miércoles, 24 de diciembre de 2014

Viaje a la Toscana (2014)


Viaje a la Costa Azul, Toscana y Umbría (2014)




INTRODUCCIÓN


Tenemos un viaje pendiente los cuatro este año. Así que decidimos meternos en un automóvil ocho días y ponernos en ruta hacia cualquier lugar. Barajamos las bazas de la Costa Cantábrica/Norte de Portugal, la costa de la Bretaña francesa y la Costa Azul/Toscana. Al final nos decantamos por esta última. Tal vez el tiempo sea mejor que en las otras opciones.


PREPARANDO EL VIAJE

No necesitamos preparar nada en especial para esta semana. Lo único que hacemos es reservar el hotel de la primera noche en Cannes porque llegaremos bastante tarde y no nos apetece dar vueltas por la ciudad buscando uno. El resto irá sobre la marcha.

ITINERARIO Y PLAN DE VIAJE

Nuestro plan de viaje es el siguiente:

31/08/2014: Bilbao - Carcassonne - Cannes
- 01/09/2014: Cannes - Costa Azul - Mónaco - Carrara - Pisa
- 02/09/2014: Pisa  - Lucca - Montecatini Terme
- 03/09/2014: Montecatini Terme - Florencia - Montecatini Terme
- 04/09/2014: Montecatini Terme - Perugia - Asís - Cortona - Montepulciano
- 05/09/2014: Montepulciano - Monticchiello - San Quirico D´Orcia - Siena - San Gimignano
- 06/09/2014: San Gimignano - Nimes
- 07/09/2014: Nimes - Bilbao


DÍA 1 (31/08/2014). BILBAO - CARCASSONE -CANNES

Partimos pronto por la mañana de Bilbao. Lo hacemos para intentar no coger caravana en el peaje de la frontera de Irún. Tenemos suerte y no hay problemas. En época estival la autopista AP8 en este punto está imposible con todos los europeos que van o vuelven de sus vacaciones en España o el Magreb.

Hace un día radiante y no tenemos ningún contratiempo en la carretera por lo que llegamos antes de la hora de comer a Carcassonne, para mí unas de las ciudades medievales más bonitas que existen. Ya estuve hace unos años pero mis compañeros de viaje no, por lo que decidimos hacer un alto en el camino aquí, visitar la ciudad antigua y aprovechar para comer y reponer fuerzas. Todavía nos queda un largo camino hasta el final de la etapa del día.

Cuando estamos a punto de llegar podemos contemplar desde la carretera la majestuosa estampa de sus murallas con sus altas torres rematadas de almenas y con tejados de pizarra puntiagudos. Tras sacar el billete de aparcamiento de la zona azul y dejar el coche nos sumergimos en las callejuelas de la ciudad antigua, atestada de turistas comprando recuerdos y visitando sus rincones mas singulares. Está claro que los franceses saber vender muy bien sus monumentos e historia. En vez de dejarlos caer como ocurre en España los reconstruyen y les sacan beneficio en forma de turismo. ¡Cuánto tenemos que aprender!

Tras pagar la correspondiente entrada para visitar el castillo nos damos una vuelta por los pasos de ronda y estancias de todo el complejo. Hay varios grupos organizados pero se puede andar sin apelotamientos. Una visita muy recomendable.


Plano de la Cité de Carcassonne

Murallas de Carcassonne

Ventana geminada en una estancia del castillo de Carcassonne

Maqueta de la ciudad medieval de Carcassonne


Puente y castillo de Carcassonne

Tras comer un plato de pasta y una ensalada en uno de los múltiples locales de comida que salpican el entorno decidimos retomar la marcha e intentar no llegar muy tarde al hotel de la primera noche: Cannes. El camino discurre sin contratiempos y a eso de las nueve de la noche llegamos a nuestro destino. El hotel que hemos elegido es en Ibis budget Cannes Mougins, bastante básico pero solo lo queremos para dormir. Se encuentra a las afueras, junto a la autopista a unos siete kilómetros del centro de la ciudad. Lo hemos elejido porque es bastante más barato que allí. 


Hotel Ibis budget Cannes Mouginsen Le Cannet

Plano de Cannes

En cinco minutos estamos en el centro de Cannes. Cenamos unas pizzas con una buena cerveza local en uno de los pocos locales que quedan abiertos a estas horas y nos damos una vuelta por el puerto y por la Villa Vieja. Para mí, esta es la parte más interesante del lugar: calles empedradas empinadísimas que desembocan en una plaza donde se puede contemplar una elegante torre, una iglesia y una pequeña muralla cerrando la parte alta de la cima. Las vistas del entorno, aunque es de noche, son interesantes. Se pueden contemplar como las diferentes localidades de la Costa Azul se alinean de Noreste a Suroeste bordeando el mar siguiendo las luces.

Torre de la Iglesia de la Villa Vieja de Cannes

Volvemos al hotel porque mañana queremos salir pronto. Todavía nos quedan muchas horas de carretera hasta la Toscana.


DÍA 2 (01/09/2014). CANNES - COSTA AZUL - MÓNACO - CARRARA - PISA

Amanece un día radiante. Optamos por viajar por la carretera de la costa en vez de tomar la autopista. Nos apetece conocer los diferentes pueblos que se suceden uno tras otro hasta la frontera italiana. Lo primero que nos llama la atención es que por todos los lados encontramos puertos deportivos llenos de yates de lujo, barcos veleros y demás variantes. La línea de costa está plagada de villas o casas de veraneo. Hacemos un alto en Antibes. Tiene buena pinta, murallas, torre, casco antiguo,... Es pequeño pero mono y muy bien conservado. Una da las atracciones que más destacan en esta localidad es el mueso Picasso, situado en el interior de la fortaleza de los Grimaldi. Aquí se encuentra la colección artística más importante a nivel mundial del maestro.


Puerta de la Villa Vieja de Antibes

Muralla y torre en Antibes

Museo Picasso de Antibes

Callejuelas en Antibes

En cualquier cala aparecen turistas tomando el sol o un baño. Está claro a donde vienen gran parte de los franceses de vacaciones. Un poco más adelante, al otro lado del puerto deportivo, se encuentra el fuerte Carré, con forma de diamante. No podemos entrar porque está cerrado. Nos damos una vuelta por el entorno al mismo, donde se pueden contemplar unas vistas muy buenas del entorno.


Calas en el entorno de Antibes




Seguimos la línea de costa hasta que llegamos Niza, la capital de la Côte d´Azur. Aprovechamos para comer, ya que la ciudad tampoco tiene mucho que mostrarnos. Para los que les gusten los yates el puerto deportivo es un puro espectáculo. Comemos en un pequeño restaurante frecuentado por lugareños donde cada día preparan un plato. Hoy le toca algo así como callos o tripas cocidas. Como hace mucho calor y alguno no está convencido les pedimos unas brochetas de carne con verduras, las cuales están muy ricas. Todo ello lo acompañamos con vino de la Provença. Continuamos camino y tras rebasar Niza nos encontramos con otra grata sorpresa: Saint Jean Cap Ferrat. Esta zona es preciosa, con una bahía espectacular. Hacemos un alto en el camino y nos dirigimos a visitar el faro que se encuentra en lo alto del cabo. Nos quedamos un rato disfrutando de las vistas sobre la bahía.

