros más allá. El camino está lleno de vegetación selvática y los pocos vecinos que viven en el entorno se dedican a plantar plataneras y alquilar habitaciones para turistas.







El camino, que va rodeando al río junto a la vía de tren, permite observar las ruinas de Machu Picchu desde abajo. Otra visión diferente a la tradicional.



Ruinas a los pies del Huayna Picchu







Llegando a la hidroeléctrica nos damos cuenta que se nos está haciendo tarde y que si no nos damos prisa nos va a caer la noche. Además, amenaza lluvia. Volvemos a cruzar el puente sobre el río a paso ligero y nos paramos en un vagón abandonado que hemos visto a la ida para comer un sándwich.


Puente sobre el río Urubamba


Vagón abandonado donde comeremos

Ya es casi de noche cuando llegamos a la entrada del Santuario de Machu Picchu. Nos hemos librado por poco de la lluvia. Solo nos han caído unas pocas gotas. Hay un bar en la entrada y nos tomamos unos zumos, unas cervezas y nos sentamos en un banco para descansar. En la caseta de entrada se exponen unos mapas de la zona y los echamos un vistazo. De la garita sale el guarda y entabla conversación con nosotros. Nos cuenta cuando abren las puertas del recinto, como subir andando al lugar, etc. La verdad que la conversación cunde mucho.

Tras ello, ya de noche, nos vamos al hotel para ducharnos. Salimos a cenar algo y tomar alguna cerveza. Acabamos en un local de comida rápida donde pedimos unas hamburguesas con patatas de las que nos acordaremos el siguiente día. Vamos a pasear por la zona del pueblo donde viven los lugareños, ya que en la turística no nos dejan en paz. Esta localidad será de los pocos sitios que nos hemos agobiado un poco con lo pesados que son. La noche está muy animada y callejeando acabaremos viviendo una fiesta de fin de curso por vacaciones y navidad en el patio de un colegio. Todos los familiares de los alumnos se encuentran allí viendo como cada una de las clases realiza el baile que ha preparado para la ocasión.

Nos retiramos a la cama sin saber muy bien que vamos a hacer al día siguiente.


DÍA 13 (08/12/2011). ESTANCIA EN AGUAS CALIENTES

Toda la noche transcurre lloviendo a mares. Cae tanta lluvia que no nos deja ni dormir. A la mañana siguiente el día aparece plomizo y con una ligera llovizna. Si ya no teníamos muy claro que hacer hoy, con la lluvia se acabaron las alternativas.


Amenaza lluvia
Nos levantamos tarde y desayunamos tranquilamente. Una chica que se encuentra con su bebé en la mesa de al lado  nos invita a dulces hechos por ella. Acaba de abrir con su marido una panadería/pastelería a la vuelta de la esquina. Nos vamos a dar un paseo por el pueblo. Subimos hasta las aguas termales pero no entramos. Intentamos dar un paseo aguas arriba del río pero el tiempo no nos acompaña. Paseando por la ribera vemos lo duro que es trabajar en ciertas partes del mundo. Podemos contemplar como un puñado de obreros de la construcción están picando a golpe de martillo y cincel las rocas del río. A continuación las transportan en carretilla por improvisados puentes de chapas hasta que llegan a su destino final.


Cantera para la construcción de edificios


Transportando la mercancía del tren al pueblo

Acabamos dando un paseo por el mercado que se encuentra junto a la estación de tren para pasar el rato. No hay gran cosa, casi todos venden lo mismo y son los típicos recuerdos que se podrán encontrar en cualquier otro mercado del Perú. Además, aquí son más caros. También visitamos varias librerías donde acabamos comprando una guía muy práctica de Machu Pichhu. Como nota curiosa nos comentan en una librería que todos los libros están envueltos en plástico debido a la alta humedad que siempre hace en esta región de Perú. Si no, los libros acabarían arrugados por la humedad.

Como es el día de la Inmaculada Concepción todos los niños y niñas del pueblo en edad recibirán su primera comunión. Después de la misa el pueblo se anima mucho con las procesiones y la música tocada por la banda municipal. ¡Los guiris alucinan porque pocos han visto algo semejante en sus vidas!



Comuniones el día de la Inmaculada Concepción

A la hora de comer nos metemos en un restaurante de la zona "no turística" donde solo ponen un plato de comida contundente. Esta muy concurrido por trabajadores locales. Comen a toda prisa sin hablar entre ellos. Nosotros vamos a nuestro ritmo, más lento y degustando la comida local: arroz con carne guisada, toda ella condimentada con especias locales. El precio es ridículo y la camarera muy amable.

La tarde la pasamos charlando, decidiendo que vamos a hacer los próximos días, tomando alguna cerveza y pasando por el baño (consecuencias de la cena de la noche anterior). También nos vamos a la estación de autobuses para ver los horarios de salida del primer bus que sube a las ruinas de Machu Picchu. Txemi subirá en el de las seis de la mañana y nosotros lo haremos andando, partiendo a eso de las cinco y así coincidir en la entrada en torno a las seis y vente. Los tickets se compran en la taquilla que se encuentra en un edificio al lado del río, entre la plaza principal y la estación de trenes.

Ya por la noche decidimos meternos un homenaje y vamos a cenar a un restaurante muy interesante del centro llamado Pueblo Viejo, el cual se encuentra en la Calle Pachacutec 108. La atención recibida, así como la comida y bebida están muy bien. Es verdad que en esta época del año no hay "mucha gente" en este lugar y se cena muy cómodamente. Pedimos unas carnes a la brasa que nos harán en una parrilla que se encuentra allí mismo y de nuevo un vino argentino. Nos vamos a la cama porque mañana toca madrugar. Cuando llegamos al hotel dejamos todo preparado para el día siguiente: la ropa de agua, los bocatas y la bebida. En teoría no dejan meter bebida ni casi nada en el recinto de Machu Picchu con la excusa de que la gente ensucia. En parte tienen razón, pero por otro lado yo creo que quieren sacar dinero al turista por todos los lados. Estamos un poco desilusionados porque parece que este día tan esperado nos va a llover.


DÍA 14 (09/12/2011). VISITA AL SANTUARIO DE MACHU PICCHU Y HUAYNA PICCHU/VIAJE A CUZCO

Todavía es de noche cuándo nos levantamos. Además, hemos oído toda la noche como la lluvia cae sobre las baldosas de la calle, por lo que no estamos muy positivos. En parte no nos sorprende que llueva porque empieza la época de lluvias y la zona es subtropical. Lo que nos da rabia es que toda la semana anterior ha hecho muy buen tiempo. Desayunamos unas barritas energéticas, nos ponemos el traje de agua y salimos en dirección hacia la entrada del recinto del Santuario. Al salir del hotel nos damos cuenta que llueve más de lo que pensábamos. Nos cruzamos con los serenos y nos saludan. Van vestidos con sus capas para protegerse de la lluvia.

Tras veinte minutos de caminata bajo la lluvia, de noche y con la única luz de nuestro frontales llegamos a eso de las cinco y media de la mañana a la garita junto al río. Cruzamos el puente y comenzamos a subir  poco a poco por un angosto y empinadísimo camino lleno de escalones. Este va prácticamente en línea recta hasta la entrada al recinto, al contrario que el autobús que sortea un desnivel de en torno cuatrocientos metros por medio de una pista llena de curvas. De vez en cuando tenemos que cruzar la pista para continuar por el siguiente tramo de camino pero a esta hora de la mañana no hay problema porque todavía no han empezado a circular los buses. El calor y humedad son asfixiante por lo que preferimos quitarnos el traje de agua y  mojarnos a desfallecer por el calor. Por suerte, la lluvia va remitiendo poco a poco hasta convertirse en una ligera, pero constante llovizna. Por el camino nos vamos cruzando bastante gente que también realiza el camino andando. Algunos están fundidos, otros lo hace poco a poco. A eso de las seis y veinte de la mañana llegamos a la entrada del Santuario. Justo entonces es cuando llega el primer autobús procedente del pueblo. Ahí está Txemi esperándonos para entrar. Recuperamos un poco de fuerzas y nos dirigimos a las taquillas. Validamos los boletos, nos revisan las mochilas para que no metamos nada que esté prohibido y que estas no sean demasiado grandes ya que, en principio, solo permiten la introducción de pequeñas mochilas.