Plano de Niza

Puerto deportivo de Niza

Saint Jean Cap Ferrat


El siguiente destino es Mónaco, paraíso de la opulencia por excelencia. Nada más llegar ya me parece una ciudad incómoda de transitar. Está ubicada entre la línea de costa y los taludes de las montañas de los Alpes Marítimos, por lo que los túneles, curvas y estrechos carriles nos acompañan durante toda la visita al Principado. Hay tantos coches y la circulación es tan densa que nos es imposible parar y bajarnos para dar un paseo por los alrededores por lo que decidimos hacer la visita sin bajarnos del coche. Se nota que por aquí el dinero no es un problema. Contemplamos multitud de tiendas de marcas famosísimas, concesionarios de coches de las más altas gamas, etc. Reconocemos las famosas curvas y túneles que tantas veces hemos vistos en los grandes premios de Formula 1 por la televisión.



Mónaco

Continuamos el viaje por la carretera de costa dirección a la frontera. Nada más llegar nos damos cuenta de que estamos en Italia. No hace falta ver el cartel de entrada en el país. El tráfico se hace espeso hasta el punto de que tardamos más de dos horas en llegar a San Remo. En parte ha sido debido a un accidente entre un coche y una moto en el centro de Ventimiglia, primer pueblo tras la frontera. Nosotros casi tenemos un susto cuando giramos para entrar en una gasolinera y una moto o toda pastilla adelanta por el carril opuesto y por un pelo no se empotra contra nuestro coche.

Frontera Italiana

Tenemos intención de entrar en San Remo para visitarlo pero el tiempo se nos echa encima y al final pasamos de largo y nos incorporamos en la autopista. Nos quedamos alucinados por la cantidad de túneles y puentes que hay a lo largo del trayecto. Contamos más de doscientos túneles hasta llegar a Génova. 

Tras hacer un alto en el camino y comer algo en una tienda de la autopista seguimos nuestro camino con dirección a La Spezia. Ha caído la noche y tenemos intención de dormir en Carrara para mañana por la mañana visitar Pisa. Nos volvemos locos intentando encontrar un hotel en esta famosa localidad. No encontramos nada por más y más vueltas que damos, así que seguimos camino hasta Pisa. 

Cuando nos estamos acercando a la ciudad divisamos un hotel en un lateral de la carretera. Paramos el coche para girar y bajarnos para preguntar a ver si tienen habitaciones y, de repente, salen prostitutas de todos los lados. ¡Es un hotel de putas! Nos echamos unas buenas risas y seguimos camino hasta llegar al centro. Preguntamos un varios hoteles a ver si tienen plazas pero nos dicen que no, aunque en uno de ellos nos recomiendan el Grand Hotel Bonnano. Se encuentra a unos diez minutos andando de la Piazza del Duomo y el precio está muy bien. Además incluyen el desayuno y aparcamiento privado.

Ubicación del Grand Hotel Bonnano en Pisa

Aparcamos el coche, dejamos el equipaje en la habitación del hotel y nos vamos a dar un paseo nocturno por la zona de la Piazza del Duomo. No hay nadie por lo que realizamos una visita muy tranquila. Nos sacamos algunas fotos a la luz de las farolas y cenamos en el único local que queda abierto en los alrededores. Tras esto volvemos al hotel porque mañana va a ser un día intenso y tenemos que madrugar. 

DÍA 3 (02/09/2014). PISA - LUCCA - MONTECATINI TERME

Amanece un día radiante, sin una nube y una temperatura muy agradable. Desayunamos copiosamente y nos vamos a visitar a la archifamosa Torre de Pisa. Tenemos que hacer cola para sacar las entradas. Como nos hemos levantado pronto la cola no es muy larga y todavía no hay muchos turistas por el entorno. Hay diversas modalidades de entradas, desde solo visitar la catedral a visitar todos los monumentos. Por supuesto que el precio varía en función del número de ellos a los que se entre. Los precios son realmente elevados, pero no podemos desaprovechar la oportunidad de subir a la torre una vez que hemos llegado hasta aquí.

Primero entramos en la catedral, cuyo interior es extraordinariamente bello. El exterior está recubierto del afamado mármol de Carrara, el cual le da esa imagen tan especial a las obras religiosas de toda la Toscana. 


Plano de Pisa

Piazza del Duomo de Pisa

Interior de la catedral de Pisa

Techumbre de la catedral de Pisa

Fachada principal de la catedral de Pisa

Para entrar en la torre tenemos que dejar las mochilas en un guardarropa anexo y hacer cola para entrar a la hora convenida cuando hemos compramos las entradas. El interior de la torre no tiene especial interés ya que está vacío. Lo que le confiere su fama es realmente el fallo que cometieron los arquitectos a la hora de construirla y no tener en cuenta el terreno donde se iba a ubicar. La inclinación de la torre es muy importante. Nos explican cómo están intentando evitar que se venga abajo mediante unos contrapesos colocados en la parte contraria a dicha inclinación.




Inclinación y puerta de entrada a la Torre de Pisa

Interior de la Torre de Pisa

Escalera de acceso a lo alto de la torre de Pisa

Las vistas desde lo alto de la torre son magníficas, casi se ve el mar desde aquí. Podemos observar como la plaza se está empezando a llenar de turistas que acuden como hordas. Hacemos un cálculo aproximado de lo que pueden sacar cada día con las entrada y la cifra resultante nos da vértigo. ¡Vaya negocio que tiene montado!

Entre la charla inicial, subir, contemplar las vistas y bajar no estamos más de quince minutos. Lo tienen cronometrado y te despachan enseguida. Así que, cuando bajamos nos damos una vuelta por el exterior del Batisperio y el cementerio, pero como no hemos comprado las entradas correspondientes no entramos.

Vistas desde lo alto de la torre de Pisa


Foto de grupo

Mucha gente que ha estado antes que nosotros en Pisa y la hemos preguntado a ver que tal les parece la ciudad nos ha comentado que, aparte de la zona de la catedral y torre de Pisa, el resto no tiene mucho interés. Sin embargo, yo discrepo. Me parece que la parte antigua de esta ciudad bien merece una vista. Así que, nos alejamos del bullicio y nos internamos en las callejuelas de la parte antigua de la ciudad. Es la típica ciudad italiana con infinidad de esplendidos edificios neoclásicos venidos a menos y un ir y venir de motos y bicicletas por sus estrechas calles.


Calles de Pisa



Cruzamos por el puente Renzzo, uno de los múltiples que cruzan el río Arno. Este proviene de Florencia para desaguar en el mar a escasa distancia de aquí. Esta parte de la ciudad es más interesante. Podemos visitar las antiguas murallas medievales y bastiones de la ciudad, así como los restos del acueducto romano y palacios renacentistas.

Río Arno a su paso por Pisa


Cuando pasamos junto al ayuntamiento nos paramos para observar una conferencia sobre la II Guerra Mundial que se está desarrollando en el exterior del edificio. También podemos observar como aquí también hay gente que está en contra del Tren de Alta Velocidad porque hay unas pintadas en las paredes exteriores del consistorio.


Recuerdo a los caídos en la II Guerra Mundial


Interior del ayuntamiento de Pisa

Pintada en la fachada del ayuntamiento en contra del Tren de Alta Velocidad


Muralla y Acueducto de Pisa

Palacio Agostini en las orillas del río Arno

Acueducto de Pisa

Empezamos a tener hambre y buscamos algún restaurante para hacer una parada, comer y tomar algo. Nos sentamos en la terraza de un pequeño local junto a un mercado de frutas y verduras y comemos una pasta riquísima. Charlamos y recuperamos fuerzas antes de retomar el camino de vuelta al hotel en busca del coche. Nos han permitido dejarlo en el aparcamiento hasta nuestra partida. Un alivio porque no nos apetecía dejarlo en la calle con todo en equipaje dentro del maletero.



Callejuelas de la parte antigua de Pisa




Callejas de Pisa

Mercado callejero de frutas y verduras

Pero antes de coger el coche hacemos una última visita fugaz a la Piazza del Duomo, atravesando primero la bella Piazza del Cavalieri. Han entrado unas cuantas nubes y la estampa de la torre inclinada es aún más bella que esta mañana. El número de turistas se ha multiplicado exponencialmente desde nuestra visita vespertina.


Piazza del Cavalieri

Torre de Pisa

Nos vamos con un buen sabor de boca tras la visita de esta afamada ciudad. El siguiente destino es Lucca, una ciudad que nos han recomendado fervientemente. Se encuentra a escasos veinte kilómetros de aquí en dirección norte. A medio camino tenemos que remontar unas pequeñas colinas que separan ambas ciudades y es en este punto donde podemos contemplar una de las más bellas imágenes de Pisa, una maravillosa panorámica desde lo alto.

Lucca es una ciudad con una población aproximadamente igual a la de Pisa. Se encuentra completamente fortificada por una muralla artillera de época renacentista. Fundada por los etruscos, fue una importante colonia del imperio romano. Dentro de su control político se encontraba Carrara y sus magníficas canteras de mármol.



Plano de Lucca

Tras estacionar el coche en un aparcamiento junto a la Puerta de Vittorio Emanuele damos un paseo por los adarves hasta la Puerta de San Pietro. Esta parte de la ciudad se ha transformado en un parque donde los lugareños salen a hacer deporte: corres, patinar, pedalear,...  Callejeamos hasta llegar a la Plaza de la Catedral. La fachada románica tiene muchas similitudes con el de Pisa y también está construida con el mismo tipo de piedra. Sin embargo, el interior es muchísimo más sobrio que la pisana. Cabe destacar una imagen de madera de un cristo crucificado que data del siglo XI.


Murallas de Lucca

Catedral de Lucca

Techumbre de la catedral de Lucca

Crucificado y encerrado - Volvo Santo



Callejear por esta ciudad es una autentica delicia. Sus callejuelas te trasladan a otra época, al más estilo mediterráneo. Los colores tierra dominan las fachadas de los edificios aunque también se pueden contemplar majestuosas torres de piedra que dominan el entorno. El lugar es muy turístico y te cruzas con ellos por todas partes.


Callejuelas de Lucca

Una plaza muy curiosa es la Piazza Anfiteatro, la cual ha guardado las proporciones del antiguo anfiteatro romano existente en esta misma ubicación. Se encuentra repleta de cafeterías, restaurantes, terrazas y ... turistas.

Piazza Anfiteatro



Como es una ciudad muy complicada para desplazarse en coche la gente lo hace en moto o bicicleta, por lo que por todas partes vemos el ir y venir de estos medios de locomoción. Los aparcan en cualquier lugar y los resguardan de los cacos de las maneras más sorprendentes.

Bicicleta encadenada en Lucca

Calles de Lucca

Tras una estupenda tarde de visita en esta interesante ciudad retomamos la ruta y nos dirigimos hacia Florencia. Como se nos ha hecho algo tarde decidimos buscar alojamiento en alguna localidad anterior. Además, será más sencillo encontrar habitaciones y, seguramente, más económico. Decidimos probar suerte en Montecatini Terme, una de las más afamadas localidades italianas con aguas termales y spas. Pero antes de que anochezca decidimos subir hasta Montecatini Alto, el núcleo antiguo de la localidad. Se puede subir en funicular o en coche. Como no encontramos ninguna indicación de como subir hasta arriba le preguntamos a un chico que acaba de montarse en el coche y nos dice que le sigamos. ¡Un tío majo!

Las calles se encuentran empedradas y las casas, en su mayor mayoría, tienen sacada la piedra por lo que el lugar tiene una ambiente muy acogedor. Visitamos las torres y muralla. Se nos va echando el tiempo encima y gracias a ello podemos contemplar un anochecer en la Toscana de ensueño. En el cielo podemos observar una gama de colores que van desde el amarillo al morado, pasando por el rojo y naranja. ¡Una auténtica pasada!.  

Calles de Montecatini Alto

Plaza mayor de Montecatini Alto

Atardecer dese Montecatini Alto

Ya de noche bajamos al llano para buscar un hotel. Damos unas vueltas y vemos que no va a ver problema porque hay por todas partes. Así que nos relajamos y encontramos un pequeño hotel de ambiente retro (o vintage como lo llaman ahora), el cual está regentado por un matrimonio que, a mi entender, deberían estar ya jubilados. Son muy simpáticos y el precio no está nada mal. El hotel se llama Hotel Prati y está bastante cerca del centro de la localidad.


Ubicación del Hotel Patri en Montecatini Terme

El problema del aparcamiento es una constante en Italia que nos llegará a desquiciar un poco. Hablamos con la dueña del hotel y nos dice que no nos preocupemos. Nos dice que pongamos un papel en el cristal del coche indicando que hemos llegado de madrugada al hotel y así no nos pondrán multa antes de que partamos para Florencia mañana. Así lo hacemos. Crucemos los dedos.

El estómago nos empieza a dar un toque de alerta, ya que hace horas que no probamos bocado. Así que nos dirigimos hacia el centro de la villa y buscamos algún lugar donde poder cenar algo que no sea pasta. Encontramos un local muy majo junto a la Avenida de Roma donde probamos unos deliciosos solomillos y acompañados por vino toscano. Tras echarnos unas risas durante la cena decidimos retornar al hotel porque mañana va a ser un día maratoniano: Florencia!!


DÍA 4 (03/09/2014). MONTECATINI TERME - FLORENCIA - MONTECATINI TERME

Nos despertamos los primeros de todo el hotel, a parte del servicio. Bajamos al comedor y nos metemos un copioso desayuno. Hoy no vamos a parar prácticamente. Echamos un vistazo a ver si nos han puesto multa en el coche y vemos que la señora tenía razón y no tenemos sorpresa. Nos despedimos y tomamos la autovía que une Lucca con Florencia.


Hotel Prati - Montecatini Terme

Tras una hora de viaje por fin llegamos a la cuna del arte por excelencia. Según vamos acercándonos al centro de la ciudad vemos como el tráfico se va intensificando. Nos han recomendado un aparcamiento junto a la estación central de trenes, así que para allí nos dirigimos. Este parking es muy céntrico. Junto a él se encuentra la iglesia de Santa María Novella y a escasos cinco minutos del a Piazza del Duomo. Esta urbe es muy cómoda de patear y se puede llegar a la mayor parte de los sitios de interés turístico andando.