Subida a Machu Picchu

Entramos en el recinto sin problemas. En la entrada nos están esperando multitud de guías queriendo hacer negocio. Decidimos no contratar ninguno y nos dirigimos hacia Huayna Picchu. Las nubes están tan metidas en la montaña que no se ve prácticamente nada. La lluvia que ha comenzado de nuevo tampoco ayuda en absoluto. Parece un paisaje fantasmagórico. Poco a poco vamos atravesando las terrazas sin saber muy bien si el camino que estamos tomando es el adecuado. Al final llegamos a la entrada de Huayna Picchu. Por suerte hay un par de casetas con techo de paja que nos resguardan de la lluvia y del frío que está empezando hacer hasta que abran la entrada. En principio, para el primer pase abren entre las siete y ocho de la mañana pero como hace tan malo lo retrasan hasta que mejoren las condiciones meteorológicas. A eso de las ocho y pico parece que deja de llover y se abre un poco el cielo, por lo que procedemos a hacer la cola para registrarnos en un cuaderno donde tenemos que anotar nuestros datos del pasaporte y hora de entrada. Posteriormente, a la vuelta, tendremos que anotar la hora de retorno para que ellos tengan controlado que todo el mundo ha salido del lugar y no se han perdido o despeñado (cosa que ha pasado alguna vez).




Plano de Machu Picchu


Lluvia y niebla en la zona de la entrada


Machu Picchu en la niebla


La niebla lo domina todo


Resguardándonos de la lluvia en una cabaña


Haciendo cola para subir al Huayna Picchu. En frente Roca Sagrada

La caminata que vamos a realizar podría ser fantástica si el tiempo acompañase. La subida es exigente tanto por la humedad como por el desnivel que hay que salvar (se suben de unos 2490 m.s.n.m. hasta los 2667 m.s.n.m.). Hay zonas que son espectaculares, con pendientes en algunas zonas superiores a los 50º.


Subiendo al Huayna Picchu
Las vistas en lo alto de la montaña en un día despejado permiten ver todo el yacimiento de Machu Picchu, así como las montañas circundantes y el valle que discurre a sus pies. En nuestro caso no va ser posible porque está completamente cubierto aunque ha dejado de llover. Con la esperanza de que se abra un poco el cielo nos quedamos por la zona un buen rato charlando y descansando. Hablamos con multitud de turista en nuestra misma situación de "pequeña decepción". Nos encontramos con gente de todos los lugares del mundo desde japoneses a argentinos, de australianos a nórdicos y, cómo no, muchos españoles.


Vistas desde lo alto del Huayna Picchu
Edificios militares en Huayna Picchu

En la parte trasera de Huayna Picchu se encuentra el "Templo de la Luna", una de las más bellas construcciones incas dentro de una cueva. Posee unas bóvedas con una depurada técnica arquitectónica. En frente de la cueva se encuentra una piedra esculpida en forma de altar, que según se cree, podría haber sido utilizada para sacrificios. Sin embargo, no podemos ir debido a la intensa niebla y las malas condiciones climáticas que encontramos. ¡Una pena!

Desesperante


Pajarillo en lo alto de Huayna Picchu

Pasada más de una hora parece que las nubes empiezan a retirarse y se deja ver tímidamente el santuario. Nos esperanzamos y aprovechamos para sacar unas cuantas fotos por si se vuelve a cerrar el cielo. Ya un poco aburridos de tanto esperar comenzamos poco a poco a bajar hacia Machu Picchu para pasar las próximas horas paseando por sus ruinas. Si la subida es espectacular la bajada es vertiginosa. En ciertas zonas da la impresión de que puedes acabar en el fondo del valle. Hay que tener mucho cuidado por donde se pisa ya que las piedras están todas muy resbaladizas a causa de la lluvia.


¡Esperanza!


¡Quién dijo miedo!


Terrazas verticales en Huayna Picchu

¡Cuál es nuestra sorpresa cuando de repente el cielo se abre y nos deja ver el sol por primera vez en dos días! Ya no nos abandonará en toda la jornada. Es más, echaremos de menos unas pocas nubes para protegernos del ardiente sol.


¡Por fin parece que sale el sol!

Empezamos a "patearnos" todo el recinto de una punta a otra. Se empieza a ver como los grupos organizados llegan como hordas, sobre todo de jubilados norteamericanos. Lo acaparan todo. Intentamos no coincidir con ellos. Aunque el recorrido tiene un sentido de visita, indicado con unas flechas en unos paneles, se puede ir por libre, retroceder, etc. Hay alguna zona que está vallada, donde no se puede acceder porque están haciendo excavaciones, por peligro de desprendimientos o caídas, por ser zonas sensibles (donde incluso hay guardas que prohíben la entrada), etc. Las ruinas permanecen más o menos fieles al momento de su abandono. Únicamente se han visto afectadas por el paso del tiempo ya que los conquistadores españoles nunca llegaron hasta aquí.

Descripción de la visita

El complejo se podría dividir en dos partes: la zona agraria y la zona residencial. La zona agraria es la zona más cercana a la entrada. Se encuentran diversos graneros así como una serie de terrazas donde se producían alimentos para los habitantes de la ciudad, así como maíz u hoja de coca para uso ceremonial. Las terrazas se adaptan a la pendiente de la montaña. Cada andén posee una altura de en torno a 3.5 m y una anchura de unos 3.2 m. Están comunicados entre sí por escaleras y acueductos que transportan el agua desde las partes altas para el riego.


Terrazas


Terrazas de cultivo y graneros


Panorámica de las terrazas con el Intipunku al fondo izda.


Terrazas a través de una ventana trapezoidal
Es en esta zona donde también se ubica la "Casa del Guarda". Desde aquí se podía fácilmente controlar el acceso a la ciudad. Adicionalmente se podía supervisar toda la zona agrícola y urbana. Es una de las mejores zonas del complejo para tomar una panorámica del yacimiento. Al haberse reconstruido se puede apreciar el sistema de construcción inca de los techos con vigas cruzadas y paja.


Casa del Guardia con Huayna Picchu al fondo

Al lado de la Casa del Guarda se encuentra la Piedra Funeraria. Se encuentra en la parte más alta del complejo agrícola y al lado del cementerio inca. Esta piedra consiste en un monolito de piedra finamente tallada, donde se puede observar un escalonamiento y una plataforma en su parte superior. Se supone que se utilizaba para embalsamar o momificar a los cadáveres de la realeza inca. En un lateral posee una agarradera donde se ataban los animales para el sacrificio ritual.




Piedra funeraria con escalonamiento y plataforma superior. Al fondo Cementerio Inca

La primera impresión que se deben llevar los turistas que vienen de realizar el Camino Inca debe ser impactante. Una vez alcanzado el Intipunku o "Puerta del Sol" aparece ante sus ojos una de las mejores vistas de su viaje. El camino lleva finalmente hasta la "Puerta Principal" o puerta de entrada al complejo. La ubicación en alto de Machu Picchu la hacía prácticamente infranqueable. El único punto débil de la ciudad era dicha puerta. Por eso debían construirla de tal forma que fuese resistente a cualquier intento de ataque. Su construcción estaba hecha con la clásica forma trapezoidal y con un sistema especial de anclaje de la puerta al muro.


Primera visión del turista la llegar a Machu Picchu
 
Puerta Principal desde el interior del complejo


Detalle del sistema de cierre de las puertas incas

 Tras pasar la puerta y antes de llegar hasta la plaza central del recinto nos encontramos con la "Cantera". De aquí se sacaba el granito blanco para la construcción de los diferentes edificios del complejo. Mediante cinceles iban haciendo orificios en la roca hasta que partía.


Vista de la entrada al recinto con la Cantera a la derecha

En la zona central del complejo se encuentra la "Plaza Sagrada". Esta consta de tres recintos muy importantes: el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal y la Habitación de los Sacerdotes Incas. La función de todos ellos era única y exclusivamente ceremonial.



Plaza Sagrada



Templo de las Tres ventanas
Las ventanas estaban relacionadas con la cosmología andina. Cada una de ellas representaba un nivel espiritual: el mundo de arriba, el mundo donde estamos y el mundo de abajo.

Templo Principal
En este edificio se disponen varias hornacinas a lo largo del perímetro del mismo, su función era la de albergar objetos del culto religioso. En el lienzo más largo se encuentra un altar donde colocaban a las momias para su adoración.

La Habitación de los Sacerdotes
Se encuentra en frente del templo principal. Aquí era donde los sacerdotes preparaban sus ceremonias. Consta de dos puertas y varias hornacinas repartidas por sus muros.


Intihuatana
Un poco más allí, subiendo 78 escalones tallados en la roca se encuentra el "Intihuatana". Su significado es algo así como "lugar donde se amarra el sol". Se encuentra en la parte más alta de una colina rodeada de terrazas. En el centro se encuentra un monolito que hacía las funciones de reloj solar. De esta forma se podía determinar de forma muy exacta el comienzo y fin de los ciclos agrícolas de los que dependía la vida de todo el imperio.


Reloj solar inca o Intihuatana


Intihuatana y terrazas

En frente se puede contemplar la Plaza Principal del recinto. Entre los edificios que se encuentran detrás destaca la "Casa de las Vírgenes del Sol". En esta plaza se realizaban las celebraciones más importantes del calendario inca.


Plaza Central con el Putucusi al fondo


Panorámica

A los pies de la  zona de entrada a la senda del Huayna Picchu se encuentra la denominada "Roca Sagrada". Es un monolito cuya silueta recuerda o se asemeja al Apu Yanantin, montaña que se encuentra detrás de la roca. Flanqueándola se encuentran dos cabañas que permiten que la espera para poder subir al Huayna Picchu sea más llevadera.  


Roca Sagrada con Huayna Picchu a la izquierda

Desde la cima del Huayna Picchu se puede apreciar, en días claros, una de las mejores vistas del complejo. A lo largo de toda la subida a la montaña se pueden apreciar terrazas para el cultivo labrada en la roca. Posiblemente existiese un templo y un observatorio astronómico.
 
Cabañas junto a la entrada a Huayna Picchu


Cima del Huayna Picchu

En la denominada Casa de las Vírgenes del Sol o Acllahuisivivian vivian las mujeres escogidas para realizar los trabajos de cerámica destinadas para las ceremonias mágico-religiosas, así como las más finas telas para la vestimenta de la nobleza Inca.


Acllahuisi o Casa de las Vírgenes del Sol

En el barrio denominado de los Morteros se encuentran en una habitación dos monolitos de piedra tallados en forma de mortero en el centro del piso. Parece ser que en esta zona del complejo se concentraban los artesanos. También se especula que podrían servir como espejos para observar el movimiento de los astros por la noche al llenarlos de agua.


Barrio de los Morteros


Callejeando
En el templo del cóndor se puede observar como una roca tallada en el piso tiene forma de cóndor en pleno vuelo. Al lado, en un muro cercano, se pueden observar tres hornacinas donde se colocaban los cuerpos momificados de la nobleza inca.


En el suelo el cóndor. Arriba a la izquierda las hornacinas
Lo siguiente que visitamos son las numerosas fuentes que se encuentra en un sector del complejo. Se pueden observar hasta dieciséis conectadas entre sí por un sistema de canales labrados en la roca. El agua surge del único manantial existente en Machu Picchu. Poseían un carácter ceremonial para ritos de purificación y culto al agua, como elemento esencial en relación con la madre tierra (pachamama).


Canales de agua

Muy cerca se encuentra el Templo del Sol, al cual hoy en día no se puede acceder. Únicamente lo podremos ver por fuera. ¡Una pena! El templo está formado por un torreón con forma semicircular que descansa sobre una plataforma de roca pulida. En el interior parece ser que se encuentra una serie de hornacinas donde se guardaban objetos religiosos. Posee tres ventanas cuya función era netamente astronómica. No en vano, el 21 de Junio, solsticio de invierno, penetra el primer rayo de sol del día alineándose con una roca que se encuentra en su interior y su función era de altar. En el solsticio de verano, 21 de diciembre, ocurría lo mismo ya que el primer rayo de sol penetraba por la ventana de la derecha, dando hacia la casa de la ñusta. Se considera que este edifico es el de mejor factura de todo el complejo de Machu Picchu, comparable al Templo del Sol (Coricancha) de Cuzco.


Templo del Sol

La casa de la ñusta es la única casa de todo el complejo que posee dos pisos y medio. Normalmente, las construcciones incas solo poseían una planta. Conecta directamente con el Templo del Sol. Esta era la casa de la Ñusta, princesa de la nobleza inca imperial, o la suprema sacerdotisa (mamacona). Se encargaba entre otras cosas de educar a las Vírgenes del Sol.


Acceso de la Casa de la Ñusta al Templo del Sol

A lo largo de todo el recorrido podremos contemplar diferentes acabados en los muros de las construcciones: desde piedra irregular a muros finamente labrados.



Calles del yacimiento. Arriba cantera

Debajo del Templo del Sol se encuentra el Mausoleo Real. Cueva tallada en parte donde se aprecia una roca tallada en forma de escalera, así como diversas hornacinas trapezoidales.


Tumba o Mausoleo Real


Hornacinas en el interior de la tumba

A continuación pasamos a una serie de habitaciones que forman parte del denominando Palacio Real. En este lugar se supone que vivió la máxima autoridad del Santuario. La factura y peso de los dinteles de las puertas es impresionante. Algo solo permitido para un alto mandatario.


Muros exteriores del Palacio Real


Interior del Palacio Real

Paseando por el complejo nos encontramos con un roedor local, la vizcacha. Casi no nos damos cuenta de su presencia ya que se mimetiza fantásticamente con las rocas del entorno. También podremos observar la multitud de orquídeas que crecen en estas latitudes.


Vizcacha entre las rocas
Nos tiraremos buena parte del día paseando sin rumbo definido por todo el complejo. Las ruinas en sí son fabulosas pero no sé si es porque las he visto tantas veces en la televisión y en los libros que no me impresiona tanto como me esperaba. Sin embargo, lo que me deja con la boca abierta son las vistas. ¡Vaya panorámicas que se pueden observar desde este lugar! ¡Las vistas son fantásticas!



Panorámica de Machu Picchu


Puente sobre el río Urubamba y Central Hidroeléctrica


Ventana trapezoidal con vista al valle

Todavía nos quedan fuerzas y nos vamos a visitar el Puente Inca. Aquí al igual que para el acceso a Huayna Picchu debemos registrarnos en una caseta de control para que se aseguren que no nos ha pasado nada. La caminata no lleva más de quince minutos. Sin embargo, el recorrido es fabuloso. Andamos por un estrecho sendero con un pretil, de escasamente cuarenta centímetros de altura, el cual nos protege de una posible caída hasta el fondo del valle de unos setecientos metros. Por aquí continuaba el camino inca que provenía del Valle Sagrado y se dirigía dirección noroeste. Lo curioso de esta parte del camino es como estaba tallado el sendero en la misma roca y se salvaba una grieta en la pared con unos muretes de mampuesto y unas tablas en forma de puente. Lógicamente hoy en día está prohibido el paso por riesgo de derrumbe.


Camino al puente inca


Puente inca


Puente inca

Ya cansados, a eso de las cuatro y media de la tarde, con un sol abrasador y achicharrados nos disponemos a abandonar el complejo. ¡Hemos pasado más de nueve horas en el lugar! El tiempo se nos ha pasado volando.

El camino de vuelta lo realizamos los cuatro descendiendo por el mismo camino que hicimos por la mañana. La bajada es bastante dura, ya que los escalones en alguna de las zonas son inmensos. Casi llegando al río hay un desvío a la izquierda que lleva al Museo Manuel Chávez Ballón, donde se pueden contemplar los avances en las excavaciones arqueológicas de Machu Picchu y los métodos incas de construcción, pero no lo visitaremos.

Una vez llegados al puente que cruza el río andamos unos veinte minutos hasta llegar al pueblo. Nos dirigimos al hotel para recoger las mochilas. Cansados y con sueño nos vamos poco a poco hacia la estación de tren para regresar a Cuzco. Una vez que nos montamos en el mismo nos quedamos dormidos. Nos despertaremos en las inmediaciones de Ollantaytambo. Este es nuestro destino final.

No seguiremos hasta Cuzco porque hemos llamado por teléfono al taxista que nos llevó el otro día a la estación de Poroy y nos vendrá a recoger. Al ir cuatro el precio nos saldrá más económico que el tren y llegaremos bastante antes. Otra opción más barata es tomar uno de los múltiples minibuses que se concentran en las proximidades de la estación de Ollantaytambo. Parten cuando se llenan de gente.

Es noche cerrada. En un momento dado, de camino de vuelta a Cuzco, el taxista necesita repostar combustible y para en una gasolinera. El hombre reposta con las luces encendidas y con el motor en marcha. Es la primera vez que lo he visto en mi vida. Además está continuamente repitiendo al empleado que se de prisa en llenar el tanque. No sabemos por qué esa actitud. Después nos enteraremos que es muy peligroso parar por la noche en la carretera. Te pueden atracar o algo peor. Será el único momento en el que sentiremos algo de inquietud en el cuerpo de todo el viaje. Un poco más tarde nos para uno de los múltiples controles de carretera que hay por todo el país. El taxista no tiene licencia oficial por lo que habrá sobornando a los policía y, tras un momento de apuro, seguimos nuestro camino.

Finalmente llegamos a Cuzco un par de horas más tarde, a eso de las nueve de la noche. Hemos cambiado de hotel, para bien. Esté esta genial. Nos devuelven las mochilas grandes que habíamos dejado antes de nuestra partida a Aguas Calientes y nos subimos a las habitaciones a darnos una ducha reconfortante.

Alfredo está cansado y se queda en la habitación, pero nosotros nos echamos a las calles con ganas de un poco de fiesta. Cenamos en una pollería cerca de la Plaza de San Francisco y nos vamos a tomar unas cervezas por los bares de las calles Choquechaca y Hatunrumlyoc. Candados de la jornada maratoniana regresamos al hotel para dormir a pierna suelta.