Ubicación de la Estación de Tren, la Piazza del Duomo y el aparcamiento

La ciudad se encuentra repleta de turistas. El entorno de la iglesia de Santa María Novella  está atestado de gente y casi no se puede transitar por las aceras. Cruzamos la calle para evitarlos y ya podemos ver a lo lejos la cúpula de la catedral entre los edificios. ¡Vaya subidón! Realmente es como lo cuentan: una auténtica maravilla. Según entramos en la plaza buscamos la oficina de compra de los billetes para la entrada. Lo tienen bastante bien organizado y no tardamos más de cinco minutos en adquirirlos. Adquirimos los que permiten entrar en la catedral y subir a lo más alto del Duomo.


Plano de Florencia


Así como el exterior de la catedral es soberbio el interior nos deja un poco apáticos a excepción, claro está, de la impresionante obra pictórica del interior de la cúpula realizado por el maestro Miguel Ángel. Comparado con la de Pisa, y sobre todo con la de Siena que todavía no hemos visitado, esta no tiene grandes alicientes. 

A parte de los frescos, lo que más nos llama la atención es la cripta, donde podemos descubrir los restos de la Florencia romana. Tras pasar un rato en su interior decidimos salir y hacer la cola para subir a la cúpula.

Frescos del interior de la cúpula de la catedral de Florencia

Detalle del campanario de la catedral de Florencia

La ascensión hasta lo más alto transcurre por empinadas escaleras y recovecos entre las paredes de la catedral. El espacio intramuros es mínimo hasta tal punto de que las visitas se tienen que hacer con horario porque hay algunas zonas en las que literalmente no pasan dos personas. Pero como esto es Italia no se cumple a rajatabla por lo que los atascos y los retrasos de las visitas son el pan nuestro de cada día. Las vistas desde lo alto son maravillosas. Se puede contemplar perfectamente la extensión y ordenamiento de la ciudad con el río Arno como espina dorsal de la misma.


Pequeño ventanuco en las paredes cúpula de la catedral

Vistas desde lo alto del Duomo de la catedral de Florencia



La bajada se nos complica por el tremendo calor que hace dentro, los atascos y que Txemi tiene claustrofobia. Sin embargo, todo contratiempo deja de tener sentido cuando podemos contemplar, casi tocar, los frescos de la cúpula. Podemos llegar a sentir en primera persona como se sentía el artista cuando estaba realizando estas indescriptibles pinturas. Coexisten decenas de alegorías religiosas que nos dejan boquiabiertos durante los pocos minutos que nos dejan contemplarlas y sacar alguna que otra fotografía. 


Interior del Duomo de la catedral de Florencia

Frescos del Duomo de la catedral de Florencia



El primero de nuestras objetivos para hoy ya lo hemos cumplido. Ahora nos dirigimos por la Vía Roma en dirección al Puente Vecchio. A la altura de la Piazza della Repubblica comienza a lloviznar ligeramente y tenemos miedo de que nos estropee el día. Tenemos suerte y solo es un susto. Cuando llegamos a la Piazza de la Signoria la concentración de turista aumenta considerablemente. El imponente Palacio Vecchio domina toda la plaza con su alta torre defensiva. En torno a él se han colocado gran cantidad de reproducciones escultóricas, de las cuales varias de ellas podremos contemplar sus originales más tarde en el Museo de Galleria dell´Accademia.


Piazza della Repubblica

Piazza dela Signoria y Palazzo Vecchio

Por fin llegamos al archiconocido Ponte Vecchio. Las vistas desde la galería que se encuentra en la margen derecha del río son un buen punto de partida. Nos hacemos las típicas fotos para el recuerdo y lo cruzamos para visitar la margen izquierda de la ciudad. El interior del puente se encuentra repleto de pequeñas tiendas, fundamentalmente de joyería destinadas a los turistas que por aquí transitamos cualquiera de los 365 días del año. 


Vistas del Ponte Vecchio sobre el río Arno




Comercios sobre el Ponte Vecchio

Puentes sobre el Arno

Una vez en la otra margen buscamos algún restaurante para comer ya que el hambre empieza hacer mella. Es un poco tarde por lo que no tenemos muchos problemas en encontrar una mesa libre. Todos los centro-europeos ya han comido. Entramos en un pequeño local donde probamos una pasta exquisita y una cerveza nacional que nos reconforta. Alargamos la sobremesa para descansar un rato y cuando salimos nos metemos un enorme helado como postre en una heladería cercana. ¡Es el helado más caro que he pagado en mi vida!

Pasamos junto al Palazzo Pitti, aunque no entramos porque andamos un poco justos de tiempo para ver todo lo que queremos en el día de hoy. Además, tenemos reservado el ingreso a la Galleria dell´Accademia a las cuatro y media. Subimos hasta el Forte di Belvedere y damos un paseo por la Vía di San Leonardo y retornaremos por el Viale de Galileo hasta llegar a la Abbazia di San Miniato al Monte. Desde aquí ya se puede contemplar una hermosa panorámica de la zona monumental de Florencia. Pero el mejor punto para las maravillosas vistas se encuentra un poco más abajo: en la Piazzale Michelangelo.


Calles cercanas al Forte di Belvedere

Abbazia di San Miniato al Monte 


Permanecemos un buen rato en este punto disfrutando de las vistas. Aquí nos reunimos gran cantidad de turistas para hacer lo mismo. Hay incluso gente que viene a contemplar las espectaculares puestas de sol. Este también es un buen lugar donde poder aparcar el coche sin tener que pagar los costosos aparcamientos de la ciudad. Si lo llegamos a saber antes...

Panorámica de Florencia

Murallas de Florencia y fortaleza de Belvedere


Se nos está haciendo un poco tarde y salimos corriendo ladera abajo para llegar a la Galleria dell´Accademia. Llegamos justo a tiempo y entramos sin problemas. Dentro está repleto de turistas. Es normal porque la visita es obligada. Poder contemplar tantas obras de arte de primera fila en un mismo edificio no es muy habitual. Sin duda alguna, la obra que más atención atrae es el David de Miguel Ángel. Las sensaciones que nos han causado las imágenes que todos hemos podido contemplar en los libros de arte se quedan cortas cuando nos plantamos frente a la escultura. ¡Es simplemente soberbia!

Galleria dell´Accademia

David de de Miguel Ángel

Ya más relajados continuamos paseando por la ciudad y callejeamos bastante. Es una gozada perderse por sus calles contemplando fantásticos edificios por doquier. Esta es una de las ciudades monumentales más interesantes que he podido contemplar en mi vida.


Detalle de la Catedral de Florencia

Calles de Florencia



Cuando llegamos a la Piazza di Santa Croce el sol ya se empieza a poner y decidimos sentarnos en la pequeña terraza de un bar junto a la iglesia de la Santa Croce para tomar un tentempié. Charlamos animadamente mientras contemplamos como la cálida luz del sol de última hora de día va recorriendo la fachada de la iglesia hasta que desaparece. Debe ser una visita obligada porque multitud de turistas están concentrados en este punto para inmortalizar el momento. También observamos a un par de italianos realizando varios planos con un equipo de vídeo profesional.