DÍA 15 (10/12/2011). ESTANCIA EN CUZCO

El día siguiente amanece bastante tristón donde incluso, de vez en cuando, caen algunas gotas. Todavía quedan varios lugares que queremos visitar en Cuzco, así que lo primero que hacemos es dirigirnos a los Museos de Historia Regional y el de Arte Contemporáneo. Se encuentran uno al lado del otro. Ninguno de los dos son gran cosa. Tal vez sea algo más interesante el de Historia Regional donde se pueden contemplar en diferentes salas la historia de los Incas a la llegada de los españoles. Como están incluido en el Boleto Turístico no tenemos que pagar la entrada, únicamente nos lo pican.

Después iremos paseando tranquilamente por la Avenida del Sol hasta llegar al Monumento a Pachacuteq, el cual se encuentra al final de la Avenida San Martín. A medida que vamos avanzando por las calles el aspecto de las mismas y de los edificios van cambiando. Del Cuzco histórico vamos pasando al moderno donde se pueden contemplar edificios institucionales y bancos modernos. Más adelante el paisaje urbano vuelve a transformarse y pasamos a contemplar casas bajas de ladrillo y adobe con peor factura. El tráfico en esta parte de la ciudad empieza a ser bastante denso. Finalmente llegamos a la torre. El enorme pedestal de piedra imita el diseño de la cantería incaica. En su cima se encuentra la estatua del inca Pachacútec, el legendario organizador del Tahuantinsuyo.


La torre posee nueve plantas y una altura de 22.40 metros. Subiendo por sus diferentes plantas contemplaremos diferentes pasajes de las historia inca hasta llegar a su cima. Aquí se encuentra una escultura de bronce con 11.50 metros de altura, lo que hace un total de 33.90 metros de altura. Lo más destacado de este lugar son las magníficas vistas que se pueden contemplar de la ciudad moderna del Cusco.


Vistas desde lo alto del monumento a Pachacútec


Sepiente arcoiris dentro del Monumento a Pachacuteq

Tenemos pensado que a las cuatro de la tarde (diez de la noche hora española) vamos a ver el partido de la liga de fútbol española entre el Real Madrid y Barcelona, el cual posiblemente decidirá parte del campeonato. Txemi está empeñado en verlo, por lo que luego tendremos que buscar algún bar donde lo podamos ver por la televisión. Pero antes tenemos que hacer varias cosas más. Lo primero es cambiar dinero en una de las casas de cambio que se encuentran en la Avenida del Sol. Aunque ya nos quedan pocos días para finalizar el viaje estamos "pelados".

Lo siguiente es comer. Nos vamos de nuevo a la zona del Barrio de San Blas y buscamos algún restaurante barato para comer algo. Encontramos uno muy pequeño en el que todavía no hay nadie. Es aquí donde probaré el cuy, aunque no me convence mucho, pensaba que iba a saber mejor, algo así como el conejo. Lo que si me gusta mucho es un entrante que nos ponen de tomate y cebolla bien picados en la base del plato y guacamole troceado por encima: ¡riquísimo! Pasamos buena parte de la sobremesa especulando sobre quién ganará el partido y si eso decidirá la liga 2012 (Como se verá más tarde la respuesta es: NO).

Lo que nos llevará bastante tiempo será encontrar un local donde retrasmitan el partido. Al final acabaremos en una zona donde hay unos pubs tipo irlandés, al lado de la Plaza de Armas, donde si los retrasmitirán. Aquí se juntan todos los anglosajones de la ciudad para tomar unas pintas. Cuando llegamos al local el partido ya ha empezado. Es muy curioso que menos dos peruanos que llevan la camiseta del Madrid el resto de los clientes apoyan al Barça. Es verdad que, aparte de peruanos y anglosajones, hay mucho argentino y Messi es mucho Messi. Nos hace gracia cuando nos preguntan que con qué equipo vamos. Les decimos que con ninguno, que nosotros somos del Athletic. Pero no entienden que no seamos ni del Barça ni del Madrid. El partido acaba con un 1-3, por lo que lo que los seguidores del Barcelona montan una buena fiesta en el bar.

Acabamos la tarde callejeando por la ciudad y visitando alguna que otra librería cercana a la Plaza San Francisco, donde finalmente compraremos algún libro.

Por la tarde-noche volvemos a irnos de fiesta: empezaremos por la zona baja de la calle Choquechaca y terminaremos en "7 angelitos". Como tenemos que madrugar para coger el avión de vuelta a Lima no nos liaremos mucho.


DÍA 16 (11/12/2011). VUELO A LIMA/IQUITOS

Nos vamos con un poco de pena. Cuzco es una zona fabulosa, tanto para ir de turismo cultural como para estar de fiesta o simplemente descansar y pasear por sus calles.

A primera hora de la mañana viene un taxi a buscarnos al hotel y nos lleva al aeropuerto de Cuzco. No tarda más de diez-quince minutos. A esa hora de la mañana no hay mucho tráfico y además el aeropuerto está en medio de la ciudad.

Como no hay vuelo directo entre Cuzco e Iquitos nos tiraremos todo el día de viaje. Normalmente, la gente que quiere visitar la selva peruana suele ir a la zona de Puerto Maldonado. Se encuentra muy cerca de Cuzco y se puede ir en vuelo directo o por carretera. Sin embargo, nosotros queremos sentir el Amazonas por lo que haremos el esfuerzo de irnos al norte del país. No nos arrepentiremos.

Los vuelos salen y llegan a la hora prevista, así que llegamos a Iquitos al anochecer, en torno a las siete de la noche. Hemos "perdido" todo el día entre vuelos y aeropuertos pero ya estamos aquí. Nada más bajar del avión la sensación de calor y humedad son agobiantes. A pesar de no haber sol la temperatura ambiental supera los treinta grados y la humedad es altísima. Rompemos a sudar a los dos minutos. ¡Nuevo cambio de paisaje! Una de las cosas más bonitas que tiene Perú es la diversidad de sus paisajes y ecosistemas.

El aeropuerto es muy básico. Está construido en mitad de la selva por lo que todos los servicios son muy básicos pero funcionales. Recogemos nuestras maletas y buscamos un taxi. Nos llevará por la única carretera de varios carriles de la ciudad, la cual enlaza el aeropuerto con el centro, al hotel La Posada de Lobo, Calle Cabo Pantoja Nº 417.


Ubicación del Hotel La Posada de Lobo

Es muy curioso que a Iquitos solo se pueda acceder o por río o por aire, todavía no hay carreteras que lo comuniquen con el resto de Perú. Sin embargo, a medida que nos vamos acercando al hotel la cantidad de motos y motocarros aumenta exponencialmente hasta el punto de que pensamos que cada uno de los habitantes del lugar posee uno de estos transportes de dos ruedas. Vemos que nadie lleva casco (¡con el calor que hace!) y que en algunas motos va montada toda la familia: padre, madre y dos o tres hijos. Es gracioso porque solo los pueden usar en la ciudad, que es el único sitio donde hay carreteras. Prácticamente no hay coches y los pocos que hay son taxis que se utilizan para llevar a los turistas que llegan por avión a la ciudad. Lo más cómodo para moverse por las calles de esta ciudad de más de cuatrocientos mil habitantes es con el motocarro. También nos quedamos bastante sorprendidos porque en muchísimas fachadas de las casas está pintado a gran tamaño el escudo del Barça. Lo hemos visto en muchos sitios a lo largo del viaje, pero no como aquí. ¡Vaya afición!

Esta ciudad creció en torno a la explotación del caucho en el siglo XIX. Tras la caída de la producción en el siglo XX tuvo una época oscura y decadente. Sin embargo, en la década de los sesenta del siglo pasado se descubrió petróleo en la cuenca del Amazonas y hoy tiene un gran auge gracias a la explotación del oro negro (y según las malas lenguas con el tráfico de drogas).


Mapa de Iquitos

El hotel que hemos reservado está bastante bien, aunque un poco anticuado y lejos del centro. Incluso tiene una piscina que no utilizaremos. Lo que si utilizaremos es el aire acondicionado. Salimos a la calle y tomamos dos motocarros para que nos lleven a la Plaza de Armas. Según vamos cruzando calles podemos observar que la gente hace la vida en la calle: come, charla, pasa el rato,... Las casas son en general bastante simples y de una o dos plantas, con mucha vegetación en los patios y en las calles.

Finalmente tras un trayecto agradable donde conseguimos que nos dé un poco la brisa para aplacar los calores, aunque lleno de baches, llegamos a la plaza principal de la ciudad. No es un lugar especialmente bonito pero aunque la noche ya está cerrada la vida que tiene te desborda. El clima hace mucho, por lo que todo el mundo está en la calle haciendo esto o aquello. Cualquier excusa es buena para salir de casa. Hay un gran cambio cultural y étnico respecto a lo que habíamos visto hasta ahora en Perú. Los rasgos de la gente son completamente diferentes a los del altiplano o costa. En general, me da la impresión de que tienen la tez más clara, los ojos más rasgados y sobre todo son muchísimo más delgados. La vestimenta por supuesto también cambia, ya que el clima manda. Los chicos van en pantalón corto y camiseta de tirantes y las chicas vestido corto con tirantes.

Tal vez lo más destacable de la zona de la plaza sea la Casa de Hierro, diseñada por Gustave Eiffel y construida en París en 1860. Se desmontó años más tarde y se mando pieza por pieza por barco hasta aquí y luego se montó de nuevo en su nueva ubicación. Buscamos un lugar donde poder cenar ya que llevamos todo el día picoteando pero nada contundente. Entramos en el Restaurante-Pizzería Antica. El local está bastante bien. La decoración perfecta, con un horno gigante de leña para hacer las pizzas y meses de madera maciza. La atención correcta, los platos que elegimos muy buenos: carne de res asada, lasaña, etc.

Volvemos a coger unos motocarros y regresamos al hotel para descansar, pero antes compramos en una farmacia una aguja y alcohol para desinfectar a "dedito jones", el dedo de Txemi que no se le ha curado desde que hace unos días le picó algún bicho o se pincho con algo y lo tiene hinchado como una bota.



DÍA 17 (12/12/2011). ESTANCIA EN EL AMAZONAS

Tras desayunar copiosamente, y echar de menos no poder darnos un chapuzón en la maravillosa piscina que tiene el hotel con el bochorno que hace, nos vienen a recoger la gente de Explorama para llevarnos al embarcadero donde tomaremos el barquito que nos llevará a nuestro campamento a orillas del río Amazonas.

Nada más salir e ir alejandonos poco a poco de la ciudad empezamos a contemplar multitud de pequeñas embarcaciones de madera, muchas de ellas realizadas a partir de un solo tronco, con pequeñitos motores de dos tiempos. Suelen ser pescadores que trabajan cerca de las márgenes del río o familias que se desplazan de un sitio a otro. También contemplamos la multitud de embarcaciones que a modo de autobuses flotantes navegan río arriba y abajo llenos de gente con productos para vender o comprar en mercados lejanos. Diseminadas a lo largo de las márgenes del río se pueden apreciar enquencles construcciones de madera a modo hogares. Según nos cuentan esta gente se dedica a la pesca de subsistencia y a la recolección de la fruta de temporada.


"Autobús fluvial" surcando el río Amazonas

Otra de las cosas que nos choca bastante es la cantidad de troncos de árboles y ramas que lleva el río corriente abajo. Hay que tener mucho cuidado al navegar ya que puedes acabar naufragando. Es muy peligroso viajar de noche y sobre todo en la época de lluvias, la cual empieza por estas fechas. El color marrón-parduzco del agua es debido a la gran cantidad de sedimentos que lleva disueltos o en suspensión. En algunas zonas la corriente se hace notar. Hay que navegar de costado. Hay tramos en los que la anchura del río es extraordinaria. No me gustaría caerme y tener que nadar hacia la orilla.


Río Amazonas lleno de troncos, ramas y sedimentos disueltos

En los márgenes del río se pueden observar de vez en cuando barcos varados con claros signos de abandono. Nos comentan que algunos llegaron al fin de sus días, otros encallaron y no se pudieron arreglar y otros provienen de las decomisaciones del ejército al narcotráfico. Estamos en una zona limítrofe entre Perú, Ecuador, Colombia y Brasil. Esta muy poco poblada y el espacio a controlar es inmenso. A parte hay que recordar que prácticamente no hay carreteras y los narcos se mueven a sus anchas por los diferentes ríos y afluentes de la cuenca del Amazonas. Parece ser que el río Napo es una entrada importante de droga en Perú.


Donde los barcos mueren

¡Por fin llegamos a nuestro campamento! Tras más de una hora viajando en barco llegamos a nuestro destino durante los próximos días. El lugar lo tienen bastante bien cuidado. Dormiremos en unas cabañas que tienen hasta ducha. Eso sí, no habrá quien se libre de los mosquitos. La altura relativa del campamento respecto al río es bastante importante. Esto es debido a que las crecidas son repentinas y devastadoras. No en vano, tienen marcadas las máximas crecidas anuales con pintura en las escaleras de acceso y la de algún año casi ha llegado hasta el complejo.


Entre los ríos Amazonas y Napo
 
Plano de ubicación del campamento



Entrada al campamento


Vistas del Amazonas desde el campamento

Tras dejar las mochilas nuestra intención es internarnos en la espesura de la selva. Sin embargo, tenemos que esperar a que caiga el chaparrón de todos los días. Tras la lluvia nos iremos a dar un paseo con ayuda de un guía. Nos internaremos en el bosque para poder contemplar la exuberancia de la naturaleza en esta parte del mundo. Pisemos por donde pisemos está lleno de barro y vegetación en descomposición. Al principio no distinguimos nada pero a medida que el guía nos va indicando esto y aquello empezamos a identificar los diferentes "bichos" del bosque. Veremos monos, ranas minúsculas de las que de algunas se obtiene el curare para envenenar las flechas, multitud de tipos de insectos: mariposas, termitas, avispas, insectos palo u hoja,... Nos encontramos con avisperos con tamaños descomunales colgados de los árboles por todos los lados.



Mono Pichico buscando comida


Mariposa


Ciempiés


Pequeña rana



Rapaz al acecho sobre el Amazonas


La flora también es espectacular con más especies vegetales de las que te puedas acordar. El árbol que nos deja boquiabiertos es el Ceiba, cuyo tamaño pude llegar a varias decenas de metros. Con sus raíces se solían hacer los remos de las embarcaciones locales, ya que es madera plana y ligera, pero dura.



Flor tropical


Anochecer sobre el Amazonas

De regreso al campamento nos aseamos, nos rociamos con repelente de mosquitos y nos sentamos a charlar aprovechando que ha bajado un poco la temperatura. La noche es perfecta. Solo se oye el sonido de la selva. El cielo estrellado está libre de contaminación. Más tarde cenaremos y nos retiraremos para mañana volver a experimentar nuevas sensaciones.


DÍA 18 (13/12/2011). ESTANCIA EN EL AMAZONAS

El día amanece de nuevo maravilloso con el sol radiante, aunque con mucha humedad a la cual no acabo de acostumbrarme. Parece ser que esta mañana nos vamos a pescar alguna piraña. Así que nos montamos de nuevo en la barquita y nos dirigimos hacía un pequeño riachuelo de aguas calmas y con un color ocre-negruzco. Según nos cuentan el color lo dan los taninos de los árboles al descomponerse en aguas con poca corriente. Es muy curiosa la mezcla de colores que se observa cuando se juntan las aguas de este afluente y las del Amazonas.



Barca de pesca hecha con un único tronco


Embarcadero de una granja con desnivel para las crecidas del río



Contraste decolores en la confluencia del riachuelo con el Amazonas

Así que nos disponemos a pescar, con un poco de suerte, alguna piraña con unas rudimentarias cañas hechas con un palito no más grueso que mi dedo meñique, una pita, anzuelo y un pequeño plomo. Como cebo nos proporcionarán pequeños pedazos de carne roja de res. Intentamos pescar al modo tradicional, es decir, tirando la caña y esperando a que piquen. ¡Pues no!, no pica ninguna. El agua es tan oscura que no se ve absolutamente nada. Tenemos que intuir que la pesca está por ahí. Además nos comen el cebo. Nos explican que lo que hay que hacer es tirar y levantar la caña repetidamente y con movimientos rápidos. De lo contrario las pirañas devorarán la carnaza sin tocar el cebo. Les hacemos caso y ¡resulta! Empezamos a coger pirañas de un tamaño más bien escaso y alguna que otra sardina de agua dulce. Las pequeñas las devolveremos al agua pero las más grandes nos las asarán para la comida.


Pescando pirañas

Pasado un buen rato recogemos todo y nos vamos a visitar una pequeña aldea en la ribera del río. Según nos cuenta el guía es el lugar en el que nació. La verdad es que no se le puede considerar casi ni aldea. Consiste en un puñado de casas de madera y techos de paja elevadas del suelo un par de metros para evitar la humedad y las riadas. Los únicos edificios un poco más elegantes son la iglesia y el médico. Los niños del lugar se acercan a conocernos y acabamos haciendo amistad de una de las mejores maneras que parece que hay y es jugando a la pelota con ellos. Esto nos pasará en otros viajes.