Piazza di Santa Croce

Turistas japoneses en la piazza di Santa Croce

Rayos de sol sobre la fachada de la Iglesia de la Santa Croce

Deshacemos nuestros pasos rumbo al aparcamiento. Nos vamos con un buen sabor de boca y con la sensación de que no nos aburriríamos en esta ciudad ni en una semana. Pero como no hay tiempo para todo seguimos camino de nuevo con destino a Montecatini Terme.

Cenamos pasta en una pizzería de la calle principal de la localidad y damos un paseo por los alrededores. Nos vuelve a resultar sorprendente cómo en las calles más concurridas de las ciudades italianas pasean las prostitutas tranquilamente para intentar hacer negocio. Delante nuestro cierran el trato dos chicas y dos chicos, montándose a continuación en un coche.


DÍA 5 (04/09/2014).  MONTECATINI TERME - PERUGIA - ASÍS - CORTONA - MONTEPULCIANO

Madrugamos y desayunamos tranquilamente en el hotel. A continuación partimos con dirección Sureste con la intención de visitar la región de la Umbría. Nuestro primer destino es la capital de la misma: Perugia. Esta se encuentra ubicada sobre múltiples colinas que la dan un urbanismo muy particular, a la par de caótico. Muy cerca de aquí discurren las agua del río Tiber. También se encuentra muy próximo el lago Trasimero, el cual podemos contemplar desde el coche antes de llegar a la ciudad. Perugia es famosa por poseer una vida universitaria muy importante. No en vano, aquí se encuentra la Universidad para Extranjeros donde estudiantes de todo el mundo vienen a estudiar Bellas Artes.

Plano de Perugia


Sobre una de las colinas más elevadas se encuentra el casco antiguo de la ciudad. Conseguimos aparcar el coche por el camino y el resto lo realizamos a pie. Es un poco extraño el modo en que llegamos a lo alto de la colina ya que, junto a la estación de autobuses, nos introducimos en un túnel que, mediante varias escaleras mecánicas interminables, nos sitúa en la parte interna de uno de los bastiones de la muralla medieval. Desde aquí salimos al exterior, junto a la Prefettura di Perugia y la Piazza Italia. Las vistas de en rededor son bastante interesantes. Se puede contemplar el caserío circundante, multitud de torres de iglesias, viejos muros y una zona boscosa de un verde intenso en torno a la ciudad.


Interior del baluarte bajo la Piazza Italia

Caserío e iglesias de Perugia

Puerta del Bastión

Leemos en un cartel de la calle que hay una exposición de fotografías del afamado fotógrafo Steve McCurry, el de la foto de la niña afgana de la portada de National Gepgraphic. Damos un paseo hasta el lugar de la exposición pero acabamos no entrando porque la entrada es desproporcionada y estamos un poco hartos de que nos estén continuamente robando a la cara con los altísimos precios de las entradas. El coste de las mismas a los museos es por lo menos el doble que en España. Así que nos damos la vuelta y callejeamos un rato hasta tomar la calle peatonal Corso Pietro Vannucci que desemboca en la Piazza IV Novembre, el punto neurálgico de la ciudad.


Grafiti en el muro de una casa

Callejuelas de Perugia

En esta plaza se encuentran algunos de los edificios y monumentos más interesantes de la ciudad, como la Fontana Maggiore, Palazzo dei Priori y la catedral. Al primer edificio que entramos es en la catedral. Posee una arquitectura bastante interesante pero después de haber visitado Florencia no nos estimula tanto. El Palazzo dei Priori es uno de los mejores museos de toda la ciudad. Muy cerca, detrás de la catedral, se encuentra uno de los pocos restos anteriores a la dominación romana, el Arco Etrusco. También quedan restos de un pozo de la misma época.


Piazza IV Novembre

Interior de la catedral de San Lorenzo en Perugia

Panorámica de Perugia

Volvemos sobre nuestros pasos y nos montamos de nuevo en el coche y tomamos dirección hacia Asís, la capital espiritual de la Umbría. Nada más llegar se puede evidenciar que esta localidad es extremadamente turística: incontables señales de información, aparcamientos subterráneos por doquier, tiendas de recuerdos que nos hacen daños a los ojos y sobre todo gente, mucha gente. Nos repartimos por igual entre simples turistas y peregrinos que acuden a esta localidad para adorar a San Francisco de Asís, fundador de la Orden religiosa de los Franciscanos.

Tras abonar religiosamente el ticket del aparcamiento nos dirigimos al centro de la villa. Paseamos por sus estrechas calles y visitamos alguna que otra iglesia, como la Basílica de Santa Clara y el Templo de Minerva, el cual se encuentra enclavado junto el antiguo Foro romano, en la Piazza del Comune. Decidimos no entrar en la Basílica de San Francisco porque nos llevaría todo el día entre guardar las colas para acceder a su interior y la visita.


Plano de Asís


Basílica de Santa Clara


Templo de Minerva

Como alternativa subimos hasta lo más alto de la colina que domina desde aquí la localidad, donde se encuentra el castillo denominado Rocca Maggiore y se puede contemplar la campiña circundante. Las vistas son impresionantes.


Subiendo al castillo


Panorámica de Asís

Castillo de Rocca Maggiore, Asís

Campiña de Asís

Cuando bajamos se nos ha hecho un poco tarde para comer. Casi todos los establecimientos ya han cerrado. Encontramos uno abierto y pedimos algo de pasta para comer. ¡Cual en nuestra sorpresa cuando nos sacan envases de comida precocinada calentados en el microondas! Simplemente patético. Esta será la turisteada del viaje. Acabamos rápidos y retomamos el viaje con rumbo a nuestro siguiente destino, no sin antes pararnos a contemplar desde la carretera la impresionante estructura del convento de San Francisco de Asís.

Basílica de San Francisco

Tras una  hora de viaje con dirección Noroeste llegamos a la fantástica localidad de Cortona, lugar que sirvió de rodaje de la película "Bajo el sol de la Toscana". El estilo constructivo de esta villa es similar al de otros pueblos que hemos visto hasta ahora, en colina con fuertes pendientes y estrechas callejas, las cuales le proporcionan un encanto especial si se junta con los sorprendentes atardeceres y las vistas del lago Trasimero que se pueden contemplar desde sus miradores. 


Plano de Cortona


Panorámica desde Cortona, con el lago Trasimero al fondo


La vida trascurre tranquilamente este pueblo, no como en otros lugares de Italia donde todo el mundo va acelerado. Calles tranquilas y sin ruidos hacen de la visita una relajada experiencia. Además, tenemos la "suerte" de que caen unas cuantas gotas de lluvia y, por arte de magia, tenemos ante nuestros ojos un maravilloso arco-iris con el sol del atardecer.

Callejas de Cortona



Atardecer con Aro-iris en Cortona



El punto neurálgico de la localidad se en encuentra en Piazza della Repubblica, en cuyos alrededores se pueden contemplar varios palacios renacentistas y la catedral. En lo alto de la colina nos encontramos con la iglesia de Santa Margherita y la fortaleza Medicea, desde donde se puede contemplar una muy buena panorámica de los alrededores.