Pequeña aldea en la ribera del Amazonas



Jugando al fútbol con los niños de la aldea

Más tarde nos llevan a visitar otra aldea de una tribu que vive de forma "tradicional", aunque están muy acostumbrados a que les visiten los turistas. El poblado está diseñado en torno a una plaza central donde se hace la vida de la comunidad. A su alrededor se encuentran diferentes construcciones toscamente elaboradas con postes y techumbres de paja. En un costado se encuentra la cabaña comunal, donde realizan todos los actos sociales de la comunidad.


Plaza central



Cabaña comunal



Niños del poblado jugando

Según vamos llegando al poblado, entre barro y ramas caídas sobre el suelo podemos comprobar que esta gente posee todo lo que necesita para subsistir en torno a su aldea: pescado, fruta, semillas, pequeños mamíferos, etc. Nos invitarán a probar suerte con la cerbatana. La verdad es que no lo hacemos tan mal (para ser unos turistas y lanzar un dardo a solo cinco metros de distancia a un poste). Luego nos quieren vender los típicos recuerdos de los que ya estamos un poco hartos.



Probando la puntería con las cerbatanas


Indígena con un perezoso

Ya de vuelta al campamento para comer nos damos cuenta que hay delfines rosados al lado nuestro. Es la especie de delfín de agua dulce más grande que existe. El patrón parará la barca y estaremos un rato intentando verlos mejor.


Delfín rosado


Nuestro guía de regreso a comer

Después de comer el primer plato nos vendrá el cocinero con las pirañas a la brasa. Nosotros pensábamos que era broma, pero ni cortos ni perezosos las hincamos el diente. La verdad es que tienen muy poca carne. Son casi todo espinas. Tienen un poco de fundamento en el cogote. Me gusta su sabor, lo que pasa es que me tendría que comer un centenar para llenarte.

Ya por la tarde, y después de la típica tormenta de la hora de la comida nos dirigimos a visitar las localidad de Indiana. Es el pueblo más grande, junto con Mazán, de la zona. Recientemente se ha construido una carretera entre Indiana (cuenca del Amazonas) y Mazán (cuenca del Napo) para el trasporte de mercancías entre ambas cuencas ya que la distancia entra ambos ríos en este punto es de unos siete kilómetros, mientras que si tienen que seguir el río Napo hasta la su desembocadura con el Amazonas y retornar a Indiana es de casi cien.



Embarcadero y gasolinera de Indiana

Cuando desembarcamos vemos como un grupo de chavales y chavalas están ensayando un baile. Unos tocan y otros bailan. Según nos contarán están preparando la fiesta de fin de curso antes de la Navidad. Algo parecido ya hemos visto en Aguas Calientes. La localidad de Indiana posee todo lo que necesita para poder se independiente de Iquitos: iglesia, policía, supermercado,... Incluso posee algún que otro edificio con dos alturas. Nos hace mucha gracia la cantidad de motocarros que hay en el pueblo. ¡Si la carretera empieza aquí y acaba en Mazán! El guía nos comenta que eso debe ser más para ligar con las chavalas que por necesidad. ¡En todos los sitios es igual!


Escolares preparando un baile para la fiesta de fin de curso

Ya está anocheciendo y retornamos al campamento. Antes de cenar nos rociamos bien con repelente y nos quedamos charlando un poco. Aquí conocemos a un señor de Miraflores que ha venido a pasar unos días con su hijo pequeño. Le comentamos nuestro viaje y nuestros planes para los días siguientes. El hombre muy amable nos da su número de teléfono por si necesitamos algo cuando pasemos por su ciudad y nos recomienda un restaurante al cuál no fallaremos. Después de cenar nos quedamos tomando unas cervecitas y en un momento dado oímos a alguien gritar. Salimos y vemos que en los alrededores ha venido a merodear un tapir.


Sendero del campamento


Tapir merodeando por el campamento

Nos vamos a la cama. Mañana será el último día en el Amazonas.


DÍA 19 (14/12/2011). ESTANCIA EN EL AMAZONAS/VUELO A LIMA

Hoy hay que aprovechar bien la mañana porque a mediodía nos tienen que llevar al aeropuerto para coger el vuelo de regreso a Lima. Pero antes vamos a ir a visitar el mercado de Mazán. Nos llevan río abajo y remontaremos el río Napo hasta llegar a la localidad. Hay una actividad frenética en el puerto. Todo el mundo está trayendo sus productos para venderlos y que acaben en el mercado de Iquitos para las compras de Navidad. Contrariamente a lo que pasa en España es tal la oferta de productos estos días que los precios se desploman.


Zona del río donde llegan los productos de la selva

Nos damos una vuelta por el mercado local. Es tal la mezcla de olores que es difícil soportarlo. En la zona de los pescados nos podemos encontrar todo tipo de animales acuáticos, desde pirañas a tortugas. En la zona de las carnes podemos ver los pollos descuartizados, las reses y hasta monos contados a cuartos. La zona de las frutas es espectacular. Te encuentras infinidad de fruta madurada en el árbol con una pinta buenísima. Compramos unas bananas para almorzar, pero hay multitud de especies que no sabemos ni lo que son. El lugar está abarrotado de gente haciendo las compras diarias y aprovisionándose para la semana que viene, pues será Navidad. Después de pasar un buen rato paseando y observando el día a día de las gentes de esta parte de Perú montamos en unos motocarros y recorremos los escasos siete kilómetros que nos separan de Indiana, donde nos esperarán con un barco. La carretera es una estrecha vía de cemento llena de baches. En un momento dado el motocarro que va delante se para. No sabemos por qué. Cuando lleguemos al final del camino nos contarán nuestros amigos que se había quedado sin gasolina y la tenido que prestar otro con ayuda de una botella de plástico.



Viajando en el motocarro de Mazán a Indiana
Por el camino veremos multitud de haciendas las cuales están llenas de plataneras, mango, aguacates y demás tipos de árboles frutales. Hay mucha vida en torno al camino: niños jugando, otros salen de la escuela, hay quien está retirando una res muerta del camino, etc.


Niños jugando a pie de la carretera




Finalmente llegamos de nuevo al Amazonas. La actividad es frenética. Los lugareños están cargando los barcos con todo tipo de productos que producen o cazan en la selva: desde toneladas de bananas  a tortugas de río, pasando por cerdos, huevos y gallinas.


Cargando bananas




Cargando con una tortuga

El río es la arteria que fluye y da vida a estas gentes. Sin el no sabrían que hacer. Montamos de nuevo en la motora y nos dirigimos al campamento para coger nuestras mochilas. Tras hora y media de viaje llegaremos de nuevo a Iquitos. Aquí se acaba nuestra aventura en el Amazonas. Ahora nos trasladarán al aeropuerto y rumbo a Lima.


Colectivo fluvial

Posiblemente esta parte de Perú sea la que más me ha llamado la atención. Seguramente, al ver tantas veces en los libros, revistas y televisión las ruinas y mundo inca han provocado en mi una falta de sorpresa. Esto no ha ocurrido en el Amazonas que cada paso que damos o cada curva del río que doblamos me ha dejado con la boca abierta.

El vuelo de vuelta hace escala en Yurimaguas por lo que el trayecto será algo más largo que el de la ida. El avión sale puntual a las 15:00 y llegamos a Lima a las 18:15, justo cuando empieza a oscurecer. 

En el vuelo conocemos a dos chicas a dos chicas de Yurimaguas que van a trabajar a la capital: una vive allí y la otra es la primera vez que vuela y está muy nerviosa durante todo el viaje. La que vive en Lima nos comenta que nos va ayudar a conseguir un taxi a buen precio. Vamos con ellas a la zona de taxis de "segunda categoría" y conseguimos un buen precio para los cuatro. Como no tememos ningún hotel cogido le decimos al taxista que nos lleve a una calle de Miraflores donde, según la guía de viaje que llevamos, hay una alta concentración de hoteles. Cuando llegamos nos dividimos y vamos preguntando en varios hoteles hasta que encontramos uno que posee una habitación cuádruple a muy buen precio. Negociamos para los días que nos quedan de vacaciones en Perú. El hostal Buenavista (Calle Grimaldo del Solar 202, esquina c/ Schell) es una antigua mansión muy céntrica que posee unas habitaciones muy amplias y con un par de patios. Además la terraza que tiene nuestra habitación es espectacular.


Plano de ubicación del Hostal Buenavista



Tras dejar nuestras cosas y arreglarnos un poco nos dirigimos hacia la zona del parque Kennedy para tomar algo y cenar. La primera impresión que nos da la zona de Miraflores cuando paseamos por sus calles es la de una ciudad moderna, al estilo europeo. No tiene nada que ver con la zona de Lima Centro que visitamos al comienzo del viaje. Con esto no quiero decir ni que sea mejor ni peor, simplemente diferente. Está llena de supermercados, bancos, grandes almacenes, restautantes y bares de copas. Los edificios son bastante modernos, muchos de los cercanos a la costa con más de quince o veinte alturas. Eso si, totalmente rodeados por verjas electrificadas y seguridad en los accesos. Los coches también muestran que el nivel económico de esta parte del país es elevado.