Especias para hacer las salsas para la pasta


Murallas de la fortaleza Medicea

Iglesia de Santa Margherita y panorámica

Tenemos que buscar alojamiento y decidimos hacer en Montepulciano. Tomamos dirección Suroeste y en una media hora llegamos justo cuando la noche cae. Txemi nos viene todo el viaje dando la lata con un hotel-restaurante rural que le ha recomendado su prima. Parece imposible que lo encontrásemos con las vagas indicaciones que nos han dado pero, casualmente, lo encontramos junto a la carretera antes de llegar al pueblo. El establecimiento en concreto se llama Locanda Cicolina. Nos dicen que ya no tienen el hotel abierto, solo es restaurante. Nos ayudan tanto en buscar alojamiento en el pueblo que le prometemos que luego volvemos a cenar.

Aparcamos el coche y nos dirigimos al hotel Granducato. Nos hacen un buen precio en este hotel venido a menos. Las habitaciones son amplias y limpias. Nos cambiamos y tal y como le hemos dicho volvemos de vuelta al restaurante para cenar. Txemi nos lleva todo el viaje diciendo que su prima probó una especie de potaje de alubias que estaba sensacional. Por sorpresa la carta mantiene ese y muchos otros platos. Txemi y yo pedimos el potaje. Alfredo y Rafa carne. Está francamente rico. Con todas esas especias mediterráneas le da un toque fantástico, aunque sea un plato un tanto pesado para una cena. El vino de la casa no es nada del otro mundo. En general, el vino español, no tiene nada que envidiar a estos caldos.


Ubicación del hotel Granducato en Motepulciano


Como nos hemos animado en la cena, de vuelta al pueblo buscamos algún local donde tomar unas cervezas. Está todo cerrado a cal y canto. Con tristeza tomamos dirección al hotel. Por suerte, a lo lejos, divisamos un bar abierto. Nos vamos para allí. El local es del más típico estilo de lo que nosotros consideramos un bar en nuestro país. 

Acabamos entablando conversación con los lugareños. Nos dan las tantas de la madrugada antes de regresar al hotel.



DÍA 6 (05/09/2014).  MONTEPULCIANO - MONTICCHIELLO - SAN QUIRICO D´ORCIA - SIENA - SAN GIMIGNANO

Hoy nos espera un día muy intenso, así que no nos podemos demorar ni holgazanear en la cama. Nos levantamos prontito, desayunamos algo rápido en un bar cercano y nos disponemos a patear la localidad. Entramos en la parte antigua por la Porta al Prato. Es tan pronto que únicamente están trabajando los servicios de limpieza. 


Plano del entorno de Montepulciano


Plano de Montepulciano


Porta al Prato

Callejeamos por sus empinadas y estrechas calle hasta llegar a la iglesia de Sant´Agostino, cuya decoración interior es bastante sobria. Continuando nuestro recorrido nos encontramos con multitud de vinacotecas, enfocadas fundamentalmente a vender a los turistas. A mi modesto entender los precios son astronómicos. Supongo que los que estén dispuestos a pagar estos precios serán principalmente estadounidenses, inglés y alemanes. Junto a esta iglesia se encuentra la Torre di Pulcinella, la cual posee un reloj que marca las horas con el sonido de una figura de Pulcianella golpeando una campana.



Chiesa di Sant´Agostino


Vinacoteca en Montepulciano

Continuando nuestro recorrido alcanzamos lo que antiguamente fue la fortaleza (Fortezza Medicea de Montepulciano). Hoy en día se encuentra tremendamente transformada y rodeada por unos jardines. El punto neurálgico del lugar es la Piazza Grande. Aquí se encuentran tanto la catedral y los Palazzo Nobili Tarugi y Palazzo Comunale.

Callejuelas de Montelpuciano

Campiña de Montepulciano

Palazzo Nobili Tarugi y Piazza Grande


La visita continua calle abajo, hacia el Museo Civico y la contemplación de unas fantásticas vistas de los viñedos toscanos. 

Volvemos al coche y nos dirigimos al siguiente destino. En este caso la pequeña localidad de Monticchiello. Una grata sorpresa nos espera cuando llegamos a este simpático caserío anclado en el Medievo. Prácticamente no hay turistas y se puede pasear plácidamente por sus calles y contemplar la vida pausada de sus habitantes. Al pie de sus murallas, junto a la Porta de Sant´Agata, las vistas desde alguno de sus miradores llegan bien lejos. Se puede contemplar perfectamente el caserío de Pienza. Callejeamos por el interior del burgo, todo el construido de piedra, desde las paredes de las casas hasta los suelos de las calles. Las casas están vivamente decoradas con multitud de flores en sus ventanas y fachadas. Parece que nos retrotraemos unas cuantas década. La vida pausada de este lugar provoca que se pierda el sentido del tiempo. Subimos hasta la Torre del Cassero, el punto más alto del pueblo, aunque es de propiedad particular y está cerrada. En su entorno hay una especie de exposición de pinturas de artistas locales. Algunos no están nada mal.



Paisaje toscano

Pienza desde Montecchielo

Vuelta al pasado

Calles de Montecchielo

Galería de arte al aire libre


Calles de Montecchielo


Volvemos sobre nuestros pasos y tomamos el coche para dirigirnos hacia nuestro siguiente destino: San Quirico d´Orcia. En vez de seguir la carretera comarcal SP68 que nos lleva hasta allí optamos por tomar un camino de tierra que vemos a la derecha de la vía y que nos conducirá entre viñedos y casas rurales hasta la vecina localidad de Pienza. Desde aquí seguimos las indicaciones de los carteles por la SP18 hasta San Quirico d´Orcia.

Esta es nuestra última localidad de villas fortificadas en alto de la Toscana. Otro maravilloso ejemplo de conservación arquitectónica medieval. ¡Cuánto tendríamos que haber aprendido en España al respecto! Pero en fin, ya no tiene remedio.

Callejeamos por sus calles y visitamos las murallas, la Collegiata dei Santi Quirico e Giulitta e iglesia de Chiesa di Santa Maria Assunta de estilo románico. También paseamos junta a unos jardines renacentistas que a mi parecer no pegan mucho con el ambiente del pueblo.


Plano de San Quirico d´Orcia

Decoración floral de San Quirico d´Orcia

Murallas de San Quirico d´Orcia

Collegiata dei Santi Quirico e Giulitta


Escultura de aviador con paisaje toscano al fondo

Aldaba decorada

Ya es hora de dirigirnos al último de los destinos que teníamos pensado al preparar el viaje: la monumental ciudad de Siena. Nos lleva en torno a media hora llegar a la ciudad. Sin embargo, para no perder tiempo decidimos comer antes en un bar de carretera de las afueras de la ciudad. Ahorraremos tiempo y dinero. Una comida express a base de pasta nos ayuda a reponer fuerzas para nuestro tour de la ciudad.

Aparcamos el coche en una calle cercana a la Porta Romana, entramos a la ciudad por dicha entrada y seguimos por la Via Roma hacia el centro, a la plaza mayor. Nada más empezar a caminar nos damos cuenta que esta ciudad tiene un gran interés. Todas las casas del Centro Histórico son espectaculares, donde se combinan restos romanos con medievales y renacentistas.