Paseando nos vamos a tomar unas cervezas por la zona y acabamos en el Café Bar Habana, el cuál se encuentra en la calle Manuel Bonilla 107. El local posee todo tipo de rones y una gran variedad de cervezas. Eso sí, hay que preparar la cartera porque nos parece bastante caro. Hay mucho ambiente a peser de ser un día entre semana. Un poco más allí nos encontramos con un local en el que venden pisco con diferentes sabores de elaboración propia. Pero además es una galería de arte y hay música en directo espontánea, es decir, cuando les apetece cogen los instrumentos y tocar un rato. Luego paran y toman un pisco o charlan y tocan otr vez. Pasamos un buen rato hablando con la gente que allí se encuentra. Parece ser que son en su mayoría artístas locales que suelen reunirse en este lugar.


Ya con un poco de hambre nos vamos a cenar a una pollería de la zona del parque. La cena no está mal y sobre todo es barata. Antes de retirarnos al hotel entramos en un bar de copas que parece que está muy animado. Subimos unas escaleras muy empinadas hasta llegar a la primera planta. Cuando entramos vemos que está lleno de gente joven muy bien vestidos. Tal vez hayan salido de trabajar hace un rato y hayan venido a tomar una copa. Nos ponen de tapa un maíz frito que está rico. Es diferente al que se puede comer en España. Este es más harinoso.


Nos vamos al hotel a dormir porque mañana nos espera un día maratoniano para recorrernos parte de la ciudad.


DÍAS 20-21 (15-16/12/2011). ESTANCIA EN MIRAFLORES

El día amanece totalmente cubierto, con una niebla que lo inunda todo. Al encontrarse Miraflores al lado del mar se puede observar perfectamente como las ráfagas de nubes van bailando con el viento y cruzan las calles ocultando a la vista los edificios que un momento antes teníamos enfrente. ¡Es un espectáculo!

Decidimos dar un paseo por este distrito de la ciudad. Para dirigirnos hacia la costa primero atravesamos por una zona donde se ubican gran parte de los edificios de embajadas. Un poco más allá se llega hasta el Parque del Amor, el cual se encuentra sobre el acantilado de la playa Costa Verde. A sus pies discurre una de las principales arterias de tráfico rodado que discurren por la ciudad.


Litoral con la niebla al fondo



El Parque del Amor nos recuerda mucho al Parque Güell de Barcelona, sobre todo por sus bancos recubiertos de cerámicas. En medio preside una escultura de dos enamorados besándose y en torna ella bancos repletos de poemas de amor.


Parque del Amor
Parque del Amor

Los edificios de esta parte de la ciudad, y del país, son los más modernos y más selectos. Se nota que aquí viven las clases más acomodadas. A lo largo del acantilado hay un paseo marítimo por donde se pueden observar clubs selectos de deporte: tenis, bicicrós, gimnasios al aire libre, campos de fulbito de hierba artificial, etc. Un poco más allí se encuentra otro parque con un faro.



Faro de Miraflores

Seguimos callejeando por las impresionantes avenidas de la ciudad hasta llegar a un parque donde se encuentran los restos arqueológicos de la Huaca Pucllana. Este sitio arqueológico perteneciente a la cultura Lima (200 - 700 d.C.). Está construido casi en su totalidad con adobes y rellenos de cantos rodados y arena de playa. Está formado por una pirámide de 25 metros de altura y un conjunto de patios, plazas y recintos. Además, posee un pequeño museo donde se exponen cerámicas, telas y diversos objetos encontrados en la excavación a lo largo de los años.


Museo del sitio de Huaca Pucllana







Panorámica de Huaca Pucllana



Retos de adobes de Huaca Pucllana. Al fondo rascacielos de Miraflores

El perro sin pelo del Perú, perro peruano sin pelo o perro calato es una raza de perro sin pelo y simpático animal de compañía, extrovertido y obediente. La temperatura de su cuerpo tiene tres grados más que la de los seres humanos, debido a que su falta de pelo lo obliga a elevar su temperatura corporal para compensar la pérdida de calor a través de la piel desnuda. Esta piel cálida y sensible al entrar en contacto con la piel humana la puede calentar, lo cual ha sido base para atribuirle propiedades medicinales, por ejemplo para aliviar el reumatismo. Ha sido reconocido oficialmente como patrimonio nacional del Perú.



Perro sin pelo de Perú

Pasaremos el resto de la tarde paseando por las calles y aprovecharemos para comprar unas cervezas para tomarlas tranquilamente en la fantástica terraza que tiene la habitación de nuestro hotel. El alcohol solo se puede comprar en las tiendas de alimentación y bebidas antes de las doce de la noche. A partir de esa hora está prohibido, siendo imposible adquirir bebidas de graduación a excepción de los bares de copas.


Terraza de nuestra habitación

Ya por la noche nos vamos a cenar unas pizzas al centro y luego nos apetece irnos de juerga. Como no sabemos muy bien cuál es la mejor zona para tomar algo callejeamos por la zona del Parque Kennedy, Avda. Diagonal y calle Bellavista. El bullicio que hay allí es bestial. Los Relaciones Públicas de todos los locales de cena/copas (y hay infinitos) nos acechan y nos invitan a pasar. Es hasta agobiante. Decidimos entrar en el primero que no nos den la brasa y lo hacemos en una taberna irlandesa llamada Old Pub. Nada más entrar vemos algo raro que no cuadra: muchos hombres extranjeros de edad avanzada y muchachitas locales muy arregladas para la noche. Nuestras sospechas se confirman cuando sale Txemi a fumar a la calle y le proponen dos chavalas un "menaje a trois". Tras tomar las cervezas salimos para irnos a otro local con "otro ambiente". Veremos que por el entorno de esos bares hay bastantes más chicas de vida alegre. Finalmente acabamos en un local de rock, que es lo que realmente nos gusta a nosotros. Pasamos un buen rato en ese sitio tomando unas cervecitas, charlando con el camarero sobre su país y, por supuesto, de rock. Nos comenta que solo hay otro local, a parte del suyo, en todo Lima que ponen AC/DC y grupos por el estilo. Ya bastante tarde decidimos regresar al hotel. Por el camino vemos que hay locales de moda con "seguratas" en las puertas por doquier. Intentamos entrar en uno pero nos dicen que ya está cerrado pero que por un "módico precio" nos puede dejar entrar. Le damos las buenas noches y nos vamos a la cama.



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Último día que pasamos en este maravilloso país. Mañana tendremos que tomar el vuelo de vuelta para nuestra casa. Decidimos patearnos todo lo que podamos de la ciudad hasta el anochecer. La intención es ir desde Miraflores hasta Lima Centro andando, empapándonos de toda la vida callejera de la ciudad. Comenzamos en el parque Kennedy dirección norte por la Avenida Arequipa, la cual enlaza ambos distritos. Poco a poco vamos pasando cuadra tras cuadra haciendo camino (¡esta calle posee 53 cuadras!). Vamos viendo Estudios de Televisión, Colegios selectos, Iglesias y muchas villas. Es una calle con un tráfico fuera de lo común, típico de una ciudad con más de doce millones de habitantes. El ir y venir de los autobuses desborda los sentidos: ruidos de los motores, de los boceros que intentan que la gente suban a sus autobuses para conseguir su comisión, el olor a combustible quemado y dioxinas,... Es algo que merece la pena vivirlo por lo menos una vez en la vida.

Más o menos al llegar a la cuadra 24 ya estamos un poco cansados y el tiempo pasa volando por lo que decidimos coger uno de los múltiples colectivos que atraviesan la avenida. Constantemente se oyen a los voceros de los buses; ¡Arequipa, Arequipa, Arequipa! Nos subimos y le pagamos a la cobradora. El colectivo está abarrotado de gente. Me pongo a observar a los pasajeros. Hay estudiantes que se dirigen a la universidad que se encuentra un poco más allí, madres dando de mamar a su pequeñines, ancianas con la compra que vuelven a casa,... Le comentamos a la cobradora que nos avise cuando el bus pase por alguna parada cercana a la parte antigua de Lima Centro. ¡Cuál es nuestra sorpresa cuando nos resulta bastante difícil hacernos entender aunque hablemos el mismo idioma! Cuando pasamos en torno a la Plaza Grau con Paseo de Colón nos comenta que es aquí donde debemos bajarnos. Nos despedimos y nos ponemos a patear de nuevo. Las avenidas y edificios en esta parte de la ciudad son majestuosos. Pasamos por un parque donde se encuentra el Museo de Arte Italiano, aunque no entramos. Nos choca bastante ver un edificio de este tipo en Perú. En frente se encuentra el Palacio de Justicia, un edifico imponente y sobrio donde se concentran cientos de personas manifestándose por no se qué. La zona está tomada por la policía. Allí mismo encontramos un centro comercial bastante moderno, al estilo de los que se pueden encontrar en España lleno de gente yendo y viniendo. Retrocedemos y nos dirigimos hacia el Parque de la Exposición. Es un agradable lugar para pasear bajo la sombra de los árboles. Aquí se encuentra el Museo de Arte de Lima, el Museo Metropolitano de Lima, diferentes pabellones con bella factura, etc. En sus inmediaciones se encuentran diversas facultades de la Universidad de Lima por lo que hay un ir y venir constante de jóvenes con sus libros y mochilas, algunos tumbados en la hierba descansando, otros charlando con su amada,...

Una vez fuera del recinto del parque nos ponemos a andar sin rumbo definido, simplemente nos dejamos llevar por los semáforos, las sombras de los edificios y los bocinazos de los coches. Callejeando acabamos pasando por una calle llena de tiendas de instrumentos musicales (¡y cuando digo llena es más de veinte establecimientos!). Esta desemboca en la Plaza Dos de Mayo, la cual está rodeada de fabulosos edificios estilo francés color azul añil. Nos acordamos de que por esta plaza pasamos la noche de nuestra llegada a Lima provenientes del aeropuerto. Hace tanto calor que estamos deshidratados por lo que preguntamos a una chica que pasa por allí a ver donde hay algún local para tomar una cerveza y pasar por el aseo. Nos indica una especie de hamburguesería que está empezando a levantar la persiana. Cuando entramos nos sentamos y pedimos la bebida refrescante, aunque se nos quitan las ganas de ir al baño.

Ya de nuevo en la calle paramos varios taxis y regateamos hasta que llegamos a acuerdo con uno y le pedimos que nos lleve a la Plaza de Armas. El taxi en el que montamos es un pequeño Hyundai diesel al cual le han sustituido el motor por uno de gas licuado. Nos comenta el conductor que tiene más de 600.000 kms y sigue funcionando perfectamente. La verdad es que es un chaval bastante majetón que nos va contando historietas hasta llegar a nuestro destino. Cuando nos bajamos nos damos un paseo por la zona y acabamos comiendo en un local aledaño a la plaza. No recuerdo el nombre pero casi mejor. Será la peor comida que hemos hecho en todo el viaje.

Ya por la tarde la zona se empieza a animar ante las inminentes Navidades. Las calles se llenan de gente deseosa de realizar las compras de regalos para las fiestas. Nosotros caminamos poco a poco hacia el Puente de Piedra que se encuentra detrás del Palacio del Gobierno, el cual está literalmente tomado por el ejército y policía. Intimida un poco pasar junto a tanta metralleta, pistolas y tanquetas. Al otro lado del puente se encuentra el distrito de Rimac. Nos adentramos en el por el Jirón Trujillo. La zona tiene el encanto de antiguas casas coloniales de colores amarillentos, pero venidas a menos. El abandono de las mismas es evidente. En cierto momento nos damos cuenta que un policía nos está siguiendo discretamente a cierta distancia. A medida que nos vamos adentrando en el barrio se observa más decadencia y menos gente por lo que decidimos darnos la vuelta y volver sobre nuestros pasos. El agente nos abandonará y nos encaminamos de nuevo hacia el río. Esta actitud de los agentes ya la habíamos observado en nuestro primer día en Perú, aunque en aquella ocasión pensábamos que eran paranoias nuestras. La verdad que nos hemos sentido seguros en nuestro viaje por este país en todo momento.

Ya ha caído la noche cuando decidimos regresar al Distrito de Miraflores, por lo que cogemos un taxi de vuelta al hotel. Curiosamente nos lleva en un santiamén al circular por la vía express de pago, Paseo de la República, que enlaza el Centro Histórico con Miraflores. 

Nos arreglamos un poco para ir a cenar al restaurante Panchita (Av. Dos de Mayo 298, Miraflores). Es el local que nos recomendó el señor de Miraflores que conocimos en el Amazonas. Es uno de los mejores del país y su dueño es el afamado chef Gastón Acurio. La comida es una mezcla prefecta entre indígena y criolla. Aunque no reservamos encontramos mesa. Eso sí, nos tiramos un buen rato esperando. 

El ambiente en Panchita es de lo más acogedor: mesas muy amplias; la decoración entre moderna e indígena, con una gran selección de platos, y no digamos su magnífica bodega, así como un trato exquisito. Los platos son simplemente fabulosos. Los entrantes de primera, las salsas nos hacen salivar continuamente. De plato principal elegimos diferentes carnes. Yo opto por el cochinillo de 21 días que se deshace con solo el tenedor. Y finalmente los postres no tienen desperdicio.


Cuando salimos ya es un poco tarde pero nos queda un poco de tiempo para tomarnos las últimas cervezas del viaje en el bar roquero de la noche anterior. Nos despedimos del camarero con un "Hasta pronto".



DÍAS 22-23 (17-18/12/2011). VIAJE EN AVIÓN HASTA BILBAO

Bueno, pues ha llegado nuestro último día en este fantástico país. Como el avión no sale hasta media tarde todavía nos podremos dar un paseo por la ciudad y aprovechar para comprar algún recuerdo a nuestras personas queridas. Tras desayunar y liquidar la cuenta en el hotel les pedimos que nos guarden las mochilas hasta mediodía.

Nos dirigimos a un mercado de recuerdos peruanos que se encuentra en la parte norte del parque Kennedy, en plena avenida Arequipa. Pasaremos más rato de lo que a mi me gusta, pero entre regateos y decidirnos por qué comprar se nos pasa prácticamente la mañana. Nos hemos echado unas buenas risas con Alfredo porque es una máquina en esto de negociar y regatear.


Ya de vuelta al hotel recogemos las maletas, aunque nos quedamos charlando un poco con el recepcionista. Antes de partir le regalamos el traje de agua utilizado en la ascensión a Machu Picchu. El muchacho nos lo agradece de corazón. Sin embargo no creo que lo llega a usar nunca ya que en esta parte del país no llueve nunca.

En la calle paramos un taxi para que nos lleve al aeropuerto. Tras pactar el precio y acordar que nos dejará en la entrada del mismo nos dirigimos por la carretera de la costa hasta llegar al Callao. El conductor es muy simpático y está constantemente preguntándonos cosas de nuestro país. Nosotros hacemos lo mismo por lo que el viaje se hace muy ameno. Nos deja en las puertas del J. Chávez ya que si entra tendrá que pagar un peaje. Así que nos bajamos y nos dirigimos a la terminal. El lugar está a rebosar. Supongo que será por la proximidad de las fiestas de Navidad. Hacemos una buena cola hasta conseguir llegar al mostrador de facturación. Una vez que hemos dejado las mochilas nos dirigimos a unos asientos para esperar las dos horas que nos quedan por delante. Sin embargo, justo antes de eso se presenta un hombre con una placa de policía y me dice que le entregue mi pasaporte porque el perro que lleva ha olido mi mochila. Me pregunta a ver si llevo drogas en el equipaje. Le comento que no, que regresamos cuatro amigos a España tras pasar unas vacaciones en su país. Que lo único que llevo es ropa sucia y que si quiere le abro la mochila. El hombre mira los visados de mi pasaporte y me dice que le tengo que acompañar. Como estoy seguro que no llevo droga le comento que sí. Cuando llegamos a una zona donde se encuentra sus superior este me comenta que no hace falta abrir la mochila y le comenta a su compañero que me devuelva el pasaporte. Vuelvo con mis amigos y comentamos la jugada. Llegamos a la conclusión de que me han tanteado a ver cómo reaccionaba, a ver si me ponía nervioso o algo por el estilo. O eso o al perro le agradaba el olor a sudor de mi ropa.

Finalmente pasamos el control de pasaportes y nos montamos en el avión. Partimos puntuales con destino a París.

A primeras horas de la mañana siguiente aterrizaremos en la terminal 2F del aeropuerto Charles de Gaulle. Cogeremos el bus nos llevará a la 2G a las puertas de la terminal. Nos toca esperar unas cuantas horas hasta que salga nuestro avión hacia Bilbao. Lo pasamos leyendo revistas, jugando a la PlayStation, etc. ¡Todo gratuito!

Finalmente, a eso de las ocho de la tarde aterrizamos en nuestra ciudad con un fabuloso sabor de boca.
 



EPILOGO

Aquí termina el relato de un viaje inolvidable a uno de los países más maravillosos que haya visitado en toda mi vida. Su cultura, su gastronomía, sus gentes, ... En fin, todo ha sido fantástico. Sin embargo, solo hemos visitado una pequeñísima parte de su territorio. Seguramente, tal vez en el futuro próximo, volvamos a visitar la zona centro y norte del país que tanto tiene que mostrarnos todavía.