Plano de Siena


Porta Romana - Siena

Via Roma - Siena

Cuando termina la Via Roma continuamos por la Via Pantaneto hasta llegar a la Piazza del Campo, auténtico icono de la ciudad, con permiso de la torre del Mangia. A lo largo de la historia Siena ha rivalizado con Florencia en arquitectura y belleza. ¡Razones no le faltan! A mi modo de ver quedan en empate técnico: ambas son deslumbrantes.

No es una ciudad difícil de recorrer ya que no es muy grande y los puntos de mayor interés se encuentran dentro de los muros de la muralla. Además, la gran mayoría de ellos se encuentran en el entorno de la Piazza del Campo. Este lugar es el centro de reunión por antonomasia de los lugareños y donde se realizan gran parte de los espectáculos y conmemoraciones de la ciudad. Su origen proviene de un mercado de la época romana. Actualmente, el suelo se encuentra marcado y delimitado en nueve secciones, recordando los nueve grupos que componen el concejo de la ciudad. 

En la parte mas baja de la plaza se encuentra el Palazzo Comunale, hoy en día el ayuntamiento. Es uno de los monumentos góticos más importantes de Italia. La fachada es cóncava para contrarrestar la curvatura y pendiente de la plaza y minimizar el efecto óptico de esta última. Adosada a el se encuentra la Torre del Mangia (102 metros), una de las más altas del país. Se puede subir a lo más alto de la torre tras pagar la correspondiente entrada.

Piazza del Campo

Torre del Mangia

Torre del Mangia

Foto de grupo en la Piazza del Campo

Salimos por el lateral izquierdo de la parte alta de la plaza caminamos hacia la Via dei Pellegrini hasta llegar a las escalinatas de la parte trasera de la catedral, en la Piazza San Giovanni. Desde aquí accedemos a la Piazza del Duomo donde encontramos la oficina donde se venden las entradas para poder acceder al interior del templo. La fachada exterior se encuentra recubierta por el afamado mármol de Carrara, el típico que venimos viendo en gran cantidad de edificios religiosos de la Toscana: Florencia, Pisa, Lucca,... Cuando entramos en su interior nos quedamos boquiabiertos. Esto solo me ha ocurrido otra vez en mi vida al contemplar este tipo de arte religioso y fue en la Capilla Sixtina en Roma. El interior de la catedral es indescriptible, totalmente decorada: suelos, paredes, techos,... Las columnas interiores de color blanco y negro, al más puro estilo toscano, son maravillosas. Sin duda alguna, muy superior a cualquier otra, aunque la de Florencia brille por su exquisitez en su parte externa y los frescos de su cúpula.

Cúpula de la catedral de Siena

Frescos en el interior de la catedral de Siena

Uno de los detalles más curiosos que se pueden contemplar son los bustos de los papas, existentes hasta el momento de su construcción, tallados a lo largo de la parte alta de la nave principal. El color azul y dorado lo inunda todo, proporcionando una luz en el interior de la nave muy particular.

Interior de la catedral de Siena

Columnas interiores de la catedral de Siena


Embriagados por el esplendor del templo salimos para admirar con otros ojos el exterior, descubriendo multitud de detalles que antes de entrar no habíamos detectado. Sentarnos en frente de la fachada principal, en un banco de piedra a la sombra, ayuda a tener un momento de pausada contemplación. En varios lugares a lo largo de la ciudad descubrimos el símbolo de Roma por antonomasia: la loba amamantando a Rómulo y Remo. Aquí será otro de los lugares donde nos toparemos con una de estas esculturas.

Detalles arquitectónicos en el exterior de la catedral de Siena

Pedestal con el símbolo de Roma: la loba amamantando a Rómulo y Remo

Restos de fachada junto al Museo dell'Opera Metropolitana del Duomo

Continuamos la visita dirigiéndonos hacia el oeste bajando con la Via del Costone, pasando junto al teatro homónimo. Llegamos a la famosa fuente de Fontebranda. La importancia de este manantial en la Siena antigua se debía a que esta ciudad carece de ríos, por lo que el suministro de agua se debía de realizar en las diferentes fuentes dispuestas a lo largo de la ciudad. Esta es la más antigua de todas que, por medio de un acueducto subterráneo, suministraba agua a gran parte de la ciudad. Se utilizaba tanto para agua para las personas, como para los animales o para lavarse. También era utilizada por la industria textil de la localidad.

Vista de la fuente Fontebranda desde la Via del Costone

Fontebranda

Continuamos camino y subimos por una empinada loma hasta lo alto de la colina colindante a la de la catedral. Aquí se encuentra la iglesia de San Doménico, imponente templo gótico construida en ladrillo. Su interior es muchísimo más sobrio que el resto del arte toscano que hemos venido visitando hasta el momento. Sin embargo, los frescos y cuadros que cuelgan en su paredes interiores son fabulosas. Aprovechamos para visitarla cuando cae un chaparrón veraniego sobre la ciudad. Cuando amaina podemos contemplar una de las más bellas panorámicas de la catedral de Siena. Las vistas son simplemente privilegiadas. 


Vistas de la catedral desde la iglesia de San Doménico

Muy cerca de aquí se encuentra la fortaleza medicea de Santa Bárbara, fabuloso baluarte construido a mediados del siglo XVI. En su interior se puede pasear y contemplar unas interesantes vistas desde lo alto del entorno sienés.



Murallas de la Fortezza Medicea


Basílica de San Doménico desde la Fortezza Medicea

Retornamos hacia el centro de la ciudad paseando entre fabulosas, y concurridas, calles renacentistas: Piazza Giacomo Matteotti, Via Banchi di Sopra y, de nuevo, la Piazza del Campo. Volvemos a disfrutar de esta singular plaza y nos tomamos un helado antes de regresar al coche y tomar dirección norte, a San Gimignano.





No queda muy lejos, pero como hemos pasado la tarde entera en Siena llegamos de noche. Tras aparcar nos volvemos a meter en un bar para tomar algo y preguntar por un alojamiento. En este caso rápidamente encontramos un par de habitaciones es el hospedaje a la vuelta de la esquina, en la Via XX Settembre. El precio está francamente bien y como no hay nadie más en el piso es todo para nosotros.


Hospedaje San Gimignano

Hacemos una visita nocturna por el pueblo donde podemos cenar buena pasta y tomar alguna que otra copa de vino en uno de sus múltiples restaurantes. El tema del vino es un poco sangrante. El precio es desorbitado. Ya no hablo de la calidad porque eso depende del gusto de cada uno. Acabamos tomando un café en la Piazza della Cisterna. Hace una noche fabulosa. Casualmente la luna está prácticamente llena y un velo de nubes hace que la estampa sea especialmente bella. ¡Una pena no haber tenido la cámara de fotos a mano! Regresamos a la pensión dando un tranquilo paseo antes de dar por concluida la jornada.



DÍA 7 (06/09/2014).  SAN GIMIGNANO - NIMES

Hoy es nuestro último día en la Toscana. Vamos a intentar aprovechar la mañana a tope ya que el viaje de regreso, aún haciendo noche en Nimes, va a ser muy largo

Tras desayunar nos vamos a pasear por el entorno. Seguimos la Via Folgore da San Gimignano para caminar extramuros, tras flanquear la Porta San Jacobo, y dirigimos hasta un manantial ubicado junto a la Porta delle Fonti. Desde esta zona se puede contemplar una bella panorámica de las murallas y torres de la localidad. 

Paseando extramuros por San Gimignano

Panorámica de San Gimignano

Cisterna junto a la Porta delle Fonti

Porta delle Fonti

Debido al sofocante calor nos adentramos en sus estrechas calles, flanqueadas por sus esbeltas casas-torre, en busca de la ansiada sombra. Es un alivio que las calles sean tan estrechas y las torres tan altas porque la sombra que que proyectan estas últimas nos protegen del intenso sol que hace hoy. 

Callejuelas de San Gimignano

Aunque en el pasado llegó a poseer en torno a las setenta, actualmente únicamente posee unas catorce. Se puede subir a la torre Grossa, ubicada en el ayuntamiento, para contemplar la majestuosa campiña toscana. La primera plaza que nos encontramos es la Piazza del Duomo, que junto con la Piazza della Cisterna son dos de las mas bellas de toda la Toscana. Gran parte de la vida del pueblo se desarrolla en dichas plazas. En un lateral de la Piazza del Duomo podemos contemplar a los vendedores ambulantes comerciando sus hortalizas con los lugareños. También se encuentran el ayuntamiento y el Duomo di San Gimignano. Si la pasada noche era la Piazza della Cisterna la que estaba llena de ambiente, es la del Duomo la que hierve de turistas a estas horas de la mañana. Resulta gracioso contemplar como los habitantes de cierta edad de San Gimignano se colocan sus sillas debajo de un pórtico, a la sombra, viendo la vida pasar. 


Plano de San Gimignano

Piazza del Duomo y Duomo di San Gimignano
 

Piazza del Duomo

Escapando de las hordas de turistas que acaban de llegar en alguno de los múltiples viajes organizados que desembarcan a diario en este lugar nos dirigimos hacia el sur, a la Piazza della Cisterna. Una agradable sombra la cubre en gran parte de su extensión y podemos pasear agradablemente. En medio de la plaza se encuentra un enorme pozo, lo cual me hace suponer que el origen del pueblo proviene del agua que se encuentra bajo sus losas. Seguimos nuestro paseo que nos lleva hasta la hermosa puerta de San Giovanni, la histórica puerta de la las murallas de la ciudad. 

Piazza della Cisterna

Regresando sobre nuestros propios pasos de nuevo a la Piazza del Duomo subimos hasta el castillo, La Rocca. Al ser uno de los puntos más altos de la localidad las vistas son fantásticas. Podemos contemplar el "skyline" toscano, así como la campiña que lo rodea. 

Panorámica desde el castillo de La Rocca

Es hora de partir, así que nos montamos en el coche y nos despedimos de la Toscana, aunque antes de abandonarla paramos en uno de los márgenes de la carretera para contemplar por última vez los viñedos con las esbeltas torres de telón de fondo arañando el cielo toscano.

Viñedos toscanos. Al fondo San Gimignano

El viaje de vuelta, como no, se hace bastante pesado, sobre todo por la gran cantidad túneles que existen en la región de La Liguria. ¡Llegamos a contar más de doscientos veinte túneles! Comemos algo por el camino, en una estación de servicio. No queremos llegar muy tarde a Nimes, pero antes nos vamos a dar un chapuzón en alguna de las playas de la Costa Azul. Paramos junto a la playa de Saint-Raphaël, cerca de Saint-Tropez. El agua está fabulosa pero no podemos demorar mucho nuestro viaje. Así que tras quitarnos el calor del viaje nos ponemos de nuevo en marcha.

Saint-Raphaël - Costa Azul

Para cuando llegamos a Nimes es de noche cerrada. No tenemos muy claro donde se encuentra el hotel Hôtel Kyriad Nimes Ouest, el cual hemos reservado antes de ayer por Internet, así que nos toca tirar de GPS y buena dosis de paciencia. Solo sabemos que se encuentra cerca de la salida número 25 de la autopista A54. Al final lo encontramos. Las habitaciones son pequeñas pero están limpias, son cómodas y tienen wi-fi.

Ubicación del hotel Hôtel Kyriad Nimes Ouest

Como tenemos un hambre canina cogemos el coche y nos vamos al centro, con ayuda de un plano que nos han dado en el hotel, a buscar algo abierto. Está un poco complicado ya que en Europa cierran todo tan pronto... Al final conseguimos cenar en un local un tanto surrealista: el dueño solo habla un francés muy cerrado y otro tipo, que en un principio pensábamos que era parte del servicio del local, habla inglés pero está tan borracho que casi se le entiende. Al final cenamos una carne bastante rica y damos una vuelta por los alrededores para buscar algún local donde poder tomar unas cervezas. No nos cuesta mucho encontrar una zona bastante animada donde todo el mundo está sentado en las terrazas tomando algo. Charlamos con algún lugareño y nos quedamos un buen rato contemplando cómo se desarrolla en los alrededores el oficio más antiguo del mundo.


DÍA 8 (07/09/2014).  NIMES - BILBAO

Amanece un día radiante. Todavía un poco cansados del viaje de ayer y un poco perjudicados por las cervezas de anoche nos ponemos en marcha de nuevo para visitar la parte antigua de la ciudad. Nimes fue unas de las ciudades más importantes del Imperio Romano en esta parte del Mediterráneo. Muestra de ello son la cantidad de restos arquitectónicos que todavía quedan en el Casco Antiguo.

La primera visita obligada es el Anfiteatro Romano, hoy convertido en Plaza de Toros. El estado de conservación/restauración es excepcional. La amplia plaza que le rodea permite tener una visión panorámica del mismo muy atractiva. Junto a él se encuentra una escultura dedicada al torero local Nimeño II, que contrasta vivamente en ese lugar. Cuando llegamos todavía no han abierto así que nos limitamos a dar un paseo por alrededor del edificio. A lo largo de la historia pasó de ser sede de la aristocracia visigoda a fortaleza de los reyes francos. Hoy en día se utiliza, además de para las dos ferias taurinas, para festejos y conciertos. Entre los grupos más destacados que han tocado dentro de sus paredes se encuentran Metallica y Rammstein. 

Plano de Nimes

Anfiteatro romano de Nimes

Pasamos la mañana visitando varios de los restos monumentales romanos de hace más de dos milenios. Entre los más destacados se encuentra la Maison Carrée, antiguo templo romano, y la Torre Magna, la cual se encuentra en lo alto de una colina y hoy parque municipal donde se encuentran los Jardins de la Fontaine


Templo de Diana en Nimes

Torre Magna

Continuaremos camino de regreso a casa, ya que nos queda un largo trayecto de vuelta. A medida que nos acercamos a la costa atlántica el tiempo empieza a cambiar. El sol radiante que nos ha acompañado en gran parte del viaje de vuelta se ha ocultado tras las omnipresentes nubes del cantábrico. Llegamos a casa bastante tarde con un ligera lluvia y algún que otro atasco por accidentes en la autopista. Sin embargo, volvemos contentos de un viaje muy gratificante y totalmente recomendable